No hay marcha atrás.
Mi destino es caminar a un lugar
inexistente.
Y mi intento de llegar es suficiente
para sentir que vivo.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
No hay marcha atrás.
Mi destino es caminar a un lugar
inexistente.
Y mi intento de llegar es suficiente
para sentir que vivo.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
La nada es un instante.
Es ver por un instante lo que ya no es,
lo que ya no somos,
lo que seremos en lo azul del infinito.
Energía que nace y muerte en las
entrañas,
luz que siendo mía es de todos y de
nadie.
Es el desapego de mi ser que me
aniquila.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
No hay fondo a donde estoy, no hay
fondo.
Hay un sonido negro que viste la luz que
me tortura,
un aire que sabe a entierro y despedida,
un canto salado en mis labios
sepultados.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Lloro y rio al mirar mi polvo hundido en
otro polvo,
al recordar que vivir y morir
es beber agua en la misma sepultura.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Desde ese día, lo supe bien,
la muerte es morir al beber agua.
Congojas agridulces
que lloran en mí como un roto manantial
embravecido,
como un dolor enroscado entre las hojas,
como un recuerdo roído en lo gris de mis
temores.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
En ellos vi babear mi cobardía mutilada,
mis ojos deformados,
mi raíz de piedra derretida.
Vi los sentimientos enterrados que me
esperan,
los surcos secos de tanto mirar mi
desconsuelo.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Desde ese día uno caminará solo,
solo con su pena y su tristeza.
Solo, solo uno unido entre la nada.
Uno en el vaivén mismo de la nada.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Sus lágrimas son ámpulas trenzadas en el
aire,
culpas que respiran desahuciadas,
seres indigentes que solo morirán
conmigo.
Del
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Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Su dolor, lo sé ahora,
es tan grande como el mío.
Me recuerda el sonido del mar flotando
en la tristeza.
Tonadas desconocidas que al ver su
indiferencia
se pudren como sueños caídos en pantano.
Así es la desesperanza de las aguas
estancadas,
así es el exilio zurcido debajo de mi
cara.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Aquí donde estoy no hay odios ni envidias ni
traiciones.
No hay voces con máscaras colgadas.
Solo el eco desolado de
una sombra enloquecida,
ecos aplastados con el tiempo,
sueños huyendo de mis párpados hundidos,
recuerdos en mí decapitados.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Mas nada frena a un espíritu migrante,
a una sangre sedienta que corre en mis escombros
sepultados,
a la obsidiana de labios negros
buscando su pasado en el errante presente que se
asoma,
a mis palabras que abrazan los cinco vientos en el
viento.
Nada frena a un migrante bajo tierra
que trasmite su dolor
al abrir los lirios negros
que alimenta con el eco de su voz.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Sí, aquí estoy,
con mi rostro de otro rostro agusanado,
con mis pies perdidos
y mi silencio arrepentido.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Estoy de pie,
me dije,
abajo de estas piedras que me cuidan,
de estas ilusiones que me abrazan.
Del
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Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Aquí,
dentro de mí,
la congoja del mar
tiene un sonido verdoso que me hiere,
un olor que baila en mi cuerpo sepultado,
una luz temblorosa que me embriaga.
Del
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Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Nada hay en mí,
ni en mis otros,
que no supure en la nostalgia que hay en ti,
en él,
en todos,
en el tiempo que en la nada se sostiene.
Del
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Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Ahora lo sé,
nada hay dentro de mí.
Estoy hundido sin mí más allá de mí.
La oscuridad golpea mi sombra
arrodillada,
golpe denso como el inmenso murmullo
donde nace el tiempo,
la soledad de piedra en el vientre de la
piedra,
en el hueso roído por el hueso.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Sí, lo sé bien, morir es consumirse
en lo azul del azul olvido,
en el silencio hechizado del silencio,
en la aurora tendida en el mágico sonido de la aurora.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
La vida es un instante envuelto en el
vacío,
un grito amarillento de un dios
enloquecido,
un seguir con la ilusión de caminar y
hacer camino,
con el solo murmullo de sentir los
pasos,
o el calor amoroso de un suspiro.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
La ceguera es cruel, lo sé ahora que una
y otra vez veo
sus tumbas en mi cuerpo sepultado,
huyo de mí sin saber mi rumbo,
y ellos me siguen en mi huida.
Del
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Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
A veces sueño que sus cuerpos se tienden
a mi lado.
Que no me atrevo a verlos,
porque en ellos estoy,
también yo,
tendido en un duelo embalsamado,
y roído en la negra luz de un amanecer
abandonado.
Del
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Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Hay un reflejo ennegrecido
que amanece trenzado en la llanura,
un sol oscuro
que hiere sin lloridos la orilla de mi
sombra,
un tiempo sin tiempo
que sonríe mordiendo el dolor de mi
pasado.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Solo quiero fluir como el tiempo unido
con el tiempo.
Reír un poco al lado de mi propio
sollozo ensombrecido.
Tocar mi piel con el sonar del viento
y oler mi muerte pegada con mi muerte.
Del
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Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Las tumbas en el olvido…
Son rostros que huelen a una intimidad
arrinconada,
a una sombra que ignoro sabiendo que es
muy mía.
Son rostros de mis rostros,
rostros de otro rostro que me mira.
Es mi rostro abrazado a mi rostro ensimismado
que el viento lo deshace y se lo lleva.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Ahí estaba…, era yo y mi otro yo caído
en lo negro azuloso del olvido,
era mi destierro roído en la piel de un
alarido,
era humo enroscado
en el grito temeroso de un yo que ya he
perdido.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
Azul, azul olvido es el grito de las
tumbas de mi olvido,
la carne seca envuelta en el presagio de
mis manos,
la pureza de mis tristes quejidos de
azul envejecido,
los lamentos enterrados
en la sombra de un yo que se ha perdido,
y sin embargo,
el eco de mi voz lo reconoce.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
La realidad es
una llaga enredada debajo de mi lengua,
un fantasma
que duerme agusanado,
un camino de
prejuicios
que astillan
un dolor arrepentido.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea