domingo, 25 de diciembre de 2011
La cultura de copiar y pegar*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La plenitud de lo escrito*
Rechazo a los que escriben de todo sin estar ellos mismos, esto se debe a que en mi soledad estuvo siempre la palabra, fue mi compañía. “La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida me aclaró los libros”. Memorias de Adriano de Margarite Yourcenar. ¿Cómo poder escribir algo donde no esté uno?
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Navego en mis ideas como un barco a medio mar*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
El atormentado Modigliani*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Gauguin, el pintor que robo el espíritu a Tahití*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Seurat, los problemas sociales y el elogio de Van Gogh: "Ah, si yo pudiera hacer algo igual"*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
viernes, 30 de septiembre de 2011
El fondo de un interés*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Un crimen educar con prejuicios*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
¿Por qué no decir mi verdad?
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La educación construye a la naturaleza humana*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Mi fortuna en la vida*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Mis ojos y el infinito*
domingo, 11 de septiembre de 2011
Todos hemos sufrido la pérdida de alguien y encontrado la fuerza de seguir
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Mi cuerpo se arruina
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Si la unión es enfermiza, destruir para sanar
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Lo que pienso es tan común como amasar la tierra y hacer adobes
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
El hombre carga desdicha, dolor, amargura
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La esperanza es un mañana
Porque la esperanza es un mañana
y las flores no tienen un mañana.
Antonio Porchia.
Viernes 31 de diciembre de 1999, el milenio concluye. Hay una débil alegría de vivir. Un milenio es un milenio. Al mundo le hemos dejado lo mejor de nosotros pero también demasiados estragos. Muchas cosas han caído para nacer otras: teorías, fenómenos, pensamientos, mitos; abuelos, padres, seres queridos, generaciones. Se han transformado viejos principios. Lo que fue esperanza hace novecientos noventa y nueve años, ahora es desesperanza, paso inevitable para conformar otra esperanza.
El hombre ahora es marcadamente individualista, su carácter fraterno sólo aflora en la desgracia. La fraternidad de los caídos, los enfermos que ya no tienen nada que perder, los desahuciados del mundo que viven con la gran alegría de volver a sentir el sol, de contemplar sin angustia el cercano fin final de su vida.
El individualismo social ha roto valores, marcado indiferencias y conformado un hombre insensible, de lucha permanente consigo mismo y con el otro. En él predomina la desesperanza y la desilusión, el rencor, la frustración.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
El sentido propio de vivir la vida
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La esperanza y la desesperanza
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La tradición de mis ancestros
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Uno duerme y puede ya no despertar
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La sombra de mi sobra
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La paz interior
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
Respeto a procesos naturales*
La mirada triste y compasiva de un animal*
El peso de las culpas hunde*
La incurable fractura*
La sombra de los muertos*
El dolor del abandono del otro*
Ajeno al propio idioma*
Hambre, silencio, amargura*
Dialogar consigo mismo*
martes, 19 de julio de 2011
Escribo tu nombre
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Juzgar a los demás
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Cuando la vida languidece
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La oscuridad
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Compensación natural
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
El hombre de la calle
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La pobreza
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
viernes, 8 de julio de 2011
Una razón para vivir*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Desesperanza*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Lo empiezo a entender*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Un hombre modesto*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Obsesión*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Morir todos los días*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
miércoles, 1 de junio de 2011
La soberbia del señalamiento, el dedo índice de Dios y el Diablo.
¿Quién puede decir que un hombre es normal y otro no? ¿El que se ajuste a las reglas sociales? ¿Cuál es ese mundo, esa ciudad, donde todo mundo es cuerdo o intenta serlo?
Todos estamos locos, diría Onofre Gil, sólo que los que nos autodenominamos normales lo sabemos y los locos lo ignoran. Para este autor “un loco ríe en la muerte de su madre si le viene en gana y llora porque le apetece si aquella recupera la salud o da sospechosas muestras de hacerlo. Lo que no hace el loco, lo que parece haber olvidado el loco es llorar sin apetito y reír sin que le venga en ganas”.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Todos antes de morir tenemos algo que decir.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Tuve el valor de marcharme sin verla por última vez.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Cuando ya nada depende de uno.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
El que guarde en un rincón de sí mismo un vacío.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La tristeza más grande que he sentido.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Ama plenamente.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Cuando a la gente no se le trata como adulto.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
martes, 19 de abril de 2011
Tu cráneo dará flores*
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Morir es un acercarnos día a día a la muerte*
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Moriré en la soledad más no en el abandono*
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Los muertos beben el agua de la tierra*
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Déjenme en paz mis últimos días*
Si es mi destino el tener una enfermedad incurable, nadie se angustie por ello, déjenme en paz mis últimos días. Recuerden a Hipócrates al referirse a los enfermos de cáncer: “aquellos que padecen cánceres ocultos, lo mejor es no curarlos; porque con cualquier tratamiento perecen. Viven más tiempo cuando no se les cura”.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Ni en la muerte espero dormir, diría Pessoa*
Caer y levantar es mi destino*
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Mi padre fumando su cigarro de hoja*
viernes, 1 de abril de 2011
Hay amigos que enterramos sin darnos cuenta*
El porvenir*
Peleas gratuitas*
lunes, 28 de marzo de 2011
Consejos entre líneas*
La neurosis*
La neurosis es una hipersensibilidad, una intuición sublime, mágica; es una figura solitaria que sufre en su propio dolor el dolor ajeno; es un amor anudado en las entrañas, una búsqueda permanente de que algo brote y no se quede en su interior aferrado con las uñas hasta causar la muerte. Cerrar los ojos, posiblemente, sea el mejor alivio para calmar la neurosis por momentos, o hacer actos suicidas en la música, en la pintura, en la escritura, en la vida cotidiana. *González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
El paso de mi muerte*
lunes, 21 de marzo de 2011
Creo en la gente que alrededor del comal come sal y tortilla*
Los hombres son dioses muertos.
Carlos Díaz Dufoo Jr.
Me desgasté pidiéndole a los dioses que nada me pasara, que apartaran de mí a toda persona rencorosa, punzante, avara y ventajosa. Viví en la pobreza y alejado de todos y de mí mismo. Lo bueno y lo malo se cayó al vacío. Ahora no sé ni quien soy ni dónde estoy; no creo en nadie e incluso dudo de lo que yo mismo creo. Ya no creo en los dioses aunque sí en la gente vagabunda, en la gente que alrededor de un comal se come la sal y la tortilla, en la gente que recoge la basura para comer. Ya no creo en los dioses, no, pero sí en lo que cree la gente. Los dioses se han caído y seguramente a gritos pedirán, por los siglos de los siglos, el beneficio de ser polvo.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Despídete ahora*
Los moralistas, los religiosos, los creyentes, pasan sus últimos minutos en despedidas y lloriqueos, parecería un chantaje, una deseo de morir atormentado. ¿Por qué no retirarse en paz de la vida? ¿Por qué no despedirse antes, día a día de la vida, de nosotros, de nuestros afectos, amigos y familiares, de uno mismo?
El miedo de vivir*
El miedo de vivir. El miedo de vivir es una enfermedad paralizante, es voltear para todos lados y no poder caminar, es cuidarse de la sombra del otro y de la propia, segundo a segundo sin saber por qué. Es vivir siempre atrapado en un día gris y otro nublado; es vivir en permanente intranquilidad, fatigado de todo y de todos. Es perder el entusiasmo y el asombro, estar encerrado en sí mismo como un ídolo contemplando su propio retrato, es terminar con el triste alivio de haber visto un día más y un día menos.
El miedo de vivir es enroscarse en las entrañas de sí mismo, dormir abatido de dolor, sin entender que el dolor es humano, un principio de nacimiento, un salir de sí mismo, amar al otro, a la vida.
El miedo de vivir es una enfermedad propia de las almas rotas, fracturadas por recuerdos íntimos vividos en la existencia desnuda del inconsciente, o bien, por factores sociales deshumanizados, castrantes. Hago votos porque en un siglo como éste, donde el ejercicio del poder mordisquea al individuo hasta matar su deseo de vivir, su actuar en libertad, ser él, no paralice a una sociedad entera, en especial a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Una de las peores cosas que le pueden pasar a una sociedad es que los jóvenes tengan miedo de vivir, sentir, actuar, asumir su libertad, su calidad de hombres, sus proyectos. Vivir la vida es vivir con libertad de actos, aceptarla como es: un proceso natural en permanente cambio, nada empieza desde el principio, todas las cosas tienen su encanto y su melancolía. La vida es amar, amar intensamente las cosas gratas y no gratas, todo es parte de la naturaleza humana.
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
jueves, 10 de marzo de 2011
Vivir por segunda vez*
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
¿En qué país deberán vivir?*
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Silencios*
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
viernes, 18 de febrero de 2011
¿Por qué resistirse a morir?*
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Ausencia de proyecto*
Lágrimas de cocodrilo*
viernes, 11 de febrero de 2011
El rito de la fe
Nuestra fe más que espiritual es ritual, festiva, sin espacio propio; se aleja de la filosofía.
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Independencia y soledad
Luchar hasta el fin por ser yo mismo
Antes de someterme a la dependencia de cualquier Dios, persona, culto, incluso de mí mismo, me prometí luchar hasta el fin por ser yo mismo.
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
El ser y el no ser
El ser nos permite buscar, soñar, amar, vivir. El no ser es una loza que sepulta.
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
¿Quién renunciar a la dignidad?
Quien renuncia a su dignidad es porque nunca la ha tenido.
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
sábado, 29 de enero de 2011
El intelectual se puede perder en las ideas*
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Mi vida languidece*
Estoy escribiendo la última línea, la última letra; me acerco al punto final. Mis fuerzas se agotan, en cada línea de los días se ha quedado mi vida. No sé a dónde estoy ni a dónde iré. Mi vida languidece, se acerca el punto del eterno retorno, lo siento, segundo a segundo me transformo en una milésima molécula de una molécula. Destellos de luz, estrellas, viento, pedazo de silencio y sombra. Soy la sombra y el silencio mismo.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Pregunto*
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Vivir las palabras es transmitir en ellas nuestro sentir*
Vivir las palabras es transmitir en ellas nuestro sentir y que sea el otro el que encuentre junto a mí su contenido. No estoy por las palabras incendiarias, cargadas de frustración y sueños incumplidos, éstas sólo son dichas por aquellos que no las sienten ni las viven. Sobre el particular recuerdo aquí a Alfonso Reyes, “Oración del 9 de febrero”, cuando dice: “¡los que no han vivido las palabras no saben lo que las palabras traen adentro!”, y agrega: “la visión se borra y viene otra: ahora son las multitudes que aclaman, encendidas por palabras candentes que caen, rodando como globos de fuego, desde las alturas de un balcón, se estremece aquel ser multánime y ofrece millares de manos y millares de pechos. Pero esta visión es embriagadora y engañosa y pronto desaparece, desairada -tentación que se recoge en el manto- para dar lugar a otros recuerdos”.
Sugiero, entonces, buscar las palabras que expliquen por sí mismas nuestro sentir, palabras sencillas unidas por ideas sencillas, en virtud de que las palabras en sí mismas carecen de valor, son símbolos, solamente símbolos. En el I Ching se menciona que las palabras no pueden expresar los pensamientos totalmente, por lo mismo, los sabios, los filósofos, los poetas, los maestros en general, establecieron imágenes, metáforas, con el fin de expresar totalmente sus pensamientos.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
jueves, 27 de enero de 2011
Desesperanza*
Me lastima la desesperanza de aquellas personas que no desean vivir, que se abandonan. Me duele la desesperanza del hombre que se abandona.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
El amor, las mujeres y la muerte*
sábado, 15 de enero de 2011
Los pintores tienen espíritu revolucionario*
Mi reconocimiento al espíritu revolucionario de los pintores en general, permitáseme hacerlo a través de pintores como Kokoschka, Fattori, Chagall, Mucha, Rousseau, Klimt, Matisse, Modigliani, Gauguin, Seurat, Toulouse-Lautrec, Schiele, Pissarro, Courbet, Manet, Monet, Renoir, Cézanne y, sin duda, Vicent Van Gogh. ¿Para qué pintar si ya lo hizo por mi Van Gogh?, me digo una y otra vez en mis adentros y mis ojos se humedecen.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Los rostros de Kokoschka*
De Kokoschka me impresionan sus rostros, rostros cadavéricos, pálidos, expresiones violentas, ausentes; rostros que expresan un yo atormentado, se podría decir, incluso, en gran parte frustrado; rostros raídos, máscaras de conducta, malestar socioindividual, ansiedad, locura, idiotez, neurosis; rostros sonámbulos, vacíos.
Kokoschka es un expresionista, sus pinceladas son carne contraída, plasman el secreto de la personalidad, los nervios del alma. En particular me gustan mucho dos autorretratos: el Autorretrato con la mano en la boca y el Autorretrato con las manos cruzadas, y la pintura llamada La novia del viento. En los dos primeros se percibe el temor, el naufragio, la insatisfacción personal, la soledad. Mirada interrogante, ojos desorbitados, cuestionadores. Y en La novia del viento se trasmite una expresión de soledad, ternura, despedida; una relación amorosa que se arrastra al mar; él con la mirada fija, viendo internamente, parecería que observa la gran soledad que le dejara un amor que se marcha; ella, serena, satisfecha, duerme recargada en su costado, con un pie arriba del cuerpo amado, del cuerpo que se mezclará en la nada; parece respirar lentamente el olor de un amor que jamás volverá a tener.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Giovanni Fattori (el pintor de las mujeres muertas*
Giovanni Fattori (el pintor de las mujeres muertas y la postura de no lucrar con la pintura, ¿si la pintura es cultura, por qué lucrar con ella?), cuatro son sus cuadros que me apasionan: Las macchiaiole, Remendadores de velas, Carboneros y Descanso de albañiles. Sin duda su pintura académica, propia de pintores del clasicismo, es impecable y hermosa, también su pintura bélica y campirana. Sus cuadros de historia. Las macchiailole, luces, manchas, claridad, simetría. La naturaleza viviente. Sombras, reflejos, la perfección en potencia, formas, volumen, planos; en los segundos, la historia real se hace presente. Raffaele Monti en un ensayo sobre el Fattori, cita un escrito donde el pintor traza por sí mismo su biografía. En una parte de dicho escrito Fattori menciona lo siguiente: “Florencia me emborrachó. Vi a muchos artistas, pero no entendía nada. Todos me parecían buenos, y yo me abatí tanto que me asustaba el pensamiento de tener que empezar a estudiar (...) Poco afortunado económicamente hablando, porque siempre he tenido gran respeto al arte y nunca me ha gustado humillarlo por intereses viles, me he contentado con vivir modestamente, feliz cuando alguien ha reconocido en mí algún mérito”.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Los vitrales de Chagall*
¿Y por qué me veo obligado a citar a Chagall? En lo personal no precisamente por sus temas bíblicos y su misticismo hasídico (por ese su actuar cotidiano de buscar en cada cosa, en cada paso, la profundidad más profunda, la eternidad misma para acercarse a Dios), aunque ello es característico en él; realmente lo cito por sus hermosos vitrales (arte en extinción), tal es el caso de La tribu de Isacar que me apasiona, aunque el cuadro que ha recorrido el mundo es El poeta (las tres y media); A Chagall lo podemos ubicar como anticubismo, como pintor que descompone el cubismo para construir nuevas formas e imágenes, sin duda un gran talento. Trazos de tamaño igual a la figura, el hombre al mismo tamaño de la montaña, de la casa; figuras flotantes, aisladas, adheridas por el espacio. Fantasías que dan cuenta de su carácter introvertido, su condición social, su sentido de clase trabajadora de la cual no se alejó nunca. Se puede decir que su pintura de colores arenosos dan cuenta de un mundo nada armónico, proporcional, equilibrado, sino de un mundo que está al revés, de cabeza; de ahí el porqué hay que verlo en fantasía. Otros cuadros que aprecio de Chagall son: A Rusia, a los asnos y a los demás, El violinista y El muerto. En los tres esta para mí el Chagall pleno, creativo, talentoso, maduro.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Alfons Mucha, el arabesco revolucionario*
Por su parte Alfons Mucha, el poeta que revoluciona el arte con sus póster, fotografías, murales recreativos y vitrales, su decoración de panales, objetos, esculturas. Su estilo arabesco, místico, mosaicos de fondo, lisos inexistentes, círculos y arcos ibéricos. Todo era fortuna, arte al servicio del capital; sin embargo, el genio vive en soledad, sufre la desdicha de su tiempo, surgen las veinte telas de La epopeya eslava, pinturas que serán inseparables al nombre de Mucha. Los símbolos eslavos juegan con el despertar nacional, véase: ¡Sometida y torturada, tú renacerás, oh patria mía! y, sin duda, La emancipación de los campesinos rusos de la esclavitud.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Rousseau, el de La gitana dormida*
Rousseau (Henri- Julien- Félix Rousseau), el pintor mundialmente conocido por La gitana dormida (pintura surrealista, la negra vagabunda, cansada, que un león la olfatea y no la come) y El sueño. Rousseau es el pintor de la jungla, del paisaje salvaje, del hombre libre. Pertenece a los llamados Independants. Busca su independencia de los impresionistas. Su estilo lo hace ver demasiado original, el hombre en su estado primitivo, la naturaleza en su expresión más salvaje. Pintor que mordió la pobreza y expresó la desesperación y angustia; la Guerra lo dice todo: joven desgreñada que galopa entre los árboles de un monte; muertos linchados con los ojos abiertos y unos cuervos de compañía, listos, siempre listos para picotear el manjar de esos ojos, de esa carne podrida que ofrecen los muertos.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Los esquemas decorativos y simbólicos de Klimt*
Klimt, el pintor de esquemas decorativos y simbólicos, le admiro su valentía de romper el academicismo mediante sus trazos metálicos, lo cual, al mismo tiempo, hace patente el proceso industrial a gran escala. A este pintor se le ubica como partícipe de la llamada corriente “sucesionista” y del decorativismo. De Klimt en especial me gusta observar sus cuadros: Medicina, Jurisprudencia, Filosofía y La esperanza, éste último es la representación de una mujer embarazada, en su vientre lleva consigo el símbolo de la esperanza; sin embargo, esa esperanza el pintor la expresa como una deseperanza, le imprime la presencia de la muerte; traduce la muerte simbólica de un niño que nacerá para ser asesinado por la tecnología industrial y la acción en doble vínculo de la sociedad: la sociedad, la madre alimenta al hijo, lo cría y lo devora.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
jueves, 6 de enero de 2011
¿Cuándo terminará todo esto?*
Estoy cansado de mí, envejezco. Los días son como una flama que termina. ¿Cuándo terminará todo esto?
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Escribir y buscar el sentido de la razón*
Lo peor no es que hablen mal de uno, sino que no hablen. Esta es una idea de Oscar Wilde, y tiene trascendencia para aquellas personas que escriben para los aplausos y adhesiones. En lo personal, al no fundamentar mis exposiciones mediante conceptos apocalípticos y principios propios de los dioses o demonios, creo que la suerte de mis palabras es el silencio. Lo que escribo no es del otro mundo, es de sentido lógico, el reverso natural de las cosas. Mi prioridad es buscar el sentido de la razón y transformación del mundo, sin olvidar que no hay una razón pura, general y sin calificativo, lo cual, tal vez, es una deformación académica que literariamente brota. Reconozco en Nietzche y Schopenhauer el apoyo moral de sus lecturas. Nietzche el parteaguas: “todos aquellos a los que Nietzsche fecundó: muy grandes como Musil y todos aquellos a los que dejó intactos: Kafka. Esta separación es para mí fundamental: Aquí estuvo Nietzsche. Aquí no estuvo Nietzsche”, menciona Elías Canetti. Por lo que respecta a Schopenhauer, permítaseme citar aquí, con sus propias palabras, el principio de su filosofía: “llegar siempre al fondo de las cosas, no dejando de seguirlas hasta lo último dado realmente. Esto se efectúa en virtud de una propensión natural que casi me hace imposible conformarme con simples conceptos, y menos con palabras, en cualquier conocimiento todavía general y abstracto y, por consiguiente, inseguro aún, sino que me impele más allá hasta que tengo ante mi vista el último fundamento escueto de todos los conceptos y principios, que es siempre perceptivo, y que tengo que dejar entonces como fenómeno primero, pero que en lo posible lo descompongo todavía en sus elementos, penetrando siempre en la esencia de la cuestión”.
Como ser humano, como maestro, no escribo para recibir aplausos y reverencias, para que hablen o no de mí, sino por un acto de libertad y necesidad. Por lo mismo, mi querido Oscar Wilde, para mí lo peor no es el silencio de la gente hacia lo que uno escribe, sino el silencio de la gente que siempre tiene algo que decir. Efectivamente, permítaseme recordar otro señalamiento de Elías Canetti; él dice que nada hay más conmovedor que el enmudecimiento tardío de un hombre que alguna vez tuvo mucho que decir. Se refiere al enmudecimiento de la desilusión, que considera una vanalidad la vida y el pasado.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Hombre desolado*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Enfermedad incurable*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Mi vida languidece*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Los indigentes*
a esconder ante todos la índole arriesgada,
siempre arriesgada, de mis propios sentimientos.
Onofre Gil
Los indigentes. Abatido por la sombra de la luna, el indigente muerde con más fuerza su dolor. El silencio se aleja. Sabe que un día morirá llevando consigo el desprecio de la gente, tal vez incluso, de sí mismo. Con el paso del tiempo qué importa si modificó su fe, o la perdió o transformó; ¿a qué indigente le interesa ser “nuevamente” lo que fue?
Los indigentes son prácticos; recorren caminos que no son nuestros; tienen un olor penetrante que les une y les desune. Los indigentes se aman uno al otro como dioses, piensan distinto a nosotros, su caminar sin rumbo es su consuelo, su dicha de seguir viviendo. Para ellos nosotros somos locos. Ellos no sufren por la pérdida de un ser querido, ellos saben que la muerte es realmente natural y normal, y no tiene porque generar vacío en ser alguno. Ellos se despiden del mundo cada vez que cierran los ojos, no saben si despertarán, si su voz delgada y rota se quedará por siempre al ras del suelo.
Los indigentes ríen de las prisas, del prestigio social; para ellos la gente no es otra cosa sino gente. Los indigentes se muestran alegres, complacidos, satisfechos, cuando comen y comulgan en los desperdicios que la gente arroja a la basura.
Para la sociedad los indigentes son locos. Locos que se unen y se aman y habitan en lugares donde solamente viven ratas. Para la sociedad los indigentes están locos cuando lo único que existe es la visión de un mundo diferente.
Los indigentes aman, odian y mueren como cualquier persona; sueñan, imaginan, sienten; adoran a sus dioses, llevan a cuestas sus fantasmas y sus muertos, sus desencantos, sus enfermedades y sus amores.
El mundo del subsuelo no está exento del amor y del dolor. Los indigentes también ríen a carcajadas o sonríen simplemente, viven a pleno sol el recuerdo de alguien que aún aman; pero también lloran sin ruido alguno cuando las horas caen cansadas en los poros de la cara, como un presagio que les dice la fecha de su muerte, y lo saben muy bien porque su sombra inicia el rito final: se anuda enfrente de su cara. Nadie les enterrará, lo saben. Su sombra simplemente se unirá con otra.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
miércoles, 5 de enero de 2011
Para evadir lo adverso*
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
domingo, 2 de enero de 2011
La vida es una partida de ajedrez
Ante ningún nuevo conocido soy capaz de
mostrar tibieza o frialdad. El encuentro es mi volcán.
Elías Canetti
Por situaciones que tiene la vida, día a día, ineludiblemente, estamos frente a frente con nosotros mismos. La vida, igual que la muerte, minuto a minuto se tiende a nuestros pies; parecería que actuamos en un gran tablero de ajedrez donde por momentos nos perdemos, precisamente porque la vida es un doble juego, una doble partida, un tablero en movimiento donde los peones somos nosotros mismos. Participamos en un tablero social y otro interior; en el primero están nuestras piezas en conflicto, íntimas, que actúan de tú a tú. En el segundo, somos peones, alfiles, torres, damas, reyes o caballos. Somos piezas que mueve la vida.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
La vida: lucha interior y exterior donde uno se encuentra y reencuentra hasta llegar a la última partida
La vida es una lucha interior y exterior donde uno en forma permanente se encuentra y reencuentra hasta llegar a la última partida, aquella donde uno se enfrenta a sí mismo con la dicha de vivir hasta el último momento, y, al mismo tiempo, de morir con la satisfacción de haber intentado ser siempre uno mismo. Después del último momento, la nada, la eternidad, una molécula incrustada en el tiempo.
La lucha interior y exterior de la vida influye mucho en la actitud y autenticidad con que vivimos. Ser nosotros mismos, vivir nuestra vida con nuestro espacio de libertad. Aquí no hay reglas, cada quien se acerca a la vida y a la muerte en forma diferente. La mayor crueldad es vivir y morir en otro, ser un todo sin consistencia, una masa social anónima, sin proyecto ni sentido, ni definición propia.
Esta peculiaridad de cada persona en su actuar de vida, Stefan Zweig la ejemplifica muy bien en Una partida de ajedrez. Sus personajes son Mirko Czentovic y el doctor B. El primero, un campesino yugoslavo adoptado por un párroco que todas las tardes gustaba jugar una partida de ajedrez con un amigo militar. Un campesino que observaba cada movimiento de piezas, incluyendo al cura y al militar. Un campesino “incapaz de escribir una frase sin faltas de ortografía”, incapaz de sostener pláticas extensas. De ahí su parquedad y su silencio. Ese campesino, con el paso del tiempo, llegó a ser campeón mundial de ajedrez. Su secreto: fortalecer su debilidad, su carencia de dotes intelectuales, y remarcar su rasgo terco e indiferente de abordar lo cotidiano de su vida. Una jugada, un acto, una decisión siempre la tomaba con absoluta frialdad e indiferencia. Lograba estar inmóvil, insensible, rígido, durante horas y horas frente al tablero y su contrincante, frente a cualquier acto de su vida, aunque en su interior, en su tablero interno, habitaba la turbulencia, la reflexión crítica, el cálculo matemático e impecable de decidir.
Por su parte, el doctor B., un hombre culto, de gran capacidad de abstracción. Una persona recluida por años en los campos de concentración nazi. Ahí vivió sin noción del tiempo y del espacio; los días pasaban sin fecha, insípidos como una vida sin proyecto, como un pedazo de trapo masticado. El doctor B. era “un esclavo de la nada”, una persona encerrada en un pequeño cuarto día y noche, noche y día, “aislado, sin ver ni hablar más que con sus interrogantes”. Dentro de esta locura llegó a sus manos un libro que contenía ciento cincuenta partidas de ajedrez de los campeones del mundo, fue su fuga, memorizó jugada a jugada, reconstruyó mentalmente las partidas “desdoblándose” en cada una de ellas, él era opositor y oponente, jugaba en un tablero interior y en otro exterior al mismo tiempo. Cada jugada fue una fuga, un bálsamo diría Rodolfo Bucio, que le permitió “bloquear” los recuerdos del tiempo, más aún, los recuerdos del tiempo vivido en prisión.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Stefan Zweig (Una partida de ajedrez) y la actitud de sus personajes
Dos jugadores, dos actitudes. Su virtud: cada cual luchar por su libertad de ser, mantener su búsqueda de poner una huella en sus actos y decisiones, de luchar y construir su vida y su muerte.
Czentovic, un hombre que “nunca logró jugar una sola partida de memoria, o, por emplear el término técnico, a ciegas”. Un hombre que, efectivamente, podría proyectar en su interior, milímetro a milímetro, las partes del tablero, pero carecía de facultades para proyectarlo. Ello requería ingenio, capacidad de abstracción, cierta fantasía. El doctor B., temperamento inquieto, hombre desesperado, con gran capacidad de abstracción, hombre que pudo reconstruir las ciento cincuenta partidas de ajedrez y, más aún, reconstruir su vida, la vida, crear ilusiones, una realidad propia, evadir su realidad.
Cuando ambos estuvieron frente a frente ante un tablero de ajedrez, cada cual sin salirse de su estilo y personalidad se reencontraron y se maravillaron. De tres partidas que jugaron, una la empataron y las otras dos, cada cual ganó una de ellas. Al doctor B, le perdió su temperamento desesperado y su forma de llevar el juego: de memoria. A Czentovic, le sacó adelante precisamente su incapacidad de jugar una sola partida de memoria, así como su temperamento frío, desapasionado.
El doctor B, reubicó la soberbia del poder, la displicencia de un campeón Czentovic que al enfrentarse a un grupo desconocido de principiantes, entre ellos el propio doctor B, les dijo: “vosotros sabéis quien soy, y a mí no me interesa saber quiénes sois”. El doctor B, en la partida que perdió con el campeón, cometió el error de jugar solo (sin el rival), de abstraerse, evadir la realidad, el juego. Después de ciertas jugadas llegó a decir: “¡Jaque! ¡Jaque al rey!” Czentovic, una vez de observar la jugada, frío, calculador y sin inmutarse, dijo: “lo siento..., pero no veo ningún jaque”. El doctor B, regresa a la realidad, ve el lugar de cada pieza en el tablero y dice: “pero..., ¡el rey debe estar en F7! Está mal colocado..., completamente mal... ¡Usted movió mal! Todo esta fuera de su lugar”. Observa, reflexiona, se detiene. Después de un gran silencio dice: “¿Acabo de decir o de hacer un disparate...?” Efectivamente, el jugó solo, movió sus propias piezas, inventó otro juego, se “desdobló” como lo hacia en prisión.
Ante estos dos temperamentos Stefan Zweig, incorpora el tercero inevitable: la pasión ciega de ver y actuar en la vida, la pasión que impide el diálogo interior y exterior del ser humano, un ingeniero que deseaba ganar a como diera lugar y a costa de lo que fuera a Mirko Czentovic. Su actitud fuera de sí refleja la de todas aquellas personas que se encuentran atrapadas en alguien, incluso, en sí mismas. Aquel que lo entienda dominará, sea campeón o no.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
El amor, la frialdad y la pasión
Para la ciega pasión, es un honor perder frente a un campeón, sin darse cuenta que al hacerlo, pierde consigo mismo. El amor enloquece, la frialdad domina, la pasión atrapa.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
sábado, 1 de enero de 2011
La Jurisprudencia de Klimt y Las riquezas de las naciones de Orozco en la Suprema Corte de Justicia de la Nación
Cuando veo la Jurisprudencia de Klimt, recuerdo inmediatamente el arte comprometido de José Clemente Orozco (La trinchera, Prometeo, Las fuerzas brutas), el pintor de la diagonal de fuerza que siendo propia nos recuerda a la de Rubens, el pintor del equilibrio y movimiento lento pero vigoroso. Repito, la Jurisprudencia de Klimt me lleva a los murales de Orozco ubicados en un patio interior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de mi país, denominado de los pasos perdidos. En cada uno de los puntos cardinales de los pasos perdidos existe un mural: el de Las riquezas de las naciones (las entrañas de la nación, las fuerzas de la soberanía, las riquezas del suelo y del subsuelo, el tigre como símbolo que defiende con expresión de lucha la unión nacional y las riquezas de la nación, todo, todo esta depositado para su vigilancia y garantía precisamente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación), el de La justicia (metafísica), el de La justicia (terrenal) y El movimiento social del trabajo. El símbolo de los cuatro murales es un todo integral de Orozco y su compromiso con los trabajadores, con la gente humilde, depositados en el espacio e instancia adecuada.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.