domingo, 25 de diciembre de 2011

La cultura de copiar y pegar*

En nuestros días lo único que existe es imitar y copiar, no se sabe otra cosa más que imitar y copiar. ¿Y cuando ya no exista a quién imitar y copiar? El hombre se desplomará, nacerá, entenderá por fin que fue apéndice, grasa, pensamiento colgante. ¿Cuántas cosas se pueden crear, decir, hacer, transformar sin necesidad de imitar y copiar, e incluso, por qué no, de leer un libro?

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La plenitud de lo escrito*

A un escritor lo que menos le preocupa es el saber si lo escrito está bien o no. A un escritor le importa que lo escrito le deje satisfecho. Si está bien o mal es un juicio de valor que estrictamente le corresponde a los lectores.
Rechazo a los que escriben de todo sin estar ellos mismos, esto se debe a que en mi soledad estuvo siempre la palabra, fue mi compañía. “La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida me aclaró los libros”. Memorias de Adriano de Margarite Yourcenar. ¿Cómo poder escribir algo donde no esté uno?




*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Navego en mis ideas como un barco a medio mar*

Navego en mis ideas como si fuera un barco a medio mar. Me aferro a mis ideales, dignidad y orgullo; a mi acto de libertad como expresión que me permite levantar la frente y mirar a los ojos del otro. A mitad del océano, en la soledad del barco y mis circunstancias, me adhiero a la vida, como ese viejo pescador descrito por Hemingway en El Viejo y el Mar, que solo en un bote al centro del mar y con ochenta y cuatro días que no cogía un pez, lucha con su presa, de tú a tú, el todo por el todo. En su lucha el viejo pescador pone todo lo que es como ser viviente: integridad, orgullo, vida. “Me estás matando, pez, pensó el viejo. Pero tienes derecho. Hermano, jamás en mi vida he visto cosa más grande, ni más hermosa, ni más tranquila ni más noble que tú. Vamos, ven a matarme. No me importa quién mate a quién”.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El atormentado Modigliani*

Por lo que se refiere a Modigliani debo decir que este pintor vive en un eterno tormento con respecto a la clase social a la que pertenece. Ser burgués no es cosa fácil, en gran parte se necesita una falta de ética, un cierto descaro para explicar la plusvalía, la corrupción, el ultraje. Por lo mismo, el gran reconocimiento por este pintor es su extrema valentía de expresarse como un ser antiburgués, lo cual en sí mismo ya es revolucionario. Modigliani es un enfermizo, débil, el Kafka de la pintura; es un pintor que dibuja para responder a su propio yo que esta en conflicto; asume como propia la desesperanza y el desencanto humano que percibe de la sociedad al inicio del siglo XX; el ser humano y la densidad de la tragedia es el tema de su pintura, de ahí los oscuros y colores arenosos, ojos que no ven, pozos negros, lienzos blancos, ciegos; ojos combinados: un ojo ciego, otro que ve. Su pintura presenta la nostalgia, el naufragio de un yo colectivo. Un deseo de equilibrio entre el yo, el mundo y las circunstancias; deseo que le lleva a crear un lenguaje propio; un solo cuadro ejemplifica lo anterior: El violonchelista. Modigliani, el pintor del alargamiento de la figura humana, el pintor que de acuerdo a uno de sus biógrafos, Giorgio Cortenova, “reafirma las razones de la psique del lado del psicologismo. Así como afirma los ritmos de la persistencia y de la duración, pero no los inscribe en la sólida volumetría del arcaísmo o en la tranquila presencia de la forma bella (...) Es irreverente, intencionalmente “tosco”, capaz de “apresurarse” sin conceder demasiada importancia a la aristocracia del pincel: incluida la de los vanguardias”.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Gauguin, el pintor que robo el espíritu a Tahití*

¿Y qué podemos decir de Gauguin? Yo creo que Gauguin por su incuestionable sensibilidad pudo robar a Tahití su espíritu y cultura para proporcionársela al mundo. ¿Qué otra cosa se puede decir al ver cuadros de paisajes y mujeres tahitianas? Es un pintor que se rebela al sistema social establecido, es en gran parte anárquico, lucha contra todo lo preconcebido, lo establecido. Vicen Van Gogh le respetaba y estimaba mucho, y eso es decir bastante, dos personalidades fuertes, en ninguno de los dos hay lloriqueos, solo intensidades, desgarramientos internos. Dos personas de carácter que, por lo mismo, no podían estar juntas demasiado tiempo. Anna María Damigella nos dice que Gauguin en sus últimos años que pasó en la isla de Hiva-Oa, archipiélago de las Marquesas, aunque cautivado por las creencias locales, “se siente alejado de artistas y escritores simbolistas; pide tan sólo que se le reconozca el mérito de haber luchado por la libertad en el arte; a la nueva generación le aconseja que se “aferre a las abstracciones más rotundas, que supere toda timidez.””

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Seurat, los problemas sociales y el elogio de Van Gogh: "Ah, si yo pudiera hacer algo igual"*

También es indispensable agregar el nombre de Seurat, pintor que encontró su originalidad y más alta expresión en la técnica denominada puntillismo o neoimpresionismo; aunque yo diría, más bien, que su técnica consistió en arrancar la esencia, el alma de las cosas, del ser humano, la esencia del fenómeno. Seurat es un pintor introvertido que muere de difteria; es un hombre cuya preocupación central fueron siempre los problemas sociales, así lo expresa en sus cuadros Mujer cosiendo (madre del artista), El pobre pescador, Picapedrero, Periferia y El circo. Es de mencionar que uno de los grandes elogios que yo he escuchado de un pintor para otro, es precisamente el que expresa Van Gogh al ver los cuadros de Seurat: “Ah, si yo pudiera hacer algo igual”.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 30 de septiembre de 2011

El fondo de un interés*

Si a una persona le interesa demasiado una cosa, tengan la seguridad de que su interés no está en la cosa, sino en lo que pretende obtener con ella.




*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Un crimen educar con prejuicios*

El acto más criminal de este mundo es que los profesores eduquen con el libro de los prejuicios.




*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

¿Por qué no decir mi verdad?

Si Aristóteles, Platón, Séneca, y tantos otros, en su momento han dicho su verdad, ¿por qué no decir con mis propias palabras la mía?




*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La educación construye a la naturaleza humana*

Bertran Russel, ¿Tiene el hombre un futuro?, comenta que “la naturaleza humana está construida, al menos en sus nueve décimas partes, de educación, y solo el resto es innato”. ¿No entiendo por qué esto aún no se entiende?




*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Mi fortuna en la vida*

En la vida mi fortuna fue ésta: siempre estuve cerca de personas talentosas, a las cuales escuché, escuché y escuché.


*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Mis ojos y el infinito*

Un pedazo de infinito se mete entre mis ojos, somos una parte de infinito.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Todos hemos sufrido la pérdida de alguien y encontrado la fuerza de seguir

Vivir en un permanente desamor, en un permanente duelo. Todas las familias han sufrido la pérdida de alguien: un hijo, un vacío que deja el ser querido, abortos, asesinatos, suicidios, secuestros, hijos que huyen. La fuerza de seguir: un desamor que se transforma.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Mi cuerpo se arruina

No me entristece que mi cuerpo se arruine y debilite cada vez más. Mi cuerpo es independiente de mi pensamiento.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Si la unión es enfermiza, destruir para sanar

Cuando se esta poseído por algo y ya no se puede vivir sin él, la unión que se da es enfermiza; su única posibilidad de cura es la destrucción del objeto. De ahí el viejo lema que “lo que origina la enfermedad es también su cura”.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Lo que pienso es tan común como amasar la tierra y hacer adobes

Soy un hombre desolado, la angustia y la pasión me abruma. Después de una risa una tristeza. No soy dócil ni me humillo para tocar el cielo. Soy lo que pienso, y lo que pienso no es del otro mundo, es tan común y cotidiano como amasar la tierra y hacer adobes. Amo a poetas como Rilke, Otto Rene Castillo y Jaime Sabines, por ejemplo; sin embargo, el desapego a dioses y poetas es mi constante.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El hombre carga desdicha, dolor, amargura

El hombre de la calle carga siempre desdicha, dolor, amargura. Él sabe que su tristeza es permanente y la felicidad inalcanzable; él lo que pretende no es amar y ser amado, sino simplemente morir en paz, sin que nadie lo corra de su lecho de muerte.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La esperanza es un mañana

La esperanza no es de las flores.
Porque la esperanza es un mañana
y las flores no tienen un mañana.

Antonio Porchia.


Viernes 31 de diciembre de 1999, el milenio concluye. Hay una débil alegría de vivir. Un milenio es un milenio. Al mundo le hemos dejado lo mejor de nosotros pero también demasiados estragos. Muchas cosas han caído para nacer otras: teorías, fenómenos, pensamientos, mitos; abuelos, padres, seres queridos, generaciones. Se han transformado viejos principios. Lo que fue esperanza hace novecientos noventa y nueve años, ahora es desesperanza, paso inevitable para conformar otra esperanza.
El hombre ahora es marcadamente individualista, su carácter fraterno sólo aflora en la desgracia. La fraternidad de los caídos, los enfermos que ya no tienen nada que perder, los desahuciados del mundo que viven con la gran alegría de volver a sentir el sol, de contemplar sin angustia el cercano fin final de su vida.
El individualismo social ha roto valores, marcado indiferencias y conformado un hombre insensible, de lucha permanente consigo mismo y con el otro. En él predomina la desesperanza y la desilusión, el rencor, la frustración.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El sentido propio de vivir la vida

De la misma manera que el agua escurre por un cauce natural y se dirige a su fin por su propio sendero, así también, el hombre tiene un sentido propio de vivir la vida, su vida; psique y mundo exterior son un encuentro y desencuentro, una unión y comunión dialéctica, una pérdida y un reencuentro, un ajuste permanente de un yo y un entorno. Todo ser humano tiene una razón para vivir y, al mismo tiempo, un sentido natural para lograr esa razón de vida; su necesidad de vivir le lleva a la de morir. Evadir el sendero natural del por qué vivir, significa transitar por la destrucción y el vacío, por la autohumillación, el estado vegetativo y el suicidio.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La esperanza y la desesperanza

La esperanza y la desesperanza, el encanto y el desencanto, la vida y la muerte, el permanente cambio, una cara lleva a la otra. La perseverancia es el instrumento para trascender la desesperanza y el desencanto.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La tradición de mis ancestros

En el subsuelo de mi país corre la tradición de mis ancestros, entre otros, los otomíes, los yoris, los aztecas, los purepechas, los lacandones y tarahumaras. Pilares firmes de identidad cultural. La historia oral no se extingue.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Uno duerme y puede ya no despertar

Cuando uno duerme puede ya no despertar, ¿para qué angustiarse entonces? Tal vez sean las culpas las que acosan.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La sombra de mi sobra

Quedé pegado en la sombra de alguien que no existe. Es la sombra de mi sombra. Al no existir sombras iguales, quedé pegado en la ilusión que todos llevamos dentro.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La paz interior

La paz interior se parece a un atardecer que transcurre entre una luz tenue y una mirada colmada de quietud.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Respeto a procesos naturales*

Caminar en este mundo es tan simple como tomar un poco de agua. Solamente hay que respetar los procesos naturales.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La mirada triste y compasiva de un animal*

Cuando la mirada de un animal es triste y compasiva, tómese como un presagio: la sombra de la muerte ronda.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El peso de las culpas hunde*

Las culpas es un peso adicional que termina por hundirnos, son cadenas propias de la cultura occidental que cuelgan en el cuello inmediatamente después del nacimiento.


*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La incurable fractura*


El que guarde en un rincón de sí mismo un vacío, un rencor y odio, una culpa callosa, siempre vivirá con una incurable fractura.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La sombra de los muertos*

En mi pasado hay tantos muertos, tantas sombras que se adhieren a mi sombra, que ya no sé si la cultura que hoy vivo es hecha por los vivos o toda ella es de los muertos.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El dolor del abandono del otro*

Me lastima la desesperanza de aquellas personas que no desean vivir, que se abandonan. Me duele la desesperanza del hombre que se abandona.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.


Ajeno al propio idioma*

La más grande tristeza que he sentido en mi vida se dio al verme ajeno al idioma de mis ancestros. Me sentí apátrida.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Hambre, silencio, amargura*

Los niños bostezan de hambre, los padres en silencio muerden su amargura.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Dialogar consigo mismo*


Si la desesperanza es intensa, dialoga contigo mismo y no dudo que la serenidad acompañe tus actos.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

martes, 19 de julio de 2011

Escribo tu nombre

Quisiera crear un pensamiento grabado en óleo, en música caída gota a gota y así escribir en un nuevo idioma tu nombre, tu rostro, tu vida respirando con la mía.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Juzgar a los demás

A la gente de pocos recursos se les ve por sus ropas y su figura mas no por lo que son; a los dueños de capital sólo por sus ropas; a los ancianos, filósofos y maestros, por lo que son, y a los artesanos, poetas, pintores, obreros y asalariados en general, se les ve y juzga por lo que hacen.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Cuando la vida languidece

Cuando la vida languidece las personas ya no caminan, sino flotan, ya no piensan, sino recuerdan, ya no hablan, sólo miran, se despiden.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La oscuridad

Por las noches la oscuridad busca los labios de los desvalidos, los ojos de los amantes; busca a quién dar su consuelo recogido durante el día, ¿por qué aterrorizarnos con la oscuridad?

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Compensación natural

El ciego tiene su forma de mirar, el sordo de oír. Todos tenemos una compensación natural que suple de lo que carecemos.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El hombre de la calle

El hombre de la calle busca un bálsamo de vida al ver los ojos de la muerte.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La pobreza

La pobreza siempre se tiende al ras del piso.


*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 8 de julio de 2011

Una razón para vivir*

De la misma manera que el agua escurre por un cauce natural y se dirige a su fin por su propio sendero, así también, el hombre tiene un sentido propio de vivir la vida, su vida; psique y mundo exterior son un encuentro y desencuentro, una unión y comunión dialéctica, una pérdida y un reencuentro, un ajuste permanente de un yo y un entorno. Todo ser humano tiene una razón para vivir y, al mismo tiempo, un sentido natural para lograr esa razón de vida; su necesidad de vivir le lleva a la de morir. Evadir el sendero natural del por qué vivir, significa transitar por la destrucción y el vacío, por la autohumillación, el estado vegetativo y el suicidio.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Desesperanza*

Me lastima la desesperanza de aquellas personas que no desean vivir, que se abandonan. Me duele la desesperanza del hombre que se abandona.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Lo empiezo a entender*

En la vejez, me decía mi padre, uno ve como nublado, uno siente sin consistencia gran parte de la vida. Le empiezo a entender.


*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Un hombre modesto*

Como mis padres un día me cargaron, así también Juan Ramírez González, si vive más tiempo que yo, será la persona que cargue mis cenizas. La vida me llevó a él. Un hombre modesto junto a otro igual. Toda mi vida no va más allá de una burbuja de jabón, todo mi cuerpo cabrá en los ojos de un gusano, en la gota de un chopo de agua.


*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Obsesión*

El trabajo como obsesión, en general todo acto obsesionado, es un mecanismo de defensa que permite evadir la realidad, la miseria humana, nuestra propia miseria.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Morir todos los días*

La traición, infamia, abandono y degradación: el suicidio fascinante de morir todos los días.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

miércoles, 1 de junio de 2011

La soberbia del señalamiento, el dedo índice de Dios y el Diablo.

La soberbia del señalamiento. El dedo índice de Dios y el Diablo señalando el deber ser, siempre el deber ser.
¿Quién puede decir que un hombre es normal y otro no? ¿El que se ajuste a las reglas sociales? ¿Cuál es ese mundo, esa ciudad, donde todo mundo es cuerdo o intenta serlo?
Todos estamos locos, diría Onofre Gil, sólo que los que nos autodenominamos normales lo sabemos y los locos lo ignoran. Para este autor “un loco ríe en la muerte de su madre si le viene en gana y llora porque le apetece si aquella recupera la salud o da sospechosas muestras de hacerlo. Lo que no hace el loco, lo que parece haber olvidado el loco es llorar sin apetito y reír sin que le venga en ganas”.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Todos antes de morir tenemos algo que decir.

Todos en la vida antes de morir tenemos algo que decir, que hacer. Nadie muere antes de cumplir esta sentencia.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Tuve el valor de marcharme sin verla por última vez.

Tuve el valor de marcharme sin verla por última vez. Qué difícil es despedirnos de nuestros muertos. Ahora tengo la sensación de que la dejé dormida.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Cuando ya nada depende de uno.

Cuando se ha hecho todo lo que se debía y podía hacer; cuando ya nada depende de uno, sólo debemos esperar.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El que guarde en un rincón de sí mismo un vacío.

El que guarde en un rincón de sí mismo un vacío, un rencor y odio, una culpa callosa, siempre vivirá con una incurable fractura.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La tristeza más grande que he sentido.

La más grande tristeza que he sentido en mi vida se dio al verme ajeno al idioma de mis ancestros. Me sentí apátrida.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Ama plenamente.

Ama plenamente aunque temas no ser correspondido. ¿Para qué gastar fuerzas en temores de abandono que frenan la plenitud?

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Cuando a la gente no se le trata como adulto.

Cuando a la gente no se le trata como adulto y se menosprecia su sentir, aflora lo irrelevante y superfluo, lo oficioso.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

martes, 19 de abril de 2011

Tu cráneo dará flores*

Manuel Acuña diciéndole a la muerte: “.. tu cráneo lleno de una nueva vida, en vez de pensamientos dará flores”.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Morir es un acercarnos día a día a la muerte*

Morir es un acercarnos día a día a la muerte, ser moribundo, agonizante hasta el fin final que es la muerte. La muerte es un predecir, un pensamiento romántico que se cuelga en un cadáver.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Moriré en la soledad más no en el abandono*

Moriré de amor y desamor, esperanza y desesperanza, encanto y desencanto. Moriré en la soledad más no en el abandono. Moriré creyendo en mi vida.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.


Los muertos beben el agua de la tierra*

Los muertos beben el agua de la tierra, exprimen la sal de los gusanos, comen con sus dientes rotos las raíces del pasto y de los años.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Déjenme en paz mis últimos días*

Si es mi destino el tener una enfermedad incurable, nadie se angustie por ello, déjenme en paz mis últimos días. Recuerden a Hipócrates al referirse a los enfermos de cáncer: “aquellos que padecen cánceres ocultos, lo mejor es no curarlos; porque con cualquier tratamiento perecen. Viven más tiempo cuando no se les cura”.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Ni en la muerte espero dormir, diría Pessoa*

Toda mi vida he padecido insomnio, citando las palabras de Fernando Pessoa: “no duermo, ni espero dormir. Ni en la muerte espero dormir”.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Caer y levantar es mi destino*

Soy un mexicano provinciano, modesto, tal vez demasiado modesto. Me caigo y me levanto a cada paso, día a día; creo que la gente se ha acostumbrado a verme así. Efectivamente, caer y levantar es mi destino. Soy un hombre de soledad, no me muevo de un sólo punto. Sigo mi camino, soy un hombre que no se mueve.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Mi padre fumando su cigarro de hoja*

A mi padre lo recuerdo con sus gestos y ademanes, con su mano tocando mi cabeza y después mi hombro; con su cigarro de hoja fumando y contemplando el tiempo. Lo recuerdo con sus ojos pequeños, vivaces. Como un hombre viejo, extremadamente tranquilo, mirando el tiempo, recobrando “la dicha: de ya no escuchar el tiempo”. Debo decir que mi padre fue una persona que toda su vida recibió órdenes y, sin embargo, en su interior siempre mantuvo su autonomía y dignidad. Fue un hombre libre. Mi mejor ejemplo y herencia.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 1 de abril de 2011

Hay amigos que enterramos sin darnos cuenta*

Hay amigos que enterramos sin darnos cuenta. Con los años los vamos desenterrando, al hacerlo desenterramos una parte de nosotros. *González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El porvenir*

El porvenir, como la interrogante de algo que no sé, me alienta, reconforta, rejuvenece. El porvenir, como algo que construyo, me da confianza y firmeza. *González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Peleas gratuitas*

No caigo en peleas gratuitas, cuando estoy cerca de ellas retrocedo, las dejo pasar, les deseo el mejor desenlace. Cuando se trata de subir la guardia no evado mi defensa de libertad, lucho a muerte. *González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

lunes, 28 de marzo de 2011

Consejos entre líneas*

Los libros tienen ojos que nos ven, nos descubren; tienen voz, fuego, corriente subterráneas que nos llevan al fondo del océano, consejos entre líneas. Para un autor el libro es su tumba, palabras que se forman de boca en boca, viento musical con mil significados, abandono, duelo, mirada interior, vómito y catarsis. Los libros son pan, agua, voces infinitas que tocan la punta de la lengua, encuentro, reencuentro y abandono. *González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La neurosis*

La neurosis es una hipersensibilidad, una intuición sublime, mágica; es una figura solitaria que sufre en su propio dolor el dolor ajeno; es un amor anudado en las entrañas, una búsqueda permanente de que algo brote y no se quede en su interior aferrado con las uñas hasta causar la muerte. Cerrar los ojos, posiblemente, sea el mejor alivio para calmar la neurosis por momentos, o hacer actos suicidas en la música, en la pintura, en la escritura, en la vida cotidiana. *González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El paso de mi muerte*

Hasta hace unos años mis ojos se reconfortaban con atardeceres y un pensamiento sin punto fijo, quietud y soledad. Ahora lo que me da fuerza para seguir es la desesperanza y el desencanto humano que me rodea, la desolación y la desdicha de saber que la vida me consume y no hay nada que evite el paso de mi muerte.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

lunes, 21 de marzo de 2011

Creo en la gente que alrededor del comal come sal y tortilla*


Los hombres son dioses muertos.
Carlos Díaz Dufoo Jr.

Me desgasté pidiéndole a los dioses que nada me pasara, que apartaran de mí a toda persona rencorosa, punzante, avara y ventajosa. Viví en la pobreza y alejado de todos y de mí mismo. Lo bueno y lo malo se cayó al vacío. Ahora no sé ni quien soy ni dónde estoy; no creo en nadie e incluso dudo de lo que yo mismo creo. Ya no creo en los dioses aunque sí en la gente vagabunda, en la gente que alrededor de un comal se come la sal y la tortilla, en la gente que recoge la basura para comer. Ya no creo en los dioses, no, pero sí en lo que cree la gente. Los dioses se han caído y seguramente a gritos pedirán, por los siglos de los siglos, el beneficio de ser polvo.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Despídete ahora*


Los moralistas, los religiosos, los creyentes, pasan sus últimos minutos en despedidas y lloriqueos, parecería un chantaje, una deseo de morir atormentado. ¿Por qué no retirarse en paz de la vida? ¿Por qué no despedirse antes, día a día de la vida, de nosotros, de nuestros afectos, amigos y familiares, de uno mismo?
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El miedo de vivir*


El miedo de vivir. El miedo de vivir es una enfermedad paralizante, es voltear para todos lados y no poder caminar, es cuidarse de la sombra del otro y de la propia, segundo a segundo sin saber por qué. Es vivir siempre atrapado en un día gris y otro nublado; es vivir en permanente intranquilidad, fatigado de todo y de todos. Es perder el entusiasmo y el asombro, estar encerrado en sí mismo como un ídolo contemplando su propio retrato, es terminar con el triste alivio de haber visto un día más y un día menos.
El miedo de vivir es enroscarse en las entrañas de sí mismo, dormir abatido de dolor, sin entender que el dolor es humano, un principio de nacimiento, un salir de sí mismo, amar al otro, a la vida.
El miedo de vivir es una enfermedad propia de las almas rotas, fracturadas por recuerdos íntimos vividos en la existencia desnuda del inconsciente, o bien, por factores sociales deshumanizados, castrantes. Hago votos porque en un siglo como éste, donde el ejercicio del poder mordisquea al individuo hasta matar su deseo de vivir, su actuar en libertad, ser él, no paralice a una sociedad entera, en especial a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Una de las peores cosas que le pueden pasar a una sociedad es que los jóvenes tengan miedo de vivir, sentir, actuar, asumir su libertad, su calidad de hombres, sus proyectos. Vivir la vida es vivir con libertad de actos, aceptarla como es: un proceso natural en permanente cambio, nada empieza desde el principio, todas las cosas tienen su encanto y su melancolía. La vida es amar, amar intensamente las cosas gratas y no gratas, todo es parte de la naturaleza humana.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

jueves, 10 de marzo de 2011

Vivir por segunda vez*

Vivir intensamente como si fuera el último día, el último minuto, la última vez. Vivir, como diría Viktor E. Frankl, en El hombre en busca de sentido, como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás a punto de obrar.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

¿En qué país deberán vivir?*

Los que lloran, los que piden pan, limosna, agua, los caídos, los enfermos, los ancianos, los que duermen en las coladeras de la calle, los extraviados, los presos, los desahuciados, los paralíticos, los desamparados del poder, los leprosos, los que buscan trabajo, los que roban para comer, los desconsolados, los sacrílegos, los que no se arrodillan ni idolatran, los que viven al día o piden prestado para vivir: ¿en qué país deberán vivir?

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Silencios*

Cuando realmente hay un tema cuya respuesta requiere de todo mí ser, no digo palabras, sigo la enseñanza de mi padre, hago gestos y ademanes, creo silencios. Ello, tal vez, es porque de él guardo sus gestos, ademanes, palabras cortas, charlas breves y profundos silencios; su mirada como respuesta a mis preguntas.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 18 de febrero de 2011

¿Por qué resistirse a morir?*

Vivo para morir, lucho para morir, nunca he negado mi destino. ¿Por qué resistirse a morir? Resistirse a morir es resistirse a vivir. Igual que comemos tres veces al día, vivamos sin angustia la cercanía de nuestra muerte; caminemos recordando estas palabras que Margarite Yourcenar cita del Emperador Adriano: “mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía un instante miremos juntos las riberas familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver... Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos...”.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Ausencia de proyecto*

El único peso que carga la gente sin conciencia de sí y de sus circunstancias, es la grasa que acumula tanto en el espíritu como en el cuerpo. La ausencia de proyecto los vuelve obesos.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Lágrimas de cocodrilo*

¿Por qué se dice que al llorar hipócritamente la muerte de un ser humano, lo que corren son lágrimas de cocodrilo? Seguramente existen mil respuestas, yo me quedo con la de Leonardo Da Vinci: “el cocodrilo se apodera de un hombre y lo mata inmediatamente. Una vez que ha muerto, el cocodrilo llora y se lamenta deshaciéndose en lágrimas. Después, finalizados los lamentos, lo devora con crueldad. Lo mismo sucede con el hipócrita, el cual, por la cosa más insignificante, se llena de lágrimas, pero tiene corazón de tigre y se alegra de las tristezas de los demás”.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 11 de febrero de 2011

El rito de la fe


Nuestra fe más que espiritual es ritual, festiva, sin espacio propio; se aleja de la filosofía.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Independencia y soledad

La independencia de criterio lleva a la soledad.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Luchar hasta el fin por ser yo mismo


Antes de someterme a la dependencia de cualquier Dios, persona, culto, incluso de mí mismo, me prometí luchar hasta el fin por ser yo mismo.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El ser y el no ser


El ser nos permite buscar, soñar, amar, vivir. El no ser es una loza que sepulta.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

¿Quién renunciar a la dignidad?


Quien renuncia a su dignidad es porque nunca la ha tenido.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

sábado, 29 de enero de 2011

El intelectual se puede perder en las ideas*

El intelectual que no clava las uñas en la tierra, se pierde en las ideas y olvida las cosas.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Mi vida languidece*


Estoy escribiendo la última línea, la última letra; me acerco al punto final. Mis fuerzas se agotan, en cada línea de los días se ha quedado mi vida. No sé a dónde estoy ni a dónde iré. Mi vida languidece, se acerca el punto del eterno retorno, lo siento, segundo a segundo me transformo en una milésima molécula de una molécula. Destellos de luz, estrellas, viento, pedazo de silencio y sombra. Soy la sombra y el silencio mismo.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Pregunto*

¿Podré dejar de escribir algún día?

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Vivir las palabras es transmitir en ellas nuestro sentir*



Vivir las palabras es transmitir en ellas nuestro sentir y que sea el otro el que encuentre junto a mí su contenido. No estoy por las palabras incendiarias, cargadas de frustración y sueños incumplidos, éstas sólo son dichas por aquellos que no las sienten ni las viven. Sobre el particular recuerdo aquí a Alfonso Reyes, “Oración del 9 de febrero”, cuando dice: “¡los que no han vivido las palabras no saben lo que las palabras traen adentro!”, y agrega: “la visión se borra y viene otra: ahora son las multitudes que aclaman, encendidas por palabras candentes que caen, rodando como globos de fuego, desde las alturas de un balcón, se estremece aquel ser multánime y ofrece millares de manos y millares de pechos. Pero esta visión es embriagadora y engañosa y pronto desaparece, desairada -tentación que se recoge en el manto- para dar lugar a otros recuerdos”.
Sugiero, entonces, buscar las palabras que expliquen por sí mismas nuestro sentir, palabras sencillas unidas por ideas sencillas, en virtud de que las palabras en sí mismas carecen de valor, son símbolos, solamente símbolos. En el I Ching se menciona que las palabras no pueden expresar los pensamientos totalmente, por lo mismo, los sabios, los filósofos, los poetas, los maestros en general, establecieron imágenes, metáforas, con el fin de expresar totalmente sus pensamientos.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

jueves, 27 de enero de 2011

Desesperanza*

Me lastima la desesperanza de aquellas personas que no desean vivir, que se abandonan. Me duele la desesperanza del hombre que se abandona.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El amor, las mujeres y la muerte*

El amor consume, enloquece; es, citando a Arturo Schopenhauer, “un sentimiento extraño contrario a la naturaleza”. Nunca he comprendido, nos dice el citado autor en El amor, las mujeres y la muerte, cómo dos seres que se aman y creen hallar en ese amor la felicidad suprema, no prefieren romper violentamente con todas las convenciones sociales y sufrir la vida, renunciando a una ventura más allá de la cual no imaginan que existan otras. ¿Será acaso, reflexiona el mismo autor, porque el amor entre dos personas que buscan la combinación de la generación futura, es el resorte más poderoso y activo de todos los resortes, igual que el amor a la vida?
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

sábado, 15 de enero de 2011

Los pintores tienen espíritu revolucionario*



Mi reconocimiento al espíritu revolucionario de los pintores en general, permitáseme hacerlo a través de pintores como Kokoschka, Fattori, Chagall, Mucha, Rousseau, Klimt, Matisse, Modigliani, Gauguin, Seurat, Toulouse-Lautrec, Schiele, Pissarro, Courbet, Manet, Monet, Renoir, Cézanne y, sin duda, Vicent Van Gogh. ¿Para qué pintar si ya lo hizo por mi Van Gogh?, me digo una y otra vez en mis adentros y mis ojos se humedecen.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Los rostros de Kokoschka*



De Kokoschka me impresionan sus rostros, rostros cadavéricos, pálidos, expresiones violentas, ausentes; rostros que expresan un yo atormentado, se podría decir, incluso, en gran parte frustrado; rostros raídos, máscaras de conducta, malestar socioindividual, ansiedad, locura, idiotez, neurosis; rostros sonámbulos, vacíos.
Kokoschka es un expresionista, sus pinceladas son carne contraída, plasman el secreto de la personalidad, los nervios del alma. En particular me gustan mucho dos autorretratos: el Autorretrato con la mano en la boca y el Autorretrato con las manos cruzadas, y la pintura llamada La novia del viento. En los dos primeros se percibe el temor, el naufragio, la insatisfacción personal, la soledad. Mirada interrogante, ojos desorbitados, cuestionadores. Y en La novia del viento se trasmite una expresión de soledad, ternura, despedida; una relación amorosa que se arrastra al mar; él con la mirada fija, viendo internamente, parecería que observa la gran soledad que le dejara un amor que se marcha; ella, serena, satisfecha, duerme recargada en su costado, con un pie arriba del cuerpo amado, del cuerpo que se mezclará en la nada; parece respirar lentamente el olor de un amor que jamás volverá a tener.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Giovanni Fattori (el pintor de las mujeres muertas*



Giovanni Fattori (el pintor de las mujeres muertas y la postura de no lucrar con la pintura, ¿si la pintura es cultura, por qué lucrar con ella?), cuatro son sus cuadros que me apasionan: Las macchiaiole, Remendadores de velas, Carboneros y Descanso de albañiles. Sin duda su pintura académica, propia de pintores del clasicismo, es impecable y hermosa, también su pintura bélica y campirana. Sus cuadros de historia. Las macchiailole, luces, manchas, claridad, simetría. La naturaleza viviente. Sombras, reflejos, la perfección en potencia, formas, volumen, planos; en los segundos, la historia real se hace presente. Raffaele Monti en un ensayo sobre el Fattori, cita un escrito donde el pintor traza por sí mismo su biografía. En una parte de dicho escrito Fattori menciona lo siguiente: “Florencia me emborrachó. Vi a muchos artistas, pero no entendía nada. Todos me parecían buenos, y yo me abatí tanto que me asustaba el pensamiento de tener que empezar a estudiar (...) Poco afortunado económicamente hablando, porque siempre he tenido gran respeto al arte y nunca me ha gustado humillarlo por intereses viles, me he contentado con vivir modestamente, feliz cuando alguien ha reconocido en mí algún mérito”.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Los vitrales de Chagall*



¿Y por qué me veo obligado a citar a Chagall? En lo personal no precisamente por sus temas bíblicos y su misticismo hasídico (por ese su actuar cotidiano de buscar en cada cosa, en cada paso, la profundidad más profunda, la eternidad misma para acercarse a Dios), aunque ello es característico en él; realmente lo cito por sus hermosos vitrales (arte en extinción), tal es el caso de La tribu de Isacar que me apasiona, aunque el cuadro que ha recorrido el mundo es El poeta (las tres y media); A Chagall lo podemos ubicar como anticubismo, como pintor que descompone el cubismo para construir nuevas formas e imágenes, sin duda un gran talento. Trazos de tamaño igual a la figura, el hombre al mismo tamaño de la montaña, de la casa; figuras flotantes, aisladas, adheridas por el espacio. Fantasías que dan cuenta de su carácter introvertido, su condición social, su sentido de clase trabajadora de la cual no se alejó nunca. Se puede decir que su pintura de colores arenosos dan cuenta de un mundo nada armónico, proporcional, equilibrado, sino de un mundo que está al revés, de cabeza; de ahí el porqué hay que verlo en fantasía. Otros cuadros que aprecio de Chagall son: A Rusia, a los asnos y a los demás, El violinista y El muerto. En los tres esta para mí el Chagall pleno, creativo, talentoso, maduro.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Alfons Mucha, el arabesco revolucionario*



Por su parte Alfons Mucha, el poeta que revoluciona el arte con sus póster, fotografías, murales recreativos y vitrales, su decoración de panales, objetos, esculturas. Su estilo arabesco, místico, mosaicos de fondo, lisos inexistentes, círculos y arcos ibéricos. Todo era fortuna, arte al servicio del capital; sin embargo, el genio vive en soledad, sufre la desdicha de su tiempo, surgen las veinte telas de La epopeya eslava, pinturas que serán inseparables al nombre de Mucha. Los símbolos eslavos juegan con el despertar nacional, véase: ¡Sometida y torturada, tú renacerás, oh patria mía! y, sin duda, La emancipación de los campesinos rusos de la esclavitud.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Rousseau, el de La gitana dormida*



Rousseau (Henri- Julien- Félix Rousseau), el pintor mundialmente conocido por La gitana dormida (pintura surrealista, la negra vagabunda, cansada, que un león la olfatea y no la come) y El sueño. Rousseau es el pintor de la jungla, del paisaje salvaje, del hombre libre. Pertenece a los llamados Independants. Busca su independencia de los impresionistas. Su estilo lo hace ver demasiado original, el hombre en su estado primitivo, la naturaleza en su expresión más salvaje. Pintor que mordió la pobreza y expresó la desesperación y angustia; la Guerra lo dice todo: joven desgreñada que galopa entre los árboles de un monte; muertos linchados con los ojos abiertos y unos cuervos de compañía, listos, siempre listos para picotear el manjar de esos ojos, de esa carne podrida que ofrecen los muertos.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Los esquemas decorativos y simbólicos de Klimt*



Klimt, el pintor de esquemas decorativos y simbólicos, le admiro su valentía de romper el academicismo mediante sus trazos metálicos, lo cual, al mismo tiempo, hace patente el proceso industrial a gran escala. A este pintor se le ubica como partícipe de la llamada corriente “sucesionista” y del decorativismo. De Klimt en especial me gusta observar sus cuadros: Medicina, Jurisprudencia, Filosofía y La esperanza, éste último es la representación de una mujer embarazada, en su vientre lleva consigo el símbolo de la esperanza; sin embargo, esa esperanza el pintor la expresa como una deseperanza, le imprime la presencia de la muerte; traduce la muerte simbólica de un niño que nacerá para ser asesinado por la tecnología industrial y la acción en doble vínculo de la sociedad: la sociedad, la madre alimenta al hijo, lo cría y lo devora.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

jueves, 6 de enero de 2011

¿Cuándo terminará todo esto?*


Estoy cansado de mí, envejezco. Los días son como una flama que termina. ¿Cuándo terminará todo esto?

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Escribir y buscar el sentido de la razón*


Lo peor no es que hablen mal de uno, sino que no hablen. Esta es una idea de Oscar Wilde, y tiene trascendencia para aquellas personas que escriben para los aplausos y adhesiones. En lo personal, al no fundamentar mis exposiciones mediante conceptos apocalípticos y principios propios de los dioses o demonios, creo que la suerte de mis palabras es el silencio. Lo que escribo no es del otro mundo, es de sentido lógico, el reverso natural de las cosas. Mi prioridad es buscar el sentido de la razón y transformación del mundo, sin olvidar que no hay una razón pura, general y sin calificativo, lo cual, tal vez, es una deformación académica que literariamente brota. Reconozco en Nietzche y Schopenhauer el apoyo moral de sus lecturas. Nietzche el parteaguas: “todos aquellos a los que Nietzsche fecundó: muy grandes como Musil y todos aquellos a los que dejó intactos: Kafka. Esta separación es para mí fundamental: Aquí estuvo Nietzsche. Aquí no estuvo Nietzsche”, menciona Elías Canetti. Por lo que respecta a Schopenhauer, permítaseme citar aquí, con sus propias palabras, el principio de su filosofía: “llegar siempre al fondo de las cosas, no dejando de seguirlas hasta lo último dado realmente. Esto se efectúa en virtud de una propensión natural que casi me hace imposible conformarme con simples conceptos, y menos con palabras, en cualquier conocimiento todavía general y abstracto y, por consiguiente, inseguro aún, sino que me impele más allá hasta que tengo ante mi vista el último fundamento escueto de todos los conceptos y principios, que es siempre perceptivo, y que tengo que dejar entonces como fenómeno primero, pero que en lo posible lo descompongo todavía en sus elementos, penetrando siempre en la esencia de la cuestión”.
Como ser humano, como maestro, no escribo para recibir aplausos y reverencias, para que hablen o no de mí, sino por un acto de libertad y necesidad. Por lo mismo, mi querido Oscar Wilde, para mí lo peor no es el silencio de la gente hacia lo que uno escribe, sino el silencio de la gente que siempre tiene algo que decir. Efectivamente, permítaseme recordar otro señalamiento de Elías Canetti; él dice que nada hay más conmovedor que el enmudecimiento tardío de un hombre que alguna vez tuvo mucho que decir. Se refiere al enmudecimiento de la desilusión, que considera una vanalidad la vida y el pasado.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Hombre desolado*

Soy un hombre desolado, la angustia y la pasión me abruma. Después de una risa una tristeza. No soy dócil ni me humillo para tocar el cielo. Soy lo que pienso, y lo que pienso no es del otro mundo, es tan común y cotidiano como amasar la tierra y hacer adobes. Amo a poetas como Rilke, Otto Rene Castillo y Jaime Sabines, por ejemplo; sin embargo, el desapego a dioses y poetas es mi constante.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Enfermedad incurable*

Si es mi destino el tener una enfermedad incurable, nadie se angustie por ello, déjenme en paz mis últimos días. Recuerden a Hipócrates al referirse a los enfermos de cáncer: “aquellos que padecen cánceres ocultos, lo mejor es no curarlos; porque con cualquier tratamiento perecen. Viven más tiempo cuando no se les cura”.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Mi vida languidece*

Ya no tengo fuerza para reiniciar. Les he pedido a mis amigos que respeten mi soledad, mi tristeza que se extiende como el atardecer después de una lluvia.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Los indigentes*

Nadie sabe si amo u odio porque he aprendido
a esconder ante todos la índole arriesgada,
siempre arriesgada, de mis propios sentimientos.
Onofre Gil

Los indigentes. Abatido por la sombra de la luna, el indigente muerde con más fuerza su dolor. El silencio se aleja. Sabe que un día morirá llevando consigo el desprecio de la gente, tal vez incluso, de sí mismo. Con el paso del tiempo qué importa si modificó su fe, o la perdió o transformó; ¿a qué indigente le interesa ser “nuevamente” lo que fue?
Los indigentes son prácticos; recorren caminos que no son nuestros; tienen un olor penetrante que les une y les desune. Los indigentes se aman uno al otro como dioses, piensan distinto a nosotros, su caminar sin rumbo es su consuelo, su dicha de seguir viviendo. Para ellos nosotros somos locos. Ellos no sufren por la pérdida de un ser querido, ellos saben que la muerte es realmente natural y normal, y no tiene porque generar vacío en ser alguno. Ellos se despiden del mundo cada vez que cierran los ojos, no saben si despertarán, si su voz delgada y rota se quedará por siempre al ras del suelo.
Los indigentes ríen de las prisas, del prestigio social; para ellos la gente no es otra cosa sino gente. Los indigentes se muestran alegres, complacidos, satisfechos, cuando comen y comulgan en los desperdicios que la gente arroja a la basura.
Para la sociedad los indigentes son locos. Locos que se unen y se aman y habitan en lugares donde solamente viven ratas. Para la sociedad los indigentes están locos cuando lo único que existe es la visión de un mundo diferente.
Los indigentes aman, odian y mueren como cualquier persona; sueñan, imaginan, sienten; adoran a sus dioses, llevan a cuestas sus fantasmas y sus muertos, sus desencantos, sus enfermedades y sus amores.
El mundo del subsuelo no está exento del amor y del dolor. Los indigentes también ríen a carcajadas o sonríen simplemente, viven a pleno sol el recuerdo de alguien que aún aman; pero también lloran sin ruido alguno cuando las horas caen cansadas en los poros de la cara, como un presagio que les dice la fecha de su muerte, y lo saben muy bien porque su sombra inicia el rito final: se anuda enfrente de su cara. Nadie les enterrará, lo saben. Su sombra simplemente se unirá con otra.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

miércoles, 5 de enero de 2011

Para evadir lo adverso*

Para evadir atmósferas, espacios o actitudes adversas, haz las cosas que tengas que hacer con un esfuerzo triple, con una carga adicional a la carga normal.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

domingo, 2 de enero de 2011

La vida es una partida de ajedrez


Ante ningún nuevo conocido soy capaz de
mostrar tibieza o frialdad. El encuentro es mi volcán.
Elías Canetti

Por situaciones que tiene la vida, día a día, ineludiblemente, estamos frente a frente con nosotros mismos. La vida, igual que la muerte, minuto a minuto se tiende a nuestros pies; parecería que actuamos en un gran tablero de ajedrez donde por momentos nos perdemos, precisamente porque la vida es un doble juego, una doble partida, un tablero en movimiento donde los peones somos nosotros mismos. Participamos en un tablero social y otro interior; en el primero están nuestras piezas en conflicto, íntimas, que actúan de tú a tú. En el segundo, somos peones, alfiles, torres, damas, reyes o caballos. Somos piezas que mueve la vida.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La vida: lucha interior y exterior donde uno se encuentra y reencuentra hasta llegar a la última partida


La vida es una lucha interior y exterior donde uno en forma permanente se encuentra y reencuentra hasta llegar a la última partida, aquella donde uno se enfrenta a sí mismo con la dicha de vivir hasta el último momento, y, al mismo tiempo, de morir con la satisfacción de haber intentado ser siempre uno mismo. Después del último momento, la nada, la eternidad, una molécula incrustada en el tiempo.
La lucha interior y exterior de la vida influye mucho en la actitud y autenticidad con que vivimos. Ser nosotros mismos, vivir nuestra vida con nuestro espacio de libertad. Aquí no hay reglas, cada quien se acerca a la vida y a la muerte en forma diferente. La mayor crueldad es vivir y morir en otro, ser un todo sin consistencia, una masa social anónima, sin proyecto ni sentido, ni definición propia.
Esta peculiaridad de cada persona en su actuar de vida, Stefan Zweig la ejemplifica muy bien en Una partida de ajedrez. Sus personajes son Mirko Czentovic y el doctor B. El primero, un campesino yugoslavo adoptado por un párroco que todas las tardes gustaba jugar una partida de ajedrez con un amigo militar. Un campesino que observaba cada movimiento de piezas, incluyendo al cura y al militar. Un campesino “incapaz de escribir una frase sin faltas de ortografía”, incapaz de sostener pláticas extensas. De ahí su parquedad y su silencio. Ese campesino, con el paso del tiempo, llegó a ser campeón mundial de ajedrez. Su secreto: fortalecer su debilidad, su carencia de dotes intelectuales, y remarcar su rasgo terco e indiferente de abordar lo cotidiano de su vida. Una jugada, un acto, una decisión siempre la tomaba con absoluta frialdad e indiferencia. Lograba estar inmóvil, insensible, rígido, durante horas y horas frente al tablero y su contrincante, frente a cualquier acto de su vida, aunque en su interior, en su tablero interno, habitaba la turbulencia, la reflexión crítica, el cálculo matemático e impecable de decidir.
Por su parte, el doctor B., un hombre culto, de gran capacidad de abstracción. Una persona recluida por años en los campos de concentración nazi. Ahí vivió sin noción del tiempo y del espacio; los días pasaban sin fecha, insípidos como una vida sin proyecto, como un pedazo de trapo masticado. El doctor B. era “un esclavo de la nada”, una persona encerrada en un pequeño cuarto día y noche, noche y día, “aislado, sin ver ni hablar más que con sus interrogantes”. Dentro de esta locura llegó a sus manos un libro que contenía ciento cincuenta partidas de ajedrez de los campeones del mundo, fue su fuga, memorizó jugada a jugada, reconstruyó mentalmente las partidas “desdoblándose” en cada una de ellas, él era opositor y oponente, jugaba en un tablero interior y en otro exterior al mismo tiempo. Cada jugada fue una fuga, un bálsamo diría Rodolfo Bucio, que le permitió “bloquear” los recuerdos del tiempo, más aún, los recuerdos del tiempo vivido en prisión.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Stefan Zweig (Una partida de ajedrez) y la actitud de sus personajes


Dos jugadores, dos actitudes. Su virtud: cada cual luchar por su libertad de ser, mantener su búsqueda de poner una huella en sus actos y decisiones, de luchar y construir su vida y su muerte.
Czentovic, un hombre que “nunca logró jugar una sola partida de memoria, o, por emplear el término técnico, a ciegas”. Un hombre que, efectivamente, podría proyectar en su interior, milímetro a milímetro, las partes del tablero, pero carecía de facultades para proyectarlo. Ello requería ingenio, capacidad de abstracción, cierta fantasía. El doctor B., temperamento inquieto, hombre desesperado, con gran capacidad de abstracción, hombre que pudo reconstruir las ciento cincuenta partidas de ajedrez y, más aún, reconstruir su vida, la vida, crear ilusiones, una realidad propia, evadir su realidad.
Cuando ambos estuvieron frente a frente ante un tablero de ajedrez, cada cual sin salirse de su estilo y personalidad se reencontraron y se maravillaron. De tres partidas que jugaron, una la empataron y las otras dos, cada cual ganó una de ellas. Al doctor B, le perdió su temperamento desesperado y su forma de llevar el juego: de memoria. A Czentovic, le sacó adelante precisamente su incapacidad de jugar una sola partida de memoria, así como su temperamento frío, desapasionado.
El doctor B, reubicó la soberbia del poder, la displicencia de un campeón Czentovic que al enfrentarse a un grupo desconocido de principiantes, entre ellos el propio doctor B, les dijo: “vosotros sabéis quien soy, y a mí no me interesa saber quiénes sois”. El doctor B, en la partida que perdió con el campeón, cometió el error de jugar solo (sin el rival), de abstraerse, evadir la realidad, el juego. Después de ciertas jugadas llegó a decir: “¡Jaque! ¡Jaque al rey!” Czentovic, una vez de observar la jugada, frío, calculador y sin inmutarse, dijo: “lo siento..., pero no veo ningún jaque”. El doctor B, regresa a la realidad, ve el lugar de cada pieza en el tablero y dice: “pero..., ¡el rey debe estar en F7! Está mal colocado..., completamente mal... ¡Usted movió mal! Todo esta fuera de su lugar”. Observa, reflexiona, se detiene. Después de un gran silencio dice: “¿Acabo de decir o de hacer un disparate...?” Efectivamente, el jugó solo, movió sus propias piezas, inventó otro juego, se “desdobló” como lo hacia en prisión.
Ante estos dos temperamentos Stefan Zweig, incorpora el tercero inevitable: la pasión ciega de ver y actuar en la vida, la pasión que impide el diálogo interior y exterior del ser humano, un ingeniero que deseaba ganar a como diera lugar y a costa de lo que fuera a Mirko Czentovic. Su actitud fuera de sí refleja la de todas aquellas personas que se encuentran atrapadas en alguien, incluso, en sí mismas. Aquel que lo entienda dominará, sea campeón o no.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El amor, la frialdad y la pasión


Para la ciega pasión, es un honor perder frente a un campeón, sin darse cuenta que al hacerlo, pierde consigo mismo. El amor enloquece, la frialdad domina, la pasión atrapa.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

sábado, 1 de enero de 2011

La Jurisprudencia de Klimt y Las riquezas de las naciones de Orozco en la Suprema Corte de Justicia de la Nación


Cuando veo la Jurisprudencia de Klimt, recuerdo inmediatamente el arte comprometido de José Clemente Orozco (La trinchera, Prometeo, Las fuerzas brutas), el pintor de la diagonal de fuerza que siendo propia nos recuerda a la de Rubens, el pintor del equilibrio y movimiento lento pero vigoroso. Repito, la Jurisprudencia de Klimt me lleva a los murales de Orozco ubicados en un patio interior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de mi país, denominado de los pasos perdidos. En cada uno de los puntos cardinales de los pasos perdidos existe un mural: el de Las riquezas de las naciones (las entrañas de la nación, las fuerzas de la soberanía, las riquezas del suelo y del subsuelo, el tigre como símbolo que defiende con expresión de lucha la unión nacional y las riquezas de la nación, todo, todo esta depositado para su vigilancia y garantía precisamente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación), el de La justicia (metafísica), el de La justicia (terrenal) y El movimiento social del trabajo. El símbolo de los cuatro murales es un todo integral de Orozco y su compromiso con los trabajadores, con la gente humilde, depositados en el espacio e instancia adecuada.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La Jurisprudencia de Klimt y Orozco Las riquezas de las naciones, La justicia (metafísica), La justicia (terrenal) y El movimiento social del trabajo