lunes, 28 de marzo de 2011

Consejos entre líneas*

Los libros tienen ojos que nos ven, nos descubren; tienen voz, fuego, corriente subterráneas que nos llevan al fondo del océano, consejos entre líneas. Para un autor el libro es su tumba, palabras que se forman de boca en boca, viento musical con mil significados, abandono, duelo, mirada interior, vómito y catarsis. Los libros son pan, agua, voces infinitas que tocan la punta de la lengua, encuentro, reencuentro y abandono. *González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La neurosis*

La neurosis es una hipersensibilidad, una intuición sublime, mágica; es una figura solitaria que sufre en su propio dolor el dolor ajeno; es un amor anudado en las entrañas, una búsqueda permanente de que algo brote y no se quede en su interior aferrado con las uñas hasta causar la muerte. Cerrar los ojos, posiblemente, sea el mejor alivio para calmar la neurosis por momentos, o hacer actos suicidas en la música, en la pintura, en la escritura, en la vida cotidiana. *González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El paso de mi muerte*

Hasta hace unos años mis ojos se reconfortaban con atardeceres y un pensamiento sin punto fijo, quietud y soledad. Ahora lo que me da fuerza para seguir es la desesperanza y el desencanto humano que me rodea, la desolación y la desdicha de saber que la vida me consume y no hay nada que evite el paso de mi muerte.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

lunes, 21 de marzo de 2011

Creo en la gente que alrededor del comal come sal y tortilla*


Los hombres son dioses muertos.
Carlos Díaz Dufoo Jr.

Me desgasté pidiéndole a los dioses que nada me pasara, que apartaran de mí a toda persona rencorosa, punzante, avara y ventajosa. Viví en la pobreza y alejado de todos y de mí mismo. Lo bueno y lo malo se cayó al vacío. Ahora no sé ni quien soy ni dónde estoy; no creo en nadie e incluso dudo de lo que yo mismo creo. Ya no creo en los dioses aunque sí en la gente vagabunda, en la gente que alrededor de un comal se come la sal y la tortilla, en la gente que recoge la basura para comer. Ya no creo en los dioses, no, pero sí en lo que cree la gente. Los dioses se han caído y seguramente a gritos pedirán, por los siglos de los siglos, el beneficio de ser polvo.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Despídete ahora*


Los moralistas, los religiosos, los creyentes, pasan sus últimos minutos en despedidas y lloriqueos, parecería un chantaje, una deseo de morir atormentado. ¿Por qué no retirarse en paz de la vida? ¿Por qué no despedirse antes, día a día de la vida, de nosotros, de nuestros afectos, amigos y familiares, de uno mismo?
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El miedo de vivir*


El miedo de vivir. El miedo de vivir es una enfermedad paralizante, es voltear para todos lados y no poder caminar, es cuidarse de la sombra del otro y de la propia, segundo a segundo sin saber por qué. Es vivir siempre atrapado en un día gris y otro nublado; es vivir en permanente intranquilidad, fatigado de todo y de todos. Es perder el entusiasmo y el asombro, estar encerrado en sí mismo como un ídolo contemplando su propio retrato, es terminar con el triste alivio de haber visto un día más y un día menos.
El miedo de vivir es enroscarse en las entrañas de sí mismo, dormir abatido de dolor, sin entender que el dolor es humano, un principio de nacimiento, un salir de sí mismo, amar al otro, a la vida.
El miedo de vivir es una enfermedad propia de las almas rotas, fracturadas por recuerdos íntimos vividos en la existencia desnuda del inconsciente, o bien, por factores sociales deshumanizados, castrantes. Hago votos porque en un siglo como éste, donde el ejercicio del poder mordisquea al individuo hasta matar su deseo de vivir, su actuar en libertad, ser él, no paralice a una sociedad entera, en especial a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Una de las peores cosas que le pueden pasar a una sociedad es que los jóvenes tengan miedo de vivir, sentir, actuar, asumir su libertad, su calidad de hombres, sus proyectos. Vivir la vida es vivir con libertad de actos, aceptarla como es: un proceso natural en permanente cambio, nada empieza desde el principio, todas las cosas tienen su encanto y su melancolía. La vida es amar, amar intensamente las cosas gratas y no gratas, todo es parte de la naturaleza humana.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

jueves, 10 de marzo de 2011

Vivir por segunda vez*

Vivir intensamente como si fuera el último día, el último minuto, la última vez. Vivir, como diría Viktor E. Frankl, en El hombre en busca de sentido, como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás a punto de obrar.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

¿En qué país deberán vivir?*

Los que lloran, los que piden pan, limosna, agua, los caídos, los enfermos, los ancianos, los que duermen en las coladeras de la calle, los extraviados, los presos, los desahuciados, los paralíticos, los desamparados del poder, los leprosos, los que buscan trabajo, los que roban para comer, los desconsolados, los sacrílegos, los que no se arrodillan ni idolatran, los que viven al día o piden prestado para vivir: ¿en qué país deberán vivir?

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Silencios*

Cuando realmente hay un tema cuya respuesta requiere de todo mí ser, no digo palabras, sigo la enseñanza de mi padre, hago gestos y ademanes, creo silencios. Ello, tal vez, es porque de él guardo sus gestos, ademanes, palabras cortas, charlas breves y profundos silencios; su mirada como respuesta a mis preguntas.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.