Fotografía de Ingrid L. González Díaz
Unas hojas se deslizan a lo lejos,
no saben que son mi triste compañía.
Juntos abrazamos la soledad que nos cobija,
y dormimos en la hierba que cubre con su aroma nuestras manos sepultadas.
Las hojas, igual que yo, desfallecen cuando duermen.
El sueño les arrastra de sus ramas.
Muertas están sin morir del todo,
por las mañanas flotarán como yo entre la nada.
La lluvia bailará sobre la tierra desgarrada,
pisará recuerdos y atará en silencio mi pasado,
el vacío del polvo y el olvido del silencio evaporado.
Una hoja, a lo lejos, se desliza y me acompaña,
no sabe que es mi triste compañía.
Del libro:
El
silencio y la sombra de
Genaro González Licea
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