lunes, 18 de enero de 2021

Genaro González Licea: el tiempo es un brujo metido entre las venas.

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


El tiempo

 

Es un brujo metido entre las venas,

una línea de luz que no cree en dioses,

ni bestias ni árboles ni sombras,

solo en su ráfaga de luz en sí misma iluminada.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: fue un aroma de flores cercenadas.

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Fue un aroma de flores cercenadas,

un cuchillo que corta las penas que no encuentro,

una voz escondida que duerme en mi yo enloquecido,

un interior que me espera por haberme suicidado.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: son desiertas ilusiones de lo que nunca he sido.

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Son desiertas ilusiones de lo que nunca he sido,

exilios de un yo que nunca tuve,

delirios de encontrarme un día,

devorado, tal vez,

por el destierro que humedece mi camino,

o enterrado en un lugar donde nací y morí,

y sin embargo no conozco.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 



Genaro González Licea: aquí donde estoy...

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Aquí donde estoy

el silencio junta mi cuerpo destrozado,

y el dolor es espeso

como el recuerdo de una madre tirada en el olvido.

Es un punto fijo que no existe.

Un viento caído sobre el viento.

Un frío acariciando el rostro que un día tuve,

recuerdos desolados gritando en mi yo que está desnudo.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: el tiempo es cruel cuando nos deja...

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


El tiempo es cruel cuando nos deja

en la amarga desesperanza que tiene el abandono,

pero es también un hechicero cuando a él nos abrazamos,

y mordemos el rocío de la indigencia que nos ata.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: soy un dolor sublime escondido entre los pasos.

 

Fotografía: 
Ingrid L. González Díaz


Son un dolor sublime escondido entre los pasos,

un pesar que encarna en los pesares,

un quejido que al tocar el alma llora.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: desconozco si alguien no habla este idioma.

Fotografía: 
Ingrid L. González Díaz
 

Desconozco si alguien no habla este idioma.

Tal vez los dioses, tan puros, tan hermosos,

sean los únicos ateos,

pero los dioses no existen

más que en el viento de cada quien.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: en este lugar donde me encuentro...

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


En este lugar donde me encuentro

mi pasado se pudre entre la nada.

Los zopilotes son palomas que en el aire me apuñalan.

Hay tumbas y más tumbas encima de las tumbas.

Frescos gusanos jugando con mis dedos.

Ámpulas mordidas por la tierra.

Estoy vivo de tanto morir vivo.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: hay un dolor que jamás encontraremos

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Hay un dolor que jamás encontraremos,

codicias y soberbias de lo que fuimos o somos sin saberlo,

hoyos de mezquindades unidos sin fisuras,

migrantes e indigentes que agonizan,

fantasmas que caminan extraviados

en busca de un llorido lejano que les llama.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 



Genaro González Licea: es entonces cuando brillan de dolor

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Es entonces cuando brillan de dolor.

Lamentos y quejidos es su idioma.

El idioma de todos,

nómadas, sedentarios e indigentes

en este caminar de ida y de regreso.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: vi los dientes de un quejido que no muere

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Vi los dientes de un quejido que no muere,

el llorido de un infante resignado,

la congoja de una madre sepultada,

hiel amorosa que amamanta la tierra que le mira,

el sueño que acaricia al sueño,

ilusión de polvo y de ceniza,

de rostro de carbón desconocido.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: son mi aliento...

 

Genaro González Licea
Fotografía sin datar


Son mi aliento

y yo su alimento que vive desangrado.

Cuando en mí hay una lágrima,

en ellas está el llanto desatado,

un instante de luz que aflora

desde la sequedad del olvido.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 


Genaro González Licea: eso ví en esta desolada intimidad...

Fotografía: Ingrid L. González Díaz
 

Eso vi en esta desolada intimidad donde me encuentro,

en estas mis tumbas que me cargo

como vísceras colgadas en mi olvido.

Tumbas que me odian, lo sé, por dejarlas un día abandonadas.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: soy, me dije, el desconocido asesinado

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Soy, me dije, el desconocido asesinado,

el silencio de piedra,

el horizonte tragado por el mar,

la carne quemada por la flama,

el sueño de un mañana oculto entre las ruinas,

el eco de un sonido que murió al amanecer.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: en este abandono dondo estoy

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


En este abandono donde estoy,

abrí los ojos de la muerte perdidos en mi herida.

Vi una selva tendida en la memoria,

el olor de muertos clandestinos,

y la humedad de sus manos saludando entre las flores.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea





Genaro González Licea: soy la cal que tiran a los muertos.

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Soy la cal que tiran a los muertos,

la voz decapitada por un grito,

la palabra desolada que canta en la montaña,

una grieta delirando en el brillo de un río consumido,

azulosa claridad enroscada en un árbol que me cuida,

en un murmullo que se duerme en una piedra que me mira,

en una tierra que me abraza,

que me canta en el oído

y me hace sentir que no estoy solo,

o no tan solo,

mientras pierdo mi ser y encuentro mi ceniza.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 





Genaro González Licea: fui el silencio dolido de las olas

Fotografía: Ingrid L. González Díaz
 

Fui el silencio dolido de las olas,

la sombra de una rama dormida entre mis manos,

el alma solitaria que astilló las negras bugambilias

que murieron en un dulce atardecer.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 





Genaro González Licea: hay cosas que uno entierra...

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Hay cosas que uno entierra

pensando que sin ellas somos otros.

Las dejamos al abandono de oscuras tempestades

que descansan en pozos muy cansados.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 





Genaro González Licea: fui una piedra y una herida

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Fui una piedra y una herida,

un abismo mordido por un grito,

una lluvia tendida sobre el mar.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: estoy en el abandono de mí mismo.

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Estoy en el abandono de mí mismo,

mis instantes olvidados me acompañan,

no se han muerto,

están enlazados con las piedras del camino,

con el olor desolado que me entierra,

con mi dolor que soba mis párpados molidos.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea  


Genaro González Licea: difuntos quemados en los ríos de sal esperanzada.

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Difuntos quemados en los ríos de sal esperanzada.

Ríos íntimos donde mi vacío se desvanece,

y mis huellas son pisadas que no existen.

Amaneceres muertos,

decadencias hilvanadas con mi lengua,

estanques arrepentidos,

silencios apuñalados en silencio,

recuerdos ciegos de tanto ver mis murmullos desvalidos.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea  



Genaro González Licea: son cosas que ocultamos en lo más profundo...

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Son cosas que ocultamos en lo más profundo

de nuestra alma agusanada,

cosas que deformamos,

les pisamos el rostro hasta ver sus labios sepultados.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea  


Genaro González Licea: un árbol viejo tirado en el camino

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Un árbol viejo tirado en el camino

me recuerda a mi padre abandonado,

a una mano roída por la espera,

a un enfermo desahuciado

que contempla su vida deslizarse sobre el río,

al crepúsculo que con él se va.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: la danza de la muerte se pierde donde estoy.

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


La danza de la muerte se pierde donde estoy,

mi ceniza me abandona,

mi negra soledad se va también.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: por qué olvidé que mientras viva nada morirá sin mí

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Por qué olvidé que mientras viva nada morirá sin mí,

todo es una parte mía,

un mundo mágico que late enterrado,

un racimo de yos

donde los muertos se desvisten con el viento,

los dedos se salen por los muros,

y el miedo se enrosca al verse en el vacío,

en el polvo tendido debajo de la hierba,

en el tiempo

que zurce el olor de los muertos olvidados.

 

Del libro

Tumbas en el olvido de Genaro González Licea