La intensa luz,
de un nuevo día, cae
sobre las hojas.
Del libro
La sequedad del estanque de Genaro González Licea
La intensa luz,
de un nuevo día, cae
sobre las hojas.
Del libro
La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Al pie de una piedra
el silencio cobija mi olvido.
Del libro
La sequedad del estanque de Genaro González Licea
El sol. El silencio.
La tumba vacía.
¿Llegó la hora?
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Hay veleros que se van al mar
sabiendo que está vacío,
la brisa les llama,
fresca, imponente, eterna,
plena de soledad y ausencia,
ausencia de ti, de mí,
de este andar y desandar sin rumbo,
buscando tan solo un día, un instante,
que nunca llegará.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
La tristeza del agua al mirar mis ojos,
mi memoria dormida en mis manos vacías,
el dolor de mi sombra al caminar sin mí,
mi vejez que se aleja como luz cansada
a vivir y morir en la cruz del día,
en la carne que fui.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
El infinito huele a soledad dormida sobre
el agua,
a tierra herida,
a fuego desnudo caminando sobre el viento.
Huele a permanente olvido,
a vacío amargo tirado en el desierto,
a misterio negro, luminoso,
como llaga florida desnuda sin mi boca.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Mi sombra está hecha con el viento,
con las manos del vaivén del viento,
días amargos que se van
y atardeceres tristes cansados de buscarme,
de buscarme, de buscarme.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Nací en el subsuelo,
existe ahí la llaga,
el abismo que me mira,
la piedra que me espera.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Mi alma es una tumba
que esboza una sonrisa,
un epitafio inútil
escrito en mi tristeza.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
El caudal del río fluye como fantasma enloquecido,
la tempestad abraza mi aura que se aleja,
los árboles humedecen mi silencio entristecido,
la oscuridad ilumina mis pasos que se van.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Desnudo y envuelto en mi agonía,
mi alma se aleja con la dicha y la
desdicha
de haberme acompañado.
Sus huellas se borrarán con el viento,
se perderán en la neblina,
igual que yo, aquí, al ver mi cuerpo frío,
inerte,
como una rama seca
dormida en un sol que languidece.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Moriré, un día moriré.
Nadie me buscará más que mi sombra,
la infinita sombra que habité,
esa sombra, mi sombra,
que un día también me olvidará.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Los días se alejan sin decir adiós,
la luz se agrieta con mi sombra,
el viento se humedece con el frío,
la luna duerme en mis párpados perdidos.
Este dolor duele más que la herida,
se irá conmigo, así,
descalzo y sin cerrar.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
A Manolo Mugica
La sequedad del estanque.
El silencio vacío.
Mi aura flotando sin el agua.
El palpitar del frío envuelto entre la
escarcha:
nada quedará de mí, de ti,
del olor a musgo en esas grietas que me miran.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Nadie me espera ya,
ni el murmullo del agua,
ni el consuelo de mi voz humedecida.
Nadie,
ni el viento, ni mi sombra, ni el vacío.
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El olvido huele a tumba,
a tierra seca como voz arrepentida,
a lluvia agrietada y resentida.
a duelo, soledad y lejanía.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
La calidez del sol
endulza mi sombra vacía
tendida sobre el agua.
Un árbol sin hojas cuida mi voz
entristecida,
mis ojos enterrados mirando mi dolor.
Nada dejo a mi paso, nada dejo.
Fui un quejido perdido en la pradera,
un suspiro desterrado al caminar.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
envuelve el eterno vaivén del infinito,
el desierto azul del viento,
el amoroso vacío de la nada.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
A Jesús Nava
En mis
pies envejece ya el camino,
mi
alma tambalea y se dirige a cualquier parte,
en mí
ya no importa morir con los dientes astillados,
a pleno
sol, o en lo negro de la luna.
Es
inmenso mi vivir en desamparo,
abarca
lo que soy y lo que nunca he sido,
a los árboles
más secos y a las nubes que se van.
Mi
alma está encharcada en su propia sepultura,
su espacio
está en la tierra,
es
mío, nada más que mío, y de nadie más.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
El aire es una ausencia amortajada entre
mis manos,
un presagio, un silencio,
un dolor ahorcado
que cuelga
en lo amargo de mis huesos.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
A don Esteban Eduardo Guerreiro
En uno y en nadie más está el misterio
de mirar,
desde el muelle interno de su alma,
cómo se aleja la sombra
y el resplandor de su propia muerte…,
más allá del mar.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Mi tristeza se borra con la sombra de la
luna,
mis pasos lloran como el agua que no encuentra
su camino,
como una voz que en los ojos se deshace,
se desliza y se despide,
cansada ya, de tanto estar cansada.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
El infinito es un instante
que fluye en la agonía de la nada,
un resplandor de hojas que renacen
en la eternidad del ser.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
El subsuelo, sí, el subsuelo,
es una lápida de soles de múltiples
colores,
lunas verdes y amarillas,
riachuelos de luciérnagas de jade,
dioses de maíz y barro.
En el subsuelo, sí, en el subsuelo,
hay una identidad de múltiples colores
que en los ojos se ha enterrado,
un manantial donde comulgan las hojas
con el viento,
la tierra con el agua, y el gua con el
canto del quetzal
que nadie ha conquistado.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
Entre la tierra y la raíz del sol,
la humedad callada del subsuelo crece
y se levanta hacia las nubes,
como un brillo de voces
que iluminan el ser del infinito.
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La sequedad del estanque de Genaro González Licea
La soledad es fría como escarcha,
como llorido de fantasma peregrino,
como grito, áspero, ronco y melancólico,
de un acantilado dolido con el tiempo,
con ese tiempo que busca
y buscará por siempre,
un yo que ya no existe,
que está extraviado
en la vida luminosa del subsuelo.
Del libro
La sequedad del estanque de Genaro González Licea