Estoy con el ánimo molido.
Solo quiero descender hasta encontrarme.
Vivir sin el lamento de haberme
asesinado.
Ver mis miedos desdoblarse
como sueños que aborté dormido.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Estoy con el ánimo molido.
Solo quiero descender hasta encontrarme.
Vivir sin el lamento de haberme
asesinado.
Ver mis miedos desdoblarse
como sueños que aborté dormido.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Todo era un negro
azuloso
donde solo existía
una sombra perdida entre la mía,
un olor a vieja
madera humedecida,
un delirio
destrozado como insecto pisoteado,
una triste ilusión
que sin saberlo me seguía.
Y en lo más hondo
de mí,
un lamento
arrinconado que en mis sueños se dormía.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Los muertos, ahora lo sé muy bien,
sueñan en su sueño lo vivido,
abrazan con su sombra la fosa que les mira,
un recuerdo, un olvido,
una lágrima seca y oscura como el barro,
una culpa tirada al fondo de un suspiro asesinado.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Quizá esté abrazado a mi silencio,
a la agonía que vive en mi garganta
desgarrada,
a mis pies olvidados en lo negro del
camino.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Las tumbas en el olvido son un yo sin mí
en lo más profundo de mi yo perdido.
Son carne desflorada con mi propio dolor
acribillado.
Gritos de un delirio enloquecido.
Odios escondidos llorando atrás de mi
lamento.
Egoísmos enroscados en el agua de una
nube asesinada.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Mi vida fue ceniza caída
en un naufragio de recuerdos y hastíos,
en el grito hiriente de un reseco
manantial
que busca el crepúsculo en el agua,
en el musgo de un cadáver olvidado.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Las luciérnagas
alumbran mi vértigo que escurre adolorido.
Los pájaros me
miran caído sin mi lengua.
Su canto es un
riachuelo que humedece mi camino,
astillas clavadas
en mi nombre sepultado,
relámpagos que
rozan la noche arrepentida,
los abortos que
duermen sin haberse sepultado,
el tiempo que
agoniza con el tiempo.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Soy ese olor migrante
que regresa sin
haberse ido.
Estoy sepultado sin
haber nacido.
Mis dedos amputados
acarician la lluvia que me abraza,
mis lágrimas que
sacian mi sed cuando suspiro,
mis ojos que se
duermen en el hueco de mis ojos,
en el aire que
respiro,
en el tiempo que se
ha ido.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
En las grietas
donde estoy hay envidias y rencores
que palpitan
escondidos.
Úlceras tiradas en
mi sombra que les hiere.
Intimidades muy
nuestras separadas de los ojos.
Instantes amputados
pero nuestros todavía.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Tumbas que son mías, fueron mías, siguen siendo mías,
y sin embargo,
han aprendido a
amar su fatalidad conmigo,
aman, como yo, su
intimidad desnuda.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Yo mismo cavé mi propia tumba.
Yo mismo me
hundí hasta perderme
en un lugar
donde la nada es parte de mi nada,
donde la
ausencia se extiende con mi ausencia,
y un hilo de
tristeza desgarra la luz que se ha perdido.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Las tumbas en el olvido son…
Carne inexistente colgada en mis huesos
perforados,
en mi voz que canta
con los músculos de pájaros ahorcados.
Negras estrellas dolidas en su vientre
torturado.
Culpas enlamadas que cuelgan para
siempre resentidas.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
He de verme,
me dije,
en la
profundidad de mi rostro desgajado,
en las tristes
cenizas que al amanecer sin mí volaron,
en el aroma
que me lleva a un abismo perdido en mí.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Y huí de los
mitos y falsas sepulturas,
fue alto el
precio.
Vi mis tumbas
en mi cuerpo sepultadas.
Tumbas donde
una parte de mí me espera
sin saber que
existo.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Vi mi sombra
ulcerada caer en el vacío.
La vi antes de
morir en la nada que murió conmigo.
La oscuridad
fue mi sombra y mi camino.
Mi piel, mi
soledad, mi olvido.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Soy, es cierto, un manantial que herido
se evapora,
un abismo donde habita mi cadáver.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
El olvido…
Es parte mía y de un atardecer que no
verán mis ojos.
La muerte, lo digo ahora,
es un azul olvido
tan puro como el aroma de un silencio
abandonado,
de un recuerdo indiferente
hundido más allá de las nubes que lloran
al sentir el mar.
Infinito vacío donde duerme mi aliento
que agoniza,
mi piel rugosa donde el viento se pierde
con el viento.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
No hay más allá ni más acá,
hay polvo y viento,
vacío, soledad,
soledad envuelta en soledad,
y silencio, mucho silencio.
Silencio de azul olvido.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Solo busqué
que mis sueños se juntaran con mis sueños,
que el eco de
mi voz fuera mi vida y los pies de mi camino,
y mi nostalgia
un recuerdo tirado en el olvido.
Del libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Morir no es el patético segundo de partida.
Es la
hermosura del aire que respiro,
una existencia
en el andar de este camino.
Del libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
No sé si al caminar fui yo el que cayó
en un recuerdo sepultado,
o fue mi fantasma bañado de ausencia y
de vacío.
No lo sé,
pero sé que mi yo es una sombra
enterrada entre mi sombra,
y sangro al verme crecer sobre la
hierba.
Igual que el aroma de una flor que nunca
tuve,
igual que la congoja de una tierra que
nunca fue la mía.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Ese día llegué más allá del fondo de mí
mismo,
me vi sin mí por un instante,
me vi sin conocerme,
era yo y el otro y el otro que nunca he
sido,
y a la vez ninguno era el rostro de mi
rostro,
la cara de mi cara,
la de este que soy ahora
y muerde su quebranto en su abandono.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Mi silencio era la llama de mi cuerpo
ejecutado,
un gris agonizante que murió abandonado,
un muerto ajeno a mi propio muerto
sepultado,
un cadáver clandestino en mis venas
desatado.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Las tumbas en el olvido…
Son quejidos escondidos suspirando muy
dentro de cada quien,
muy al fondo de nuestro ser asesinado
en el rostro de otro rostro
que es mi rostro vagando sin mí y tirado
al lado mío,
desnudo de sí,
desnudo de mí,
desnudo de su más pura desnudez desnuda.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Es el rostro de mi madre
que duerme carcomido junto al mío.
Es mi rostro migrante amasado
con los sesos de un canto de paloma,
paloma migrante igual que yo,
que dejó su esperanza arrodillada,
su boca amordazada,
y su amor y libertad en una hoja
que llora cuando llueve,
cuando el aire la mece en ese infinito
que me ciega.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea