miércoles, 29 de diciembre de 2010

La hipersensibilidad de Van Gogh


Efectivamente, a Van Gogh su hipersensibilidad lo llevó a sus crisis de locura, a su arte inconfundible, a su suicidio. Fue enterrado en medio de los campos de trigo, al pie de los girasoles. Ahora, cada que veo la pintura de Van Gogh, que no es otra cosa que Van Gogh mismo, hago mías las palabras dichas por Shopenhauer al oír música: “mi imaginación juega a menudo con la idea de que la vida de todos los hombres, y la mía propia, no son más que sueños de un espíritu eterno, buenos o malos sueños, de que cada muerte es un despertar”.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Para Van Gogh pintar es alivio, necesidad de vivir y sobrevivir, una lucha interior, una forma de evadir su realidad



Vagabundo y solo, siempre solo, no resiste la soledad, regresa a casa de los padres. Sin embargo, sea cual fuere su estado de ánimo y circunstancias, Van Gogh pintaba de día y de noche, días y noches completos; su peculiaridad: los colores lóbregos, o la combinación de esos colores; trazos fuertes, nervios dejados en sus pinturas. Se diría que para Van Gogh pintar era un alivio, una necesidad de vivir y sobrevivir, una forma de enfrentar su turbulencia interior, su yo interno, una forma de evadir su realidad y, al mismo tiempo, dejar huella de su paso en la vida.

Dicho en propias palabras de Van Gogh: “estoy seguro de que el anhelo de trabajar me devorará y me dejará insensible a todo lo demás y de buen humor”; “la vida pasa así, el tiempo no vuelve, pero yo encarnizo en mi trabajo, a causa justamente de saber que las ocasiones de trabajar no se repiten”. En otro momento, comentó también: “Felizmente Gauguin, yo y otros pintores, no andamos armados todavía de ametralladoras y otras nocivas máquinas de guerra. Yo por mi parte, estoy muy decidido a no tener más armas que mi pincel y mi pluma”.

Sin embargo, Anna Freud, en el prefacio a “Vicent van Gogh. Un estudio psicológico”, de Humberto Nágera, nos dice que “incluso el talento creador, un don tan estimado y deseado por todos, puede no ser suficiente para dar salida o soluciones aceptables a los intolerables conflictos internos y a las poderosas fuerzas destructivas que huyen en una personalidad y que pueden abocar a desenlaces trágicos”. Es el caso de Van Gogh, como el de tantos y tantos pintores. Van Gogh sucumbió ante su propia sensibilidad, y también, por que no decirlo, a otros móviles no menos importantes como son los relacionados con su miedo al fracaso, a la cúspide y a la vida misma. “Sé de antemano que habré de hacer algo en el momento en que tenga más lienzos. Por ahora, mi única preocupación es hacerlos”. Para Vicent, la pintura, coincido con Humberto Nágera, es la única droga que lo mantiene vivo.

Irving Stone, Anhelo de vivir. La vida de Vicent Van Gogh, respalda lo anterior al mencionar que “los hombres normales no crean obras de arte. Comen, duermen, trabajan en forma rutinaria y mueren. Ustedes, los pintores, son hipersensitivos a la vida y a la naturaleza, es por eso que son capaces de interpretar lo que nosotros no podemos. Pero si no tienen cuidado esa hipersensibilidad los llevará a la destrucción”.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Van Gogh es una pintura de impresionante intensidad: depresión, dolor, desamparo, desgracia, perfil de vida y muerte



Van Gogh es todo un cuadro, una pintura de enorme e impresionante intensidad; es depresión, dolor, desamparo, desgracia, perfil de vida y muerte. Van Gogh, el pintor de los trazos vigorosos, fuertes, el que pone pedazos de nervio en sus pinceles, el hombre turbulento cuya sombra siempre fue su hermano Theo; Van Gogh, el hombre que vivió entre los obreros, campesinos, carboneros; vivió en la miseria y murió igual. Su obra esta unida a su intimidad, es su intimidad; su obra esta unida a sus circunstancias, a su realidad, a su impotencia, condición propia de un hombre acostumbrado a trabajar para comer.

Prisionero de sí mismo, con un estado emocional depresivo, la vida y sus circunstancias eran una cárcel, soñaba ser libre, “ser un pájaro”. Fue un hombre desdichado en amores, un corazón de niño que nadie se acerco a él; fue una prostituta quien aceptó vivir con él, tenía su cara marcada por la viruela, era alcohólica y esperaba un hijo. Van Gogh realmente le quiso.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Van Gogh nació en una tierra triste y melancólica, como una persona de millones en el mundo

Deseo recordar aquí a Vicent Van Gogh, pintor que nació en Groot Zundert, Holanda, lugar que Juan de la Encina, Van Gogh (historia de un alma en pena...), describe como “tierra triste y melancólica, húmeda y nublosa, carente de amenidad. Una llanada ondulante a perder de vista, cubierta de matorrales, bosquecillos de sauces, abedules y pinos; canales y estanques, en los que se espejeaba al cielo, casi siempre tristón; praderas verdes y ganado vacuno pastando en ellas; primaveras cortas, veranos y otoñadas apacibles; inviernos duros”.

Van Gogh, el pintor que no pinta sus cuadros porque él mismo es cada uno de sus cuadros, no dibuja sus retratos él es el retrato, el sentimiento, el mundo y sus circunstancias, la turbulencia de ideas encontradas, la tristeza, la muerte, la vida, el desamor, la desesperanza y la esperanza. El es la Joven campesina, Los bebedores, Ventana del estudio de Van Gogh en el asilo de Saint-Paul, La habitación de Van Gogh, Los comedores de patatas, El sembrador, Florero con catorce girasoles, Carretera con ciprés. Saint-Rémy, Campesina barriendo, Joven capesina con una hoz, Espigador, Mujer en duelo, La muerta, Las espigadoras, Hombre sentado, Sorrow y el Anciano aflijido.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Un siglo de recortar y pegar

El siglo XXI será marcado por la indiferencia de la gente. Las preguntas se verán sin rostro y sin respuesta, serán un reflejo en el espejo de todos y ninguno. Este siglo no tendrá voz ni será pensante; será un siglo de recortar y pegar, de repetir palabras, repetir y repetir. En este siglo abundarán las larvas literarias, la rutina.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Un día ya no vivirás

Un día ya no vivirás, por lo mismo, ahora llora, espera, sé libre, entusiásmate, ama, sueña, mantén ilusiones, da, aprende, ama a los viejos, contempla, sé fuerte, ama al dolor, ve despacio, ten amigos, sé valeroso. Antes de que llegue tu día: vive.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Muerte y desdicha humana*

El dolor ajeno lo traigo como si fuera parte de mi piel, es un dolor que me provoca un insoportable vacío, una gran tristeza, una melancolía. Mi estado de ánimo sólo se reconforta si pienso en la muerte y en la desdicha humana; solamente así puedo salir como de un túnel; éstos dos temas constituyen para mí algo similar a la luz de Diógenes que guía al conocimiento de la verdad, la diferencia es que esa luz no es propia, en tanto que la luz que me da el pensar en la muerte y en la desdicha humana nace de una parte de mí que aún no ubico, pero es propia porque tal vez yo mismo soy un signo de muerte y desdicha humana.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La circunstancia...*

“Si no quieres desilusionarte, no te ilusiones”, dice un viejo refrán; sin embargo, si te ilusionas que sea mientras actúas. Es mejor, sin detener nuestro trabajo, esperar pacientemente a que surja el azar, la circunstancia. Sólo así la paciencia encuentra, transforma, no desilusiona.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Vivir la vida con la abstinencia propia de la vejez*

Abstenerse de correr y caminar sin prisa, de pensar las cosas que se harán durante el día, una tras otra, sin descanso, es una virtud propia de la vejez. ¿Por qué no dejarse llevar por el azar y ser el azar mismo? Detenerse de pronto a contemplar un niño jugando con otro; ver un pedazo de piedra que tal vez jamás se volverá a ver. Recuerdo aquí unas líneas de Platero y Yo de Juan Ramón Jiménez: “yo dejo ir a su antojo y él (se refiere a Platero), me lleva siempre a donde quiero”, pero, llegado el momento y la circunstancia, nos dice: “dejo a Platero en el prado alto, y yo me echo, bajo un pino, lleno de pájaros que no se van, a leer, Omar Kayam.” ¡Qué hermoso vivir los instantes que ya nunca volverán! Vivir la vida con la abstinencia propia de la vejez: “sin apetitos, sin deseos, sin dudas, sin esperanzas, sin amor y sin odio, tirado a un lado del camino, mirar pasar, eternamente, las horas vacías”, diría Carlos Díaz Dufoo Jr.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar*

Jorge Luis Borges.

I

Veo mi cuerpo tendido sobre una cama, está desnudo, tieso, solo; percibo lo frío de su carne, la dureza de tendones, lo anudado de sus nervios. Contemplo mi cuerpo, me da tristeza verlo ahí, tendido, inmóvil, desnudo, maloliente. Ya nada me duele o me lastima. Mis piernas están duras como una piedra, igual que mis dedos de pies y manos, codos, abdomen y orejas; sobre mi rostro pálido y labios amoratados, alguien no sé por qué razón se santigua, como si estuviera delante de un dios o un demonio, o tal vez solamente por el horror de verme.
La muerte para muchos es un calvario, una predicción, una profecía que no deja de asombrarnos cuando llega. La muerte realmente es el morir de cada día, un fin final y un vacío.
Veo mi cuerpo por unos ojos que ya no son mis ojos, son pozos de soledad, pedazos de muerte. Todo, todo lo veo ajeno a mí y distante al ser humano. Todo es frío y tieso, negro como mis uñas, verdoso y arrugado como cartón. Mi cuerpo ya no es mi cuerpo. Si alguien me pisa o me cuelga de un gancho para abrirme como a un animal en rastro, si alguien me pone de lado o de cabeza o anudado, lo mismo da; ya nada es mío, ya nada siento mío. Si quieren cortarme la cabeza, quitarme los riñones, un pedazo de pie o el pie completo, ya nada importa.
Veo mi cuerpo, veo la puerta por donde entré a paso lento, y, seguramente, por donde saldré, no sé si en pedazos o hecho polvo, cargado en hombros, en una carretilla o en cubetas, qué sé yo cómo. Si en éstos momentos pudiera hablar ya no lo haría, si los dientes rechinan que rechinen, si una mosca vuela y se para entre mis labios qué importa. En estos momentos lo que quiero es no verme ni sentir esta pesadez de cuerpo, ni oler esta orina negra, este aroma que apesta. Ahora lo que anhelo es que mi cuerpo desaparezca de mis ojos, de mi propio cuerpo.

II

Pasan los minutos y las horas. Veo mi cuerpo, no sé si estoy en él o en qué parte me encuentro. Me maravilla la luz del día. Quiero estirar mis manos y no puedo, intento levantar un pie, tampoco puedo, hasta mi sangre me pesa ya. Todo el cuerpo me pesa, soy como un pedazo de palo roído y astillado. ¡Jamás pensé que un día me vería muerto! Todo a mi alrededor es inanimado, carente de sentido, hasta las personas que amé ya no son nada, acaso tan sólo fantasmas que se niegan a morir, sombras que flotan con su pena a cuestas, con su dolor a solas. En ellos ya no hay preguntas ni respuestas que yo entienda, para mí solamente son manchas, tragos de agua en mi camino.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Hay que acercarse con respeto cuando los poetas quieren hablar a solas*

Alfonso Reyes

Hojas sueltas, o el canto del eterno retorno. Con un estado de ánimo más oscuro que grisáceo, releo línea a línea Hojas sueltas de Julio Figueroa, un escritor que me ha dado mucho más de lo que piensa. En ellas encuentro fuerza, contundencia, reencuentro. Al leerle me desprendo de mí, floto, pierdo la noción del tiempo.
Una frase me lleva a otra, la primera me permite hacerle un nudo a la segunda. Sigo. Buceo en cada letra de su escrito, me adentro en su atmósfera, en su contexto, respiro. En él no hay profecías sino ese amor fatal que desprecian los humanos; esa cercanía con el suelo y el subsuelo del ciudadano común y corriente, del ciudadano que, por un pedazo de pan, deja sus costras, llagas y ampollas día a día; ese hombre que se adhiere al suelo y subsuelo para vivir, solamente para vivir.
En las letras de Julio Figueroa hay un registro de la sociedad caída, una voz que recobran los que no hablan, un dolor por la humillación y autohumillación humana. En sus escritos, como agua en comal, se retuerce el poder; uno después de leerle termina hablando de tú a tú con él, sin rodeos ni máscaras. Y cómo no hacerlo si es un escritor que no sólo nos muestra el infierno de la vida, de las calles, de la angustia del otro que es parte de nuestra angustia, sino también nos permite sentirla, vivirla paso a paso, palpar cada rincón de la mediocridad humana. Es tan intenso su encuentro con la vida cotidiana que uno siente la peste del rencor y el egoísmo humano. Igual que Rimbaud nos hace ver un infierno cotidiano; ese infierno que está en las calles, en las reverencias, en las casas poseídas por dios o por el diablo, en las vidas amorosas o en las repletas de odio manifiesto, incluso, por qué no decirlo, en la concepción que tenemos de lo que hemos hecho, de lo que somos y seremos.
Mi reconocimiento a ese escritor de fibra, de garra, que estremece y arriesga un juicio tras otro; que lucha y enfrenta la adversidad, la crítica, sin tibieza ni temor a caer, sin la esperanza de vencer e instalarse en la gloria. Mantiene un estilo propio, es irónico por momentos, irreverente en otros; en otros más parece desfallecer por el dolor que mira, ese dolor social que, se diría, nace de un lugar que no existe y, sin embargo, lo arrastramos, olemos y sentimos como un presagio de muerte. México, Querétaro, España, la sociedad subterránea del mundo entero, cuenta con un escritor cuya mirada crítica e imaginación de poeta está a la altura del desencanto y desgarramiento social de nuestro tiempo.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

lunes, 11 de octubre de 2010

El silencio lame la frustración*

En las noches palpitan las ilusiones y el silencio lame la frustración. El placer efímero de amar la vida, el espejismo de la felicidad de un solo instante, la repugnancia de abrir los ojos viendo a lo lejos un solo punto: la conciencia de sobrevivir.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La mayoría carece de proyecto de vida*

Nuestro proyecto de vida es lo que muchos llaman destino. La mayoría de la gente no tiene proyecto de vida y deja todo al destino. Irresponsablemente se vuelve objeto, punto a la deriva, hoja sin rumbo ni sentido. Camina sobre unos pasos trazados por otros.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

lunes, 4 de octubre de 2010

Sólo los santos entran al paraíso...*

Según Dante Alighiere sólo los santos entran al paraíso; su única actividad es la contemplación eterna de Dios. ¡Qué triste que ya no se puedan ver a sí mismos! Prefiero el infierno donde, se dice, uno camina sin culpas y con dignidad, igual que en las calles normales del mundo. Naturalmente, tampoco me interesa el purgatorio, donde se concentra toda la basura humana, la incongruente consigo misma, la que se retuerce con sus culpas, la que vivió sin ser ella misma.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Quisiera morir silenciosamente...*

Yo no escribo para que me recuerden. Escribo líneas por necesidad, no por aplausos y reconocimientos; soy un escritor doméstico y eso es decir mucho. No busco ni la hostilidad ni el agrado. Sólo “quisiera morir silenciosamente, sin dejar una huella, como muere una música en un oído inatento”, diría Carlos Díaz Duffoo Jr. Tengo la misma actitud cuando imparto clases: busco solamente que se fortalezcan los jóvenes de hoy y las generaciones futuras.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 10 de septiembre de 2010

En paz consigo mismo...*

Un hombre se acerca a su interior cuando está en paz consigo mismo, acepta lo que es, tiene una actitud prudente y tolerante, un pensamiento coherente con respecto a sus propios actos.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Alguien que solamente uno sabe*

En el interior de todo ser humano existe alguien que solamente uno sabe. Alguien que comparte lo que uno es, lo que uno quiere y anhela, sueños, alegrías y tristezas. Es parte de nosotros y nosotros al mismo tiempo. Es nuestra sombra y la sombra de nuestra sombra. Es alguien que solamente uno sabe.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 27 de agosto de 2010

La vida me ha dado más de lo que merezco...*

Mi desgracia estriba en no vivir jamás en este mundo
sino en sus posibles desarrollos.
Lichtenberg

Sé que la vida me ha dado más de lo que merezco. He estudiado más de lo necesario, he leído un libro tras otro. He recibido honores, medallas, diplomas, títulos, reconocimientos. He ocupado puestos públicos, escrito libros. Sin embargo, sigo igual de torpe, en la calle tropiezo, piso charcos, escribo notas y leo. La gente me mira y abre paso, otras con su mirada reprueban mi actitud.
Acostumbro diariamente estar con migo mismo, para ello no requiero más de un pedazo donde me pare, si es tomando un café mucho mejor. No soy más que un maestro, una persona que se siente unido a mi esposa e hijas, a la gente, a mi sentido de vida y a las circunstancias. Repito, la vida me ha dado más de lo que merezco, y, por lo mismo, igual que Lichtenberg, considero que “a lo largo de mi vida me han otorgado tantos honores inmerecidos que bien podría permitirme alguna crítica inmerecida”.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 20 de agosto de 2010

Recuento...*

Dejé que el agua empapara mi cabeza; viví con optimismo. Hoy contemplo la noche y hago un recuento de mis muertos, veo en mis pasos un desencanto, mi piedra triangular sigue siendo el comportamiento de la naturaleza. ¿Cómo ser optimista, si veo que el ser humano al enfrentarse a la naturaleza condena su vida a la desolación, frustración y desencanto? Al recuento de los muertos agrego otros muertos. De sus cuerpos nacerá la ilusión y esperanza.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

jueves, 12 de agosto de 2010

Los malos artistas calzan siempre los anteojos del prójimo*

Recordemos que los maestros, cito nuevamente a Augusto Rodin, “son aquellos que miran con sus propios ojos lo que todo el mundo ha visto y que saben percibir la belleza de lo que es demasiado familiar para los otros espíritus.”. Por lo mismo, yo no aseguraría que la coherencia de una pintura se sustenta en la base de estudio técnico de la misma y en los trazos previos, como determinantes del resultado. Considero que ello solamente le da consistencia a nuestra actividad creadora, nuestra concepción de mundo, a la perspectiva del objeto o cosa a dibujar, o más estrictamente, a transformar al dibujar, al pintar. El pintor es universal, arranca el secreto mismo de los hombres y las cosas. Eleva su dolor al dolor, su sentir al sentir y lo plasma en forma desgarrada o en un todo armónico, con esperanza o desesperanza, encanto o desencanto, ilusión o desilusión, o bien con una mezcla de los factores mencionados.
El pintor, creo, es un ser humano que no supedita su emoción y forma de ver la vida, a la técnica. El pintor le da un orden a sus emociones y matices, el cómo es infinito. Es así como se efectúa la primera lucha del pintor. No por azares Leonardo decía que “el pintor lucha y compite con la naturaleza”; ordena sus emociones y las plasma en una superficie “llena de infinitos puntos” y, naturalmente, con una clara perspectiva: “freno y timón de la pintura”, sentencia el mismo autor.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

La riqueza del devenir*

Ciertamente, la música, el arte, las ideas y las cosas en general, se transforman de un músico a otro, de un artista a otro, de un escritor o ser humano en general a otro; cada transformación encierra un acto revolucionario, un nuevo nacimiento. Al fondo esta siempre la conceptualización, representación y perspectiva del mundo, de la sociedad, de la forma y figura, sin que ello signifique que tal perspectiva y representación quede atrapada, para siempre, sólo en determinados ojos.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

El arte exige decisión*

Recuerdo aquí los consejos de Augusto Rodin (Mi testamento) a los jóvenes pintores: “el arte exige decisión. Cuando vuestros planos estén definidos, todo habrá sido hallado. Vuestra estatua vive ya. Los detalles nacen y se disponen por sí mismos, de seguida. Cuando modeleís, no penséis en superficie sino en relieve. Que vuestro espíritu conciba a toda superficie como el extremo de un volumen que la empuja desde atrás. Figuraos las formas como si apuntaran hacia vosotros. Toda vida surge de un centro, luego germina y se expande de adentro hacia fuera. Del mismo modo, en toda bella escultura, se adivina siempre una potente impulsión interior. Este es el secreto del arte antiguo”.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Nada es indigno de pintar*

Para el pintor no hay “circunstancias en la vida humana que sea indigna de reproducirse por medio de la pintura”, diría Schopenhauer. Desde un paisaje, un rostro, un retrato, una piedra, un zapato roto, “el lado horrible de la naturaleza humana, el dolor sin nombre, los tormentos de los hombres, el triunfo de la perversidad, la irónica dominación del azar, la irremediable caída del justo y del inocente”, otra vez Shopenhauer. Repito, todo será digno de pintar; el centro a definir será la perspectiva, el relieve, la forma.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Los pintores son revolucionarios por naturaleza*

Un pintor como hombre está demasiado
absorbido por lo que ven sus ojos
y no domina bastante el resto de su vida.

Vicent Van Gogh


Los pintores son revolucionarios por naturaleza, sensibilidades que retratan la historia, la historia real, socialmente verdadera, humana, íntima: el yo, su tiempo y sus circunstancias. Los pintores son hombres antes que artistas, son personas comprometidas consigo mismas, con su técnica y la transformación de su técnica, son sensibilidades que dibujan los nervios de la historia, los efectos del tiempo y el tiempo mismo. Los pintores, igual que los poetas, “contemplan desde fuera el mundo dormido”, diría Alfonso Reyes, pero, además, continúa el autor “se acercan al durmiente como un vampiro, entran en él y en su pesadilla, buscan una síntesis entre la vigilia, el duermevela y el sueño”. Es así como el pintor queda atrapado en el tiempo, muerde su dolor a solas, cualquier imagen que ve es un millón de espinas en sus ojos. Él sabe que en tanto viva la soledad, el dolor de la creación, el vacío que deja el nacimiento de su obra, le acompañará siempre hasta que su grandeza caiga de rodillas ante su propia sensibilidad. Su sensibilidad es su dios y su demonio.

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

jueves, 22 de julio de 2010

Ser jóvenes: situarse en una historia que es la suya

Aforismos a propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, es un conjunto de señalamientos, gestos y ademanes que percibo en el ser humano de nuestro tiempo. Me agradaría mucho que sea leído por los jóvenes, a pesar de que tienen múltiples actividades, una de ellas, por ejemplo, es, retomo las palabras de Mario Benedetti, “no decir amén, no dejar que les maten el amor, recuperar el habla y la utopía, ser jóvenes sin prisa y sin memoria, situarse en una historia que es la suya”. Por ello precisamente, repito, me daría mucho gusto que la juventud tenga la posibilidad de leer los presentes señalamientos que constituyen un canto gris, dulce, calma y tempestad, vida, muerte e infinito. Una cosa lleva a la otra. La vida es pleno movimiento. Aforismos es también un canto de amor a la desesperanza y al nacimiento de una esperanza, de un mundo vigoroso, fraterno, humano. De un mundo donde, en palabras de Bertran Russel, la esperanza no se anublará, y donde lo que es noble ya no será condenado como traición a este o aquel mezquino objetivo. Un mundo donde, continúo la idea de Russel, la juventud, la ciencia, el pensamiento del hombre se vea libre de la interferencia de cualquier dogma que se le imponga desde fuera, ejercitando su derecho a poner en duda todos los postulados, incluso el suyo propio.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Empapados de egoísmo*

Naturalmente, carezco de la sensibilidad de conmoverme hasta las lágrimas; digo solamente que me agobia la soledad de un mundo tecnificado y cada vez menos sensible y, más aún, me pesa saber que entre ambos factores esta atrapado el ser humano, una realidad compleja, descarnada, que oscila entre dios y el diablo, ambos soberbios, arrogantes, señalando culpas; un todo social de dominio y poder, el hombre domina al hombre y la sociedad al individuo. La sociedad se ha empapado de egoísmo, desesperanza y desencanto; de lucha por sobrevivir; en ella cada individuo quiere ser mejor que el otro. El ser posesivo en su más alta expresión. Todos, sin embargo, convivimos con nuestra frustración individual y social, nos utilizamos unos a otros, nos requerimos para cumplir con nuestra obligación de vivir y, en su momento, morir. Es esta simple razón la que nos permite soportarnos. “Todo aquello que tiene una razón para vivir puede soportar cualquier forma de hacerlo”, sentencia Federico Nietzsche.
Obviamente, no para todos es desolación y desesperanza, hay espacios en este mundo donde la pobreza no existe. Recuerdo aquí a Frank Kafka, él decía que en el mundo hay y “habrá mucha esperanza, pero no para nosotros”. Entendiendo por nosotros el hombre desconocido, el que tiene el rostro de todos y de ninguno, el ninguneado y manipulado, el que durante su actuar de vida obedece, obedece y sólo obedece. El mal necesario para que la vida siga. Ese hombre, sin embargo, tiene sentimientos y expresiones propias, no importa cómo (mudo, sordo o leproso; anciano, campesino, obrero o indígena) ni dónde se encuentre; ese hombre es parte de mí y de todos, todos somos parte de todos, lo cual para Enrique Ruiz García en su texto Yo asumo la muerte de Pedro Olmo, equivale a lo siguiente: todos somos parte de una sociedad sin rostro, somos sombras que empujamos a la muerte. Ese hombre lucha, decide, trae la cabeza en alto, es libre. Y ser libre, nos dice el mismo autor, “es llegar a no tener nada más que un estrecho féretro de piedra empujándote a ser tú mismo”.

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

Disminuye la sabiduría*

El presente texto reúne una serie de reflexiones y señalamientos relacionados con la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto que vive el ser humano, en lo individual y social, al concluir el milenio. Así lo veo, así lo expongo. ¿Por qué esta necesidad de compartir una mirada sobre la cotidianidad de la vida? No lo sé. Tal vez la intención es, simplemente, compartir una verdad íntima, reflejo de mi soledad y aislamiento en un mundo altamente tecnificado y, al mismo tiempo, cada vez menos sensible.
Para mí la tecnificación no es ni buena ni mala, es un hecho donde solamente se manifiesta una expresión natural del hombre, me refiero al principio conocido como la ley del menor esfuerzo. Sin embargo, considero que uno de los inconvenientes del desarrollo tecnológico de nuestro tiempo es, en palabras de Bertrand Russell (¿Tiene el hombre un futuro?), “que los hábitos del pensamiento no pueden cambiar rápidamente como la técnica, con el resultado de que, a medida que aumentan los conocimientos prácticos, disminuye la sabiduría”.
Tecnología, cambio, movimiento, permanente transformación, el tiempo que modifica al tiempo. Me detengo, veo a mi alrededor y me entristece mi soledad, tal vez sea porque se vive en un mundo lleno de personas que, diría Stendhal, “sólo tienen capacidad para dos pasiones, la vanidad y el amor por el dinero; un mundo donde sólo una pequeña minoría puede conmoverse hasta las lágrimas por una idea.”

*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

sábado, 10 de julio de 2010

Conclusiones. Caso Defrenne-Sabena

Las presentes conclusiones se basan en la sentencia del caso Defrenne-Sabena, de fecha 15 de junio de 1978, y constituyen un esfuerzo por transmitir el conocimiento que se tiene sobre el tema de género y el análisis que se realizó sobre la mencionada sentencia.
Ahora bien, en primer lugar se expondrán las conclusiones de la sentencia propiamente y con posterioridad se comentarán nuestras conclusiones generales, que esperamos sean de utilidad.
El artículo 119 del Tratado de la Comunidad Económica Europea (CEE) se limita al tema de la discriminación en la remuneración entre trabajadoras y trabajadores, lo cual constituye una regla especial que se relaciona con factores precisos.
Al momento de que sucedieron los eventos, en cuanto a las relaciones entre la empresa y el empleado de conformidad al derecho nacional, no existía decisión en el Derecho Comunitario que prohibiera la discriminación entre hombres y mujeres en materia de condiciones labores distintas a los requerimientos contemplados en el artículo 119 de la Comunidad Económica Europea.
Así, como conclusiones generales podemos referir las siguientes:

· La realidad en materia de género debe corresponder y reflejarse en las leyes, reglamentos y en cada uno de los niveles de jerarquía de las leyes.
· El juzgador debe crear y fomentar un derecho dinámico, en el cual se reflejen los fenómenos que se presentan día con día.
· Se debe buscar que la igualdad en materia de género que se dirima ante el derecho internacional, inmediatamente se vea reflejada en el derecho nacional, por la certeza jurídica que esto representa.
· Una vez incorporado un nuevo lineamiento al derecho nacional, el estado debe supervisar y garantizar el cumplimiento de dicha medida en el ámbito correspondiente.
· El propio legislador debe incentivar la implementación de prestaciones compensatorias para que sean ejecutadas por el gobierno, empresas y trabajadores.
· Se propone crear un Plan de Igualdad entre trabajadores masculinos y femeninos en materia de empleo de empresas áreas, el cual podrá consistir en un (soft-law) derecho suave, en el cual la instancia competente gubernamental, de acuerdo con los empresarios, fijen una normativa que obligue a que se realice el mencionado Plan y por tanto se refleje en sus contratos.

Trabajo presentado en el Taller de Discusión Jurídica de sentencias relevantes, organizado por la Coordinación General del Programa de Equidad de Género del Poder Judicial de la Federación y Unidad de Enlace de la SCJN.

¿Qué ha sucedido después del caso Defrenne-Sabena? Cuarta parte.

Finalmente, ¿qué ha sucedido después del caso Defrenne-Sabena, sobre el tema? Al margen de las acciones de los organismos no gubernamentales, es de mencionar aquí, las directivas emitidas por el Parlamento Europeo y del Consejo, en uso de sus facultades conferidas en especial en su artículo 2, que se refiere a que “la Comunidad tendrá por misión promover, mediante el establecimiento de un mercado común y de una unión económica y monetaria y mediante la realización de las políticas o acciones comunes contempladas en el artículo 3 y 4, un desarrollo armonioso, equilibrado y sostenible de las actividades económicas en el conjunto de la Comunidad, un alto nivel de empleo y de protección social, la igualdad entre el hombre y la mujer, un crecimiento sostenible y no inflacionista, un alto grado de competitividad y de convergencia de los resultados económicos, un alto nivel de protección y de mejora de la calidad del medio ambiente, la elevación del nivel y de la calidad de vida, la cohesión económica y social y la solidaridad entre los Estados miembros.”
Dentro de estas directivas se encuentran la 2000/78/CE del Consejo, de 27 de noviembre de 2000 relativa al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo y en la ocupación. En esta directiva se argumenta en síntesis que “la lucha contra las discriminaciones constituye un importante reto para la Unión Europea. En efecto, la Unión Europea está basada en los principios de libertad, democracia, respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como del Estado de derecho. Por consiguiente, la UE debe adoptar todas las medidas necesarias para combatir cualquier tipo de discriminación, especialmente si tiene que ver con el empleo y el mercado de trabajo. El empleo y la ocupación son dos elementos esenciales para garantizar la igualdad de oportunidades para todos y, en gran medida, contribuyen a la plena participación de los ciudadanos en la vida económica, social y cultural. Pero se observan numerosos casos de discriminación en los mercados de trabajo. El artículo 13 del Tratado CE, introducido por el Tratado de Ámsterdam, concede poderes específicos a la Comunidad para combatir la discriminación por motivos de sexo, origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual. Los Estados miembros ya prohíben la discriminación en el mercado de trabajo. Pero sus legislaciones al respecto son dispares en cuanto al alcance, el contenido y la fuerza de ejecución. Por ello, esta Directiva pretende establecer un marco general mínimo.” [1]
Por otra parte, está la directiva 2002/73/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de septiembre de 2002, que modifica la directiva 76/2007/CE del Consejo relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la formación y a la promoción profesionales, y a las condiciones de trabajo.
En esta directiva resalta el hecho de que “se entenderá sin perjuicio de la libertad de asociación, incluido el derecho a fundar, con otros, sindicatos y a afiliarse a éstos en defensa de sus intereses. Las medidas adoptadas de conformidad con el apartado 4 del artículo 141 del Tratado podrán incluir la pertenencia o la continuación de la actividad de organizaciones o sindicatos cuyo objetivo principal sea la promoción, en la práctica, del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres.”[2]
En este contexto, continua la misma directiva, “debe alentarse a los empresarios y a los responsables de la formación profesional a tomar medidas para combatir toda clase de discriminación por razón de sexo y, en particular, a tomar medidas preventivas contra el acoso y el acoso sexual en el lugar de trabajo, de conformidad con la legislación y la práctica nacional.”[3]
Finalmente, está la directiva 2006/54/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de julio de 2006 relativa a la aplicación del principio de igualdad de oportunidades e igualdad de trato entre hombres y mujeres en asuntos de empleo y ocupación (refundición).
Es de mencionar, que la importancia de esta directiva estriba en que retoma criterios jurisprudenciales del tribunal de justicia de las Comunidades Europeas sobre el tema antes señalado. Considera que “el artículo 141, apartado 3, del Tratado proporciona ahora una base jurídica específica para la adopción de medidas comunitarias destinadas a garantizar la aplicación del principio de igualdad de oportunidades y de igualdad de trato en asuntos de empleo y ocupación, incluido el principio de igualdad de retribución para un mismo trabajo o para un trabajo de igual valor.”[4]
Considera también que “el principio de igualdad de retribución para un mismo trabajo o para un trabajo de igual valor establecido en el artículo 141 del Tratado y sostenido reiteradamente en la jurisprudencia del Tribunal de Justicia constituye un aspecto importante del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres y una parte esencial e indispensable del acervo comunitario, incluida la jurisprudencia del Tribunal, en lo que se refiere a la discriminación en razón de sexo, por lo que conviene adoptar disposiciones complementarias para su aplicación. (Asimismo que) de conformidad con la jurisprudencia consolidada del Tribunal de Justicia, para apreciar si unos trabajadores realizan un mismo trabajo o un trabajo al que se puede atribuir un mismo valor, debe comprobarse si, habida cuenta de un conjunto de factores, como la naturaleza del trabajo, las condiciones de formación y las condiciones laborales, puede considerarse que dichos trabajadores se encuentran en una situación comparable.”[5]
Finalmente, sólo citaré aquí la finalidad de la directiva en cuestión, misma que está contenida en el artículo 1° el cual refiere que: “la presente directiva tiene por objeto garantizar la aplicación del principio de igualdad de oportunidades e igualdad de trato entre hombres y mujeres en asuntos de empleo y ocupación. A tal fin, contiene disposiciones destinadas a aplicar el principio de igualdad de trato en lo que se refiere a: a) el acceso al empleo incluida la promoción y a la formación profesional, b) las condiciones de trabajo incluida la retribución; c) los regímenes profesionales de seguridad social. Contiene, además, disposiciones para garantizar que dicha aplicación sea más eficaz mediante el establecimiento de los procedimientos adecuados.” [6]
Como puede observarse, mención especial encierra el tema del artículo 141 que reproduce el antiguo artículo 119, en el que “se establece que cada Estado miembro garantizará la aplicación M principio de igualdad de retribución entre trabajadores y trabajadoras para un mismo trabajo o para trabajo de igual valor (así como) las medidas de acción positiva en el contexto del Tratado, ya que en el apartado 4 del mismo artículo 141 (antiguo 119) se establece que cada Estado miembro podrá mantener o adoptar medidas que ofrezcan ventajas concretas destinadas a facilitar al sexo menos representado el ejercicio de actividades profesionales o a evitar o compensar desventajas en sus carreras profesionales.” [7]
Resalta a todo esto la participación de las organizaciones feministas en relación con el cumplimiento del principio de igualdad entre hombres y mujeres en el Tratado de la Unión Europea. “Se considera que la introducción del principio de igualdad entre hombres y mujeres en los artículos consagrados a las acciones de la Comunidad hacen de ello una competencia comunitaria. No obstante, la limitación de que estas actuaciones deban ser decididas por unanimidad en el seno del Consejo supone una grave limitación a la puesta en marcha de las políticas de igualdad. El segundo problema que se pone en tela de juicio es la interpretación que se dé del texto del Tratado, que depende fundamentalmente de la dimensión política que los países miembros conceden a cada una de las medidas propuestas. En cuanto al artículo 141 (el antiguo 119), la posición de las organizaciones que lo integran es la de considerar como un avance la introducción de una referencia a las medidas de acción positiva en el contexto del Tratado y como un éxito de las organizaciones de mujeres, aunque con la importante limitación de que el campo de aplicación del artículo 141 se refiere al terreno estrictamente profesional, además de que estas medidas no son aplicables sensu estricto a las mujeres sino al sexo menos representado.” [8]

Trabajo presentado en el Taller de Discusión Jurídica de sentencias relevantes, organizado por la Coordinación General del Programa de Equidad de Género del Poder Judicial de la Federación y Unidad de Enlace de la SCJN.

[1] title="" style="mso-footnote-id: ftn2" name="_ftn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1950859442091590578#_ftnref2">[2]
[3]
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[8]

Interpretación de la sentencia. Caso Defrenne-Sabena, Tercera parte


La dinámica de los fenómenos sociales, por regla general, va delante de la teorización que se haga de los mismos. Más aún en sociedades como las nuestras, incorporadas a los procesos propios de la globalización que vivimos. La dinámica de los fenómenos sociales recorre sin fronteras los marcos nacionales, lo cual conlleva a que la realidad con suma facilidad no se corresponda con la doctrina, con las leyes e incluso, tratándose de derecho, con los principios generales.
Las empresas están frente a escenarios multinacionales, globalizantes. Su normatividad requiere de un derecho flexible. Es muy importante, al respecto, no perder de vista que las multinacionales, precisamente por el poder que encierran, cuentan con el poder de “legislar”. En materia de retribuciones salariales (contratos entre particulares), las empresas multinacionales y acuerdos interpretativos especiales constituyen, como lo menciona el mismo tribunal en la sentencia que nos ocupa, “una regla especial, cuya aplicación se relaciona con factores precisos”.
Dentro de esos factores, está la Directiva del Consejo de 10 de febrero de 1975, antes de la sentencia, relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros que se refieren a la aplicación del principio de igualdad de retribución entre los trabajadores masculinos y femeninos que figura en el artículo 119 del Tratado y, consecuentemente, al reconocimiento de la Comunidad Económica Europea del “carácter prioritario de las acciones que deben emprenderse en favor de la mujer en lo que afecta al acceso al empleo, a la formación y a la promoción profesionales, así como a las condiciones de trabajo, incluida la retribución; considerando que es oportuno reforzar las disposiciones legales de base mediante normas encaminadas a facilitar la aplicación concreta del principio de igualdad, de tal manera que todos los trabajadores de la Comunidad puedan beneficiarse de una protección en este ámbito” (75/117/CEE). [1]
El artículo 119 tiene un trato especial. Asimismo, que corresponde a los Estados miembros garantizar la aplicación del principio de igualdad de retribución entre trabajadores y trabajadoras para el mismo trabajo o para trabajo de igual valor.
Queda claro también, recuérdese siempre que se pueda, que la esfera jurídica está en el ámbito superestructural del Estado, en el ámbito de lo político, de las instituciones que implementa el Estado para llevar a cabo la compleja red de aspectos coercitivos pactados en sociedad.
Es por todos sabido que en la mayoría de las constituciones democráticas existe el principio de igualdad y no discriminación entre el hombre y la mujer, sin embargo, es también conocido que dicho principio no se corresponde con la igualdad real.
Decimos lo anterior, precisamente, porque la igualdad y no discriminación por razón de género entre los trabajadores masculinos y femeninos en materia de condiciones de trabajo, es el caso que nos ocupa, no se corresponde con la igualdad real de dicha materia, de ahí entonces, que nuestra primera conclusión se refiera a que es importante que a fin de que la brecha entre realidad social y descripción normativa de la misma, no se separen al extremo de llegarse a desconocer a sí mismas, que el legislador en el ámbito nacional e internacional regule permanentemente sobre nuevos fenómenos que se presenten.
Ahora bien, la inserción de una cláusula en el contrato de una azafata que señala que éste se da por terminado cuando tal empleada cumpla 40 años de edad, constituye, en realidad, una declaración anticipada de voluntad (término que retomo del derecho testamentario y que se refiere a la voluntad del testador, como norma suprema, en la ejecución testamentaria), por la parte contratante, lo cual, al margen de estudiar su contenido discriminatorio en cuanto al acceso al empleo por razón de edad (recordemos que lo solicitado por Defrenne es la discriminación sufrida en la compensación que le fue proporcionada en comparación con sus colegas masculinos que realizaban las mismas labores como asistentes de vuelo en cabina), se debe estudiar lo referente al desempeño, a la capacidad de facultades y a la duración misma del contrato.
La declaración anticipada de voluntad la tomo aquí como una manifestación en prospectiva de la voluntad del trabajador dicho por la empresa, y donde la persona contratada acepta las condiciones establecidas en las cláusulas del contrato.
En el caso, el artículo 119 del Tratado de la Comunidad Económica Europea se limita al tema de la discriminación en la retribución entre trabajadores y trabajadoras. Lo que implica que en él se establece una regla general vinculada a factores precisos: igualdad de retribución o remuneración. Escapa a él lo referente a la igualdad con respecto a otras condiciones laborales que aplican a hombres y mujeres.
Sin embargo, ello no implica que el juzgador evada su función de interpretar diversos ordenamientos sobre el tema y emita un pronunciamiento sobre la litis planteada, lo cual aconteció en el caso que nos ocupa.
Ello es así, porque en la litis Defrenne-Sabena, el juzgador consideró que escapaba al tema de la evaluación de condiciones de empleo y trabajo que involucran cuestiones relacionadas con el sexo de los trabajadores (todo un tema al que no se ha llegado ni a estandarizar ni, mucho menos, a normar, entre otras cosas, porque la palabra sexo va mucho más allá de hombre y mujer), teniendo en cuenta las condiciones que afectan la posición especial de las mujeres en el proceso laboral.
Para él, el hecho de que el contrato determine “ciertas condiciones de empleo, como un límite de edad especial y que pueden representar consecuencias monetarias, no es suficiente para que dichas condiciones cumplan con el campo de aplicación del artículo 119, que se basa en la cercana conexión existente entre la naturaleza del servicio prestado y el monto de la remuneración.” [2]
Así planteado el problema, es claro que el tema de la edad en un contrato va más allá al número de años fijados en una cláusula que aceptó del patrón, que es el que la determina, para instalarse en el punto capital que es la declaración anticipada de consentir disociada o alejada del derecho de rechazar, por lo menos, dentro del ámbito propio del contrato o acuerdo de voluntades de las partes.
La empresa, entonces, prioriza no propiamente la edad, sino, más bien, el desempeño y capacidad de facultades.
Por lo expuesto, se concluye la necesidad de proponer un Plan de Igualdad entre trabajadores masculinos y femeninos en materia de condiciones de empleo en empresas aéreas. Plan que, en lo específico, es compatible con el conjunto de políticas y acciones comunitarias en igualdad de trato y oportunidades en cuestiones salariales y condiciones laborales para el personal masculino y femenino, en las cláusulas de los contratos de trabajo. Recuérdese que el argumento de Defrenne es que la cláusula de su contrato fijaba “su edad de retiro en los cuarenta años, condición que se imponía sólo a las empleadas, puede evaluarse bajo la proscripción de la discriminación con base en sexo en una interpretación amplia del artículo 119, pues implica consecuencias económicas.”
Esta medida, lo que se conoce como “derecho débil”, “derecho flojo” (Soft-Law) consistiría en que la instancia competente gubernamental, en acuerdo con empresarios, en este caso, de aerolíneas, fijen una normatividad que obligue a que se haga el Plan referido y, se refleje en sus respectivos contratos. Un Plan como éste encierra, entre otros puntos, un diagnóstico y medidas concretas.

Trabajo presentado en el Taller de Discusión Jurídica de sentencias relevantes, organizado por la Coordinación General del Programa de Equidad de Género del Poder Judicial de la Federación y Unidad de Enlace de la SCJN.
[1]
[2] Sentencia del Tribunal de Justica del 15 de junio de 1978. Gabrielle Defrenne contra Société Anonyme Be
lge de Navigation Aérienne Sabena. Petición de decisión prejudicial: Suprema Corte, Bélgica. Igualdad entre los trabajadores masculinos y femeninos en materia de condiciones de empleo. p. 4

Caso Defrenne-Sabena. Segunda parte.



El caso que nos ocupa encierra, en esencia, el problema de la discriminación salarial y de condiciones laborales entre hombres y mujeres. Sin embargo, son tantas las sombras en la interpretación tanto de la sentencia en sí, como de la interpretación normativa, nacional e internacional, en el particular, del artículo 119 de la Comunidad Económica Europea de 1957, también conocida como el Tratado de Roma, que existe la posibilidad de construir un discurso victimario de los grupos vulnerables y, en particular, de la mujer, lo cual pudiera encerrar efectos perversos.
En primer lugar, porque se puede construir bajo un razonamiento paranoico y, en segundo lugar, porque si no marcamos límites en los discursos ideológicos, en este caso, en lo que es de estricto derecho de acuerdo a hechos, pruebas, normatividad y competencia, entonces de poco sirve, creemos, sensibilizarnos en materia de género.
Entendemos que la perspectiva de género permite diferenciar la participación de los sectores sociales de la población, en cuanto la igualdad y equidad de oportunidades y derechos en el comportamiento de la estructura de una determinada sociedad. Permite, con una visión incluyente, ubicar desequilibrios en la designación social y acceso laboral a personas que tienen los mismos derechos y oportunidades pero que, por su condición sexual, se ven discriminadas.
El no reproducir los patrones culturales basados en la asignación de actividades por la condición sexual, permite fortalecer una visión crítica y actuar conforme a derecho. Hacerlo de esta manera, el doctrinario o el juzgador (el primero al efectuar sus disertaciones sociales, económicas, políticas o jurídicas, el segundo, al momento de aplicar la ley de acuerdo con hechos, pruebas y normatividad aplicable) construyen argumentaciones y criterios jurídicos que benefician, en el caso concreto de la mujer, tanto a ella en sí, de acuerdo al caso planteado, como al género del que es parte y, en el juicio, indirectamente representa.
De esta manera, es posible, como en el caso que nos ocupa, que jurídicamente el juzgador encuentre infundada la demanda, empero, el juzgador último (la Corte Europea de Justicia) reconoce “que es imposible ampliar el alcance de dicho artículo a los elementos de relaciones laborales distintos a los que hace referencia específica”, propiciando con ello la posibilidad de poner un punto de agenda en la mesa de discusión de organizaciones no gubernamentales y autoridades competentes, precisamente el artículo en cuestión.
A renglón seguido, agrega que corresponde a las leyes nacionales y al legislador local, pronunciarse al respecto, en virtud de que no existía hasta esos momentos, 1978, “ningún principio legal comunitario que prohibiera la discriminación planteada”, lo cual quiere decir, repito, en materia de condiciones laborales distintas al salario entre hombres y mujeres.
Resulta lógico el razonamiento. Recordemos el principio que señala que ninguna autoridad puede hacer más allá de lo que la ley le permite. En ese sentido, el Derecho Comunitario aplica la disposición contendida en el artículo 9 del Tratado de Paris de 1951, el cual señala, en la parte que aquí interesa que los miembros de la Alta autoridad “se abstendrán de todo acto incompatible con el carácter supranacional de sus funciones. Cada Estado miembro se compromete a respetar este principio y a no intentar influir sobre los miembros de la alta autoridad en la ejecución de sus tareas”.
Por otra parte, aplica también el contenido mismo del artículo 119, que señala que “cada Estado miembro garantizará la aplicación del principio de igualdad de retribución entre trabajadores y trabajadoras para un mismo trabajo o para un trabajo de igual valor”.
Así, a pesar de la interpretación letrista del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, éste reconoce, vía la sentencia, la imposibilidad normativa para abordar el problema planteado, por lo que se refiere a la regulación de condiciones de trabajo y retribución del mismo, entre personal femenino y masculino, cuando se da entre particulares, vía un contrato de trabajo y, por lo mismo, la intervención plena al respecto del Estado miembro, en este caso, de Bélgica, para garantizar la aplicación de ese principio mediante disposiciones legales, reglamentarias y administrativas.
Sin embargo, el hecho de la inexistencia de las normas internacionales comunitarias a la regulación específica de condiciones de empleo en un contrato de trabajo entre particulares (un particular contratado y una empresa contratante), ¿es razón suficiente para desaprovechar la acción entablada entre Defrenne-Sabena, para pronunciarse a favor del principio de aplicabilidad directa del Derecho Comunitario?

Trabajo presentado en el Taller de Discusión Jurídica de sentencias relevantes, organizado por la Coordinación General del Programa de Equidad de Género del Poder Judicial de la Federación y Unidad de Enlace de la SCJN.

viernes, 18 de junio de 2010

Igualdad Salarial: A propósito de la discriminación en la retribución a trabajadores y trabajadoras

María del Consuelo Núñez Martínez
Magaly López Nova
Genaro González Licea*
A manera de presentación
En el presente trabajo se abordará el tema de igualdad salarial, a propósito de la discriminación en la retribución a los trabajadores y trabajadoras. Específicamente, la problemática se centra en la igualdad entre trabajadores masculinos y femeninos en materia de condiciones de empleo. El problema jurídico planteado se localiza en la sentencia del Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea de 15 de junio de 1978. Gabrielle Defrenne contra Société Anonyme Belge de Navigation Aérienne Sabena. Por cuestiones de agilidad en la referencia en lo subsiguiente lo ubicaremos como el caso Defrenne-Sabena.
Dicho caso, cuyo tema se refiere a la igualdad salarial y condiciones laborales, comprende varias aristas de estudio que es importante abordar en este Taller de Discusión Jurídica de sentencias internacionales relevantes, organizado por la Coordinación General del Programa de Equidad de Género del Poder Judicial de la Federación y la Unidad de Enlace de la SCJN.
Sin duda, de ninguna manera estamos aquí para “ponerle el paño al púlpito”, como se dice coloquialmente cuando se presentan expertos en la materia. El objetivo es mucho muy modesto, a riesgo, incluso, de que este recinto quede vacío.
Lo que pretendemos al exponer el tema es abrir un diálogo con ustedes y entre nosotros mismos, sobre el contenido de la sentencia. A partir de ello, esperamos generar inquietudes y reflexiones, con menos riesgo de descontextualizar el contenido de la sentencia.
En el entendido, dicho sea de paso, que si bien la sentencia constituye la resolución más importante de todo el proceso judicial, al estudiarla a través de un fallo concreto, como lo es el presente caso, dicho fallo “no es un mero ejemplo de la aplicación de la ley, cual pude ser la caída de mi lapicera al suelo un ejemplo de la ley de gravedad. Un fallo no es un ejemplo de aplicación de la ley o de la Constitución sino una realidad gracias a la cual la ley y la Constitución existen y existen con ciertas modalidades, y con ciertas consecuencias y aspectos no expresados en ella. Una realidad en la cual la ley se “recrea” cada vez con más riqueza de circunstancias.”[1] Una sentencia, concluye Genaro R. Carrió, no se dicta en el vacío sino en una realidad social a la que pertenecen sus jueces, y que tácitamente orienta su decisión.

* Taller de Discusión Jurídica de sentencias internacionales relevantes, organizado por la Coordinación General del Programa de Equidad de Género del Poder Judicial de la Federación y la Unidad de Enlace de la SCJN.
[1] Carrió R., Genaro, Recurso de Amparo y Técnica Judicial (análisis crítico del caso “Kot”, Ed. Abeledo-Perrot, Segunda Edición aumentada, Buenos Aires, Argentina, 1987, p. 9. El caso “Kot” se refiere a la ocupación de una fábrica , cito al mismo autor: El 21 de marzo de 1958 se suscitó un conflicto laboral entre la firma “Samuel Kot S.R.L.” y su personal obrero. Dicha firma posee un establecimiento textil en el pueblo de Villa Lynch, Partido de San Martín, Provincia de Buenos Aires. El 28 de marzo la huelga fue declarada ilegal por la Delegación San Martín del Departamento Provincial del Trabajo. La firma dispuso la concurrencia de los obreros al trabajo dentro de las veinticuatro horas, con excepción de dos delegados. Un mes y medio después el presidente del Departamento Provincial del Trabajo declaró nula la resolución de la Delegación San Martín e intimó a patronos y obreros a reanudar las tareas. Los primeros se negaron a reincorporar a los obreros despedidos. El 9 de junio la fábrica fue ocupada por parte del personal, entre ellos los obreros despedidos. A partir de ese momento el establecimiento quedó totalmente paralizado: los patronos podían entrar al mismo y sacar objetos, siempre que dejaran constancia escrita, no así el personal de administración y los capataces.

Urge replantear el marco legal y constitucional de las fuerzas armadas mexicanas

Genaro González Licea*
A Ricardo Guzmán Wolffer,con mi reconocimiento y gratitud
Es urgente replantear el marco legal y constitucional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México, de ello no tengo la menor duda. La participación cada vez mayor del sector militar conlleva, necesariamente, a reformar el artículo 129 constitucional, “en tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá Comandancias Militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión; o en los campamentos, cuarteles o depósitos que, fuera de las poblaciones, estableciere para la estación de las tropas”.
Estoy por un Estado de derecho donde nada ni nadie, ni el propio Estado, se ubique por encima de la constitución, de la legalidad. Hay que subrayar las palabras. Ninguna institución, mucho menos las fuerzas armadas mexicanas, debe actuar fuera del marco legal. Si es tanta la fuerza y credibilidad social del ejército mexicano, si el Poder Ejecutivo ya no cuenta con otra instancia que asegure enfrentar al crimen organizado, inseguridad social, por decir un ejemplo, entonces, insisto, lo más pertinente es reformar el artículo 129 constitucional.
Una posible reforma sería: “La misión de las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, es garantizar la independencia y soberanía de México, así como defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. Con lo anterior, ya no solamente se le permite a la fuerza militar salir de los cuarteles en tiempo de paz, sino además, regularizar su actuar nacional en territorio mexicano precisamente en tiempo de paz.
Sin embargo, si el hecho anterior es importante, no menos lo es el que se le dé una función constitucional a las fuerzas armadas mexicanas y, con ello, se les incorpore en forma abierta, madura, al proceso de democratización del país.
¿Por qué el poder constituyente, ante una realidad radicalmente distinta a la nuestra, la del genoma humano en toda su expresión, decidió que la misión de las fuerzas armadas mexicanas, “defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación, así como garantizar la seguridad interior”, estuviese en una ley reglamentaria y no en la constitución? Pregunta apasionante. La respuesta es una lección, encuentro y desencuentro con un momento histórico, tiempo y circunstancia, distinto.
Por otra parte, es importante señalar que los argumentos que sustenten la respuesta a la pregunta anterior, nos lleva también, como consecuencia lógica, a lo siguiente: en estos momentos la sociedad mexicana con lo que realmente cuenta es con unas fuerzas armadas de gobierno, más que de Estado. Planteamiento nada sencillo, teniendo en cuenta, por una parte, que el reclamo social es la necesidad de contar con unas fuerzas armadas de Estado y, por otra parte, que las instituciones militares saben que para lograrlo es menester replanear sus columnas vertebrales operativa y normativamente hablando. La disyuntiva es clara, seguir como ejército de gobierno incrementa la posibilidad de que contemos con unas fuerzas armadas heridas en su amor propio. Se fortalecen en sí y para sí, pero se alejan de la defensa del pueblo mexicano, en el cual reside esencial y originariamente la soberanía nacional.
Seguramente es difícil aceptar que mientras la soberanía se desmorona y se afianza al mismo tiempo para un grupo social reducido, la gran masa de ciudadanos agoniza entre la pobreza y la inseguridad.
La sentencia es clara, si en estos momentos por soberanía nacional se entiende el concepto amurallado que nació de las guerras mundiales, el cual engloba la participación de fuerzas políticas, militares, económicas y sociales para defender y garantizar la tranquilidad nacional, entonces este país difícilmente verá un día una real democracia.
Efectivamente, la seguridad interior y la defensa exterior de la nación requieren de la existencia de un poder armado. El Ejército es un órgano concreto del Estado que exterioriza del poder del mismo Estado, en él recae y se ejerce su fuerza.
Ahora bien, las cosas se complican cuando ambos conceptos se interrelacionan jurídica y doctrinalmente, pero no en abstracto, sino en la dinámica de un contexto determinado, lo cual se traduce, por una parte, en un Estado cuyo comportamiento, social, político y económico es marcadamente globalizante y, por otra, en una sociedad hundida en la economía informal, en el desempleo, en el deseo de reencontrarse con ella misma y con sus instituciones; una sociedad condicionada por el comportamiento mediático y secuestrada de su verdad histórica por los aparatos ideológicos de Estado
Así, en el caso de las que las Fuerzas Armadas mexicanas, el centro de la reflexión es el papel que deben jugar como institución entre las instituciones y como institución ante la sociedad. Contar no solamente con unas Fuerzas Armadas de instituciones, sino también de Estado. Ello significa tener una lealtad tanto a las instituciones como al poder civil al cual se deben, ambas cuestiones, por supuesto, dentro de un Estado de Derecho. Esta conjugación constituye un punto de vital importancia para abordar, en serio, la relación de las Fuerzas Armadas y la seguridad nacional en nuestros días.
Finalmente, con respecto a la tendencia globalizante de México, en múltiples ocasiones he dicho que globalizar no significa transportar conceptos jurídicos de un lugar a otro, de un escritorio a otro; tampoco significa transportar capitales, culturas e ideologías de un continente a otro, como si fuera kermés. Globalizar procesos económicos, comportamientos sociales, así como conceptos o doctrinas, sean estas jurídicas, políticas, económicas o militares, significa reproducir tendencias, comportamientos de determinados patrones de conducta, marcos ideológicos y culturales de dominación y reproducción social y económica, ello de acuerdo a la especificidad de cada país y formación económico social.
En México, este marco de reproducción excluye la participación directa de la población. Es cruel reconocer la verdad, pero en este país la gran mayoría de la sociedad está para consumir, no para producir.
Concluyo entonces que la globalización es un proceso histórico complejo al cual ha llegado el sistema de reproducción económico, social e ideológico en el marco mundial. Por lo mismo, la globalización es un medio, un instrumento de reproducción y, de ninguna manera, un fin; es, además, un acto de poder de las grandes potencias en el nuevo reparto del mundo, un acto unilateral y sin consensos de los países cuya dependencia económica de ellos depende. Esa es su fortaleza y, al mismo tiempo, su debilidad.

viernes, 11 de junio de 2010

Ensayo sobre la reestructuración del Estado mexicano


Este volumen contiene mis escritos publicados en relación con la reestructuración del Estado mexicano, en lo particular concibo a ésta como un medio, un instrumento del cual dispone la sociedad para reestructurarse como Estado de derecho, de ahí que aborde temas que, así lo considero, permiten dilucidar los puntos torales que a partir de 1980 propiciaron la necesidad de reestructurar al Estado mexicano. Temas tales como: Deuda externa: ¿un tema muerto?; ¿por qué una nueva Constitución?; ¿qué Constitución queremos?; ¿el Partido Revolucionario Institucional es un partido hecho para tomar el poder?; ¿y la ética del poder?; ¿morirá el presidencialismo mexicano?; los grupos de presión: un eslabón perdido; la transición en México: proceso de consensos; y, finalmente, el de la situación sociopolítica y reestructuración del Estado mexicano. Es de agregar que en este último esbozo un proyecto de país que nos identifique en nuestra historicidad y transformación, en nuestra integración con los países del mundo, como individuos, como sociedad, como Estado.
Ensayo sobre la reestructuración del Estado mexicano constituye, al mismo tiempo que un intento de dilucidar, aclarar para mí mismo el proceso de transformación que vive abiertamente el Estado mexicano desde 1980, un deseo de participar en el debate nacional que sobre el particular se lleva a cabo en el país. Mi palabra, por lo mismo, está lejos de ser la última palabra. Soy un profesor que ama su trabajo, al prójimo, a la vida; soy una persona que sufre al verse y reconocerse en los ojos del otro; soy una voz común y corriente, una voz de la sociedad civil.
*González Licea, Genaro, Ensayo sobre la reestructuración del Estado Mexicano, Edición del autor, Derechos reservados, México, 2003.

viernes, 4 de junio de 2010

La neurosis

La fortaleza del alma sirve para sobrellevar
el infortunio, el dolor y la dificultad.
Henri Bordeaux.

La neurosis es una cualidad que tiene todo ser humano y se transforma en enfermedad solamente en personas hipersensibles. Como enfermedad es una defensa, un temor, dolor y angustia de verse a sí mismos, un pensamiento que prefiere el vacío, el morir sin conocer su propio rostro. Sin embargo, la neurosis, como cualquier otra enfermedad, en sí misma encierra su propia cura.

viernes, 28 de mayo de 2010

El rito de la muerte

El amor se nutre de soledad y de su hambre.

Eduardo O’ Gorman

Cuando uno ama sabe que inicia el rito de la muerte, el desierto del amor. Y esto es así porque a fin de cuentas el amor no es otra cosa que vivir plenamente la intensidad de la vida al mismo tiempo que la muerte, buscar la eternidad del instante por parte de dos seres que se complementan y corresponden en su integridad humana, uno a uno, piel a piel. Cuando uno ama ¡qué importa el qué dirán, lo fértil o no del sol o de la luna, ser novios o casados! Cuando uno ama lo que busca es el amor, ser amoroso real y verdadero, ser amoroso instante, suspiro de eternidad, presagio cotidiano de una pasión que nace y sucumbe, rejuvenece y muere al mismo tiempo.
Ser amoroso es ser amoroso amante, día a día, noche a noche con el ser amado.
Los amorosos se desnudan sin prejuicio, muestran su cuerpo sin importar su juventud o el paso de los años; sus brazos y sus pies son de madera, con ellos incendian su pasado, su presente y su futuro. Son como niños que no temen a la muerte, día a día son como pirañas que desde el río se arrojan al mar; son como potros salvajes que se montan en la eternidad y se hunden más allá, mucho más allá del infinito y del fondo del océano; precisamente porque saben que su destino es sucumbir para volver amar.
Los amorosos son como un pedazo de carne devorada por las hienas; son rostros fusionados en un instante, pensamientos que noche a noche se asoman a la gloría y al infierno, mas nunca al limbo, lugar donde sólo habitan los mediocres, los arrepentidos, los que amaron sin morder la carne y masticar en el cuerpo del otro su propio cuerpo.
El limbo es para los amantes que amaron de rodillas, que amaron por amar, sin buscar en el otro por los siglos de los siglos su guarida, sin encontrar en sí mismo a la astilla amada, la estaca que se clava. El limbo es para los amantes que nunca fueron plenos.
Los amorosos son comunión de amor, rabia de búsqueda en las puntas de los dedos, de la lengua, de los cuerpos que se unen y se alejan. Los amorosos pisan la gloria y el infierno en un respiro, son sed y agua, rito de vida y muerte. Los amorosos buscan, diría Sabines, “son los que abandonan, son los que cambian, los que olvidan”, “su corazón les dice que nunca han de encontrar, no encuentran, buscan”. “Los amorosos son locos, sólo locos, sin Dios y sin el diablo. Los amorosos salen de sus cuevas temblorosos, hambrientos, a cazar fantasmas. Se ríen de las gentes que lo saben todo, de las que aman a perpetuidad, verídicamente, de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite”.
Los amorosos son mucho más que los amantes. Los amantes son instinto, momento que inicia y se termina, espejismo, desengaño, ansiedad que muere. Limbo sobre limbo. Y es que los amantes, nos dice Henry Miller, “no se enamoran, sino simplemente aman”. No piden poseer sino ser poseídos por el amor. Y aquel que no es poseído, será un amor desventurado, triste destino de un amor que no es correspondido. Tal es el caso del Werther de H. W. Goethe, quien el 3 de septiembre de 1772 escribe: “a veces no comprendo cómo puede amar a otro hombre, cómo se atreve a amar a otro hombre amándola yo con un amor tan perfecto, tan profundo, tan completo; cuando no conozco más que a ella, ni sé nada, ni tengo otro pensamiento que ella”.
Cuando uno ama sabe que inicia el rito de la muerte, el desierto del amor. Sabe que cada instante es infinito y el último instante no existe porque en ninguno de los dos hay el temor de un día quedar solos; saben que no resisten la lejanía del aroma de su cuerpo, la melancolía y el recuerdo del mañana: son el uno para el otro, son complemento, hambre y alimento.
Los amorosos atropellan, causan un dolor que nadie entiende, sólo ellos cuando se miran y se dicen en silencio que se están causando daño, que están muriendo al soportar el grito del dolor. Los amorosos son soñadores que se derrumban en los dedos del amor, son más, mucho más que un millón de amantes.
*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.


lunes, 24 de mayo de 2010

Libertad

Amo la vida como, estoy seguro, un perro ama a su amo. Amo la libertad del águila o la paloma, en ellos reconozco mi libertad plena, la que nunca podré tener porque, al decir de Canetti, “uno sólo es libre cuando no quiere nada”.

martes, 18 de mayo de 2010

¿Y la ética del poder?

(Segunda parte)

Lo reconozco; los descaros, los acuerdos ocultos y las verdades a medias, me llevaron a ver los días tristes y las calles desoladas. Me levanto a solas. Me reconforta saber que soy parte de una sociedad civil viva, caminante, con proyectos e intereses. Soy parte de una sociedad civil que sigue a pesar de que el ejercicio del poder nos tome el pelo, nos manipule, nos mienta, nos deje fuera de sus decisiones.
El poder ejercido sin la sociedad civil mexicana. El poder ejercido por el poder mismo, y frente al mismo poder, cual espejo fiel y único interlocutor.
¿Y dónde quedó el hermoso proceso histórico de transición que inició el país en el año dos mil? Está en la sociedad civil, no se ha perdido ni se perderá. ¿Son tan grandes los compromisos del Estado como para que realmente no podamos ser nosotros mismos sin dejar de ser parte del otro? ¿Será que la izquierda, la derecha, los centros y los extremos, han renunciado a la construcción de un proyecto nacional? Todo indica que su compromiso se da con la democracia, con el desarrollo y comportamiento democrático de los individuos, mas no con los intereses de clase de los mismos.
Ochenta millones de mexicanos están en juego; ¿están en juego? No, creo que no. De ahí mi tristeza y que me haya permitido citar, tanto las palabras del maestro Margadant, como escribir desde mi soledad y recogimiento; desde la vida que sigue y la muerte que espero; desde la desesperanza y el desencanto humano.
Veo un panorama desolado, un Estado en ruinas. Busco un jefe de Estado y no lo encuentro. Busco alguien que hable de frente a la nación, que no huya a la crítica, a la confrontación de ideas y principios, y tampoco lo encuentro. A todos los hombres de Estado que toman las decisiones reales de poder, los veo agazapados fomentando la cultura del rumor y del engaño. ¿Acaso se han extinguido los políticos y estadistas en México? ¿Dónde están los líderes políticos con la capacidad real de asumir la conciencia colectiva? ¿Dónde está el “nuevo príncipe” producto de una transición? ¿Será que la derecha en el poder ha quedado atrapada en el protocolo, en la política de la imagen, el rating, las cámaras, los aplausos y las declaraciones?
Declaraciones que van desde el considerar que los problemas nacionales se pueden resolver en cuestión de minutos; hasta la solicitud de pedir: “básicamente no agredir a Estados Unidos o al presidente Bush”, así como: el “FMI marca el camino”. México planificado desde la política económica del Fondo Monetario y el Banco Mundial. El financiamiento viene de ahí, escúchese entonces, México es parte de los países económicamente dominantes en el sistema financiero mundial, pero claro está, como un país maquilador. ¿Y cómo no serlo si en él es prácticamente nula la educación e investigación; cuenta con graves problemas de corrupción e inseguridad pública, en tanto que sus partidos carecen de legitimidad y liderazgo?
Llamo a la reflexión crítica, al estudio de la realidad política y social del país, a estar lejos de las disputas desgastantes de los nombres y apellidos.
*González Licea, Genaro, Ensayo sobre la reestructuración del Estado Mexicano, Edición del autor, Derechos reservados, México, 2003.

¿Y la ética del poder?

(Primera parte)

A la memoria del
Dr. Guillermo Floris Margadant

En una de las varias ocasiones que traté al Dr. Guillermo Floris Margadant, quien era Presidente de la Comisión Dictaminadora del Personal Académico “Grupo Quince” de la Facultad de Derecho, de la UNAM, me permití recordarle mi gratitud por unas palabras suyas que me revitalizaron y permitieron salir a flote de cierto pesimismo en que caí al observar la mezquindad que se da cuando la teoría y la práctica no van más allá del beneficio personal, del beneficio por el beneficio mismo.
Cuando lo posesivo se sobrepone a lo colectivo; cuando se rompe el justo medio entre teoría y práctica, desarrollo individual y social; la generosidad de dar y recibir; la humildad de ser uno mismo sin dejar de ser parte del otro.
Sus palabras decían que “en nuestra época, el ideal, algo pasivo, de honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere, ya no basta; de todos nosotros se requiere estudio serio y luego actividad para crear un mundo en el cual cada uno pueda desarrollar sus facultades, en los tres campos esenciales de la vida privada, las satisfacciones físicas, las intelectuales y las culturales, sin perjuicio para el desarrollo de los demás, un mundo en el cual tantos millares de pequeños obstáculos administrativos y ritos sociales tradicionales, algo anacrónicos, eco de épocas primitivas, dejen de obstaculizar la simple alegría de vivir hic et nunc; en el cual lo científico y la caridad se compenetren progresivamente; en el cual lo creativo se incremente cada vez más, con detrimento de los rasgos posesivos, la colaboración sustituya cada vez más la envidia, y los verbos de "hacer", "vivir" y "ser" triunfen cada vez más claramente sobre el "tener".”
¿Por qué retomo lo anterior? Porque en estos momentos parecería que en todos los sectores de poder se sobrepone el interés individual sobre el colectivo; el beneficio de recibir sin el complemento de dar; la búsqueda del ascenso por el ascenso mismo, del mandato por el mandato mismo; del ejercicio del poder falto de ética.
Por lo mismo, no es casual que impere la hipocresía, el cinismo, el doble juego. Ello me lastima no solamente como mexicano, sino también como ciudadano que se ve humillado en su dignidad humana. Soy profesor y como tal mi lucha la libro frente a mis alumnos, frente a cualquier persona que me permita compartir sus ideas, su visión de mundo; con cualquier ser humano que me permita intercambiar ideas. Estas líneas, incluso, véanse como parte de mi condición docente.

*González Licea, Genaro, Ensayo sobre la reestructuración del Estado Mexicano, Edición del autor, Derechos reservados, México, 2003.

martes, 11 de mayo de 2010

La confianza

"Por muchos años mi fe y esperanza la deposité en personas encumbradas; personas que eran cual dioses para mí; posteriormente mi fe y esperanza la deposité en el ser humano, en el hombre. Dioses y hombres se derrumbaron. Me había olvidado de la condición humana y de la confianza en mí mismo".

*González Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

viernes, 30 de abril de 2010

El trabajo es parte de la vida

"El trabajo es parte de la vida, no la vida. Hacer del trabajo la vida se traduce en una enfermedad, en un mecanismo para evadir la realidad personal. El trabajo así es una catarsis". GGL.

viernes, 23 de abril de 2010

La gente ...

"La gente sin escrúpulos se rodea de gente igual; lo mismo sucede con la gente mediocre. Por lo mismo, se puede decir que la mediocridad de un gobernante se ejemplifica en sus colaboradores." GGL

viernes, 16 de abril de 2010

*Ensayo sobre la reestructuración del Estado mexicano.

“Unos demonios maliciosos se nos meten dentro y
nos mandan hacer, sin que nos demos cuenta, sus
más absurdas voluntades.”
CursivaCharles Baudelaire.


Al escribir estas líneas mantuve como objetivo central el de puntualizar los elementos básicos que, desde mi punto de vista, se dan cita en el proceso de transformación política, económica y social y que vive el Estado mexicano. Proceso que realmente inicia desde la década de los ochenta, específicamente, con la reestructuración de la deuda externa mexicana. El dos mil, por tanto, significa solamente una etapa más del proceso.
¿Y la transformación de la formación económico social mexicana, hacia dónde se dirige? No es alentadora la respuesta ni para millones de mexicanos ni para el florecimiento de la economía nacional. Ello, entre otras cosas, porque México, desde su independencia, vive un desarrollo tutelado por Estados Unidos, cuestión que se puede evidenciar con la guerra de reconocimiento de dominio en 1848, guerra nada ficticia, puesto que, nos recuerda Juan María Alponte, (George W. Bush se juega la reelección: México, el futuro, El Universal, 17 de febrero de 2003), “costó a Estados Unidos 166 millones de dólares; la pérdida de mil 233 soldados más 4 mil 152 heridos”, y, continúa, “grandes efectos históricos puesto que, al liquidar el ‘modelo esclavista’ EU, con ese conflicto, terminó con el último ‘enclave’ colonial del país y pudo realizar, con todas sus consecuencias, la revolución industrial que el sur impedía al mantener, viva, una economía colonial exportadora dependiente de las industrias textiles de Inglaterra. Ese conflicto fue, sin duda, fundamental para que EU iniciara el proyecto hacia la hegemonía puesto que, en 1900, en dos generaciones, superaba ya a Inglaterra en el PNB”.
¿Qué significa lo anterior? Una interpretación es que la reestructuración del Estado mexicano es parte de un proceso que fortalece la reestructuración hegemónica norteamericana, el marco de reproducción financiero, globalizante, y debilita la rectoría económica del Estado.
Sin embargo, considero que sin necesidad de rechazar el proceso anterior, recuérdese que las economías y sociedades cerradas desde hace muchos años han quedado atrás, es posible replantear una reestructuración de Estado que tienda a fortalecer a un Estado de derecho, una economía nacional que fortalezca nuestra soberanía local y, de esta manera, nuestra soberanía compartida. Para lograrlo, es indispensable la generación de consensos legislativos y no de acuerdos copulares, de elite; es indispensable la acción reflexiva de intelectuales y ciudadanos, pero, sobre todo de los Poderes de la Unión. Sería una lamentable historia el hecho de que los responsables de cada uno de estos poderes, diseñen, reestructuren sus instituciones a imagen y semejanza, sin escuchar a la sociedad civil, ni permitir sus comentarios. ¿Qué tipo de Estado, gobierno, Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, quiere o pretende la sociedad civil dentro de treinta años? No escuchar al gobernado, al igual o al inferior en estos tiempos de cambio, equivale a sostener que el poder es omnipotente, todo lo puede; creencia terrible, lamentable. *González Licea, Genaro, Presentación del Ensayo sobre la reestructuración del Estado Mexicano, Edición del autor, Derechos reservados, México, 2003.

martes, 13 de abril de 2010

"La arrogancia del poder"

El poder es arrogante por naturaleza. El poder se encarna en el ser humano, se mete hasta los huesos y se vuelve una enfermedad, destruye. Cuando un poder está enfermo se engrandece lo pequeño; por ejemplo: ¿por qué la gente respeta el atavío más que al hombre?, se pregunta Montaigne, y él mismo se contesta: “A ese emperador, cuya pompa te deslumbre en público... míralo detrás del telón, y no verás más que un hombre corriente. Las almas de los emperadores y de los zapateros están fundidas todas en el mismo molde.” Sin embargo, se engrandece lo pequeño. GGL

domingo, 11 de abril de 2010

Condena a Miguel Hidalgo y Costilla


En estos momentos de festejos, gritos de catarsis y reivindicaciones por participar en el bicentenario de la independencia de México, dejo a ustedes, sin calificativo alguno, la cita con la cual inicio mi libro Ensayo sobre la reestructuración del Estado mexicano, como reconocimiento al luchador social que movilizó las masas indígenas por la independencia.

“… Sea condenado Miguel Hidalgo y Costilla, en dondequiera que esté, en la casa o en el campo, en el camino o en las veredas, en los bosques o en el agua, y aún en la iglesia. Que sea maldito en la vida o en la muerte, en el comer o en el beber; en el ayuno o en la sed, en el dormir, en la vigilia y andando, estando de pie o sentado; estando acostado o andando, mingiendo o cantando, y en toda sangría. Que sea maldito en su pelo, que sea maldito en su cerebro, que sea maldito en la corona de su cabeza y en sus sienes; en su frente y en sus oídos, en sus cejas y en sus mejillas, en sus quijadas y en sus narices, en sus dientes anteriores y en sus molares, en sus labios y en su garganta, en sus hombros y en sus muñecas, en sus brazos, en sus manos y en sus dedos.
Que sea condenado en su boca, en su pecho y en su corazón y en todas las vísceras de su cuerpo. Que sea condenado en sus venas y en sus muslos, en sus caderas, en sus rodillas, en sus piernas, pies y en las uñas de sus pies. Que sea maldito en todas las junturas y articulaciones de su cuerpo, desde arriba de su cabeza hasta la planta de su pie; que no haya nada bueno en él. Que el hijo del dios viviente, con la gloria de su majestad, lo maldiga. Y que el cielo, con todos los poderes que en él se mueven, se levanten contra él.”

Decreto lanzado por el Obispo de Michoacán
Manuel Abad y Queipo
Julio de 1811.

viernes, 9 de abril de 2010

Reestructuración del Estado Mexicano*


En un proceso de reestructuración, de cambio en la reproducción predominante de una formación económico social, como es el caso mexicano, considero que todos los problemas se concatenan, se entrelazan, dialécticamente, en su historicidad social y socioindividual; olvidarlo propiciaría que abordemos un problema crucial, de suyo complejo, en forma atomizada y anecdótica, acrítica e irrelevante respecto a la redefinición del proyecto de nación que en estos momentos se debate. Los prejuicios y visiones mesiánicas déjense para otros tiempos, si es que en otros tiempos caben, ahora es el momento de mantener un juicio crítico hacia todos los acontecimientos que vive el país; es el momento de que el análisis objetivo y verificable se dé cita en los debates nacionales, en los destinos de la nación.
¿Habrá alguien que proponga un nuevo proyecto de nación sin tener presente a un país devorado por la pobreza, esa pobreza que consume, paraliza? ¿Quién se atrevería a proponer un destino, un rostro a la nación dejando a un lado el paisaje educativo, triste, desolado, que vivimos? (seis millones de analfabetas para 2002, quince millones sin primaria, once millones sin secundaria, estos son datos que no permiten vivir con tranquilidad a cualquier mexicano que se precie de serlo); ¿Alguien podría proponer una reestructuración del Estado mexicano sin tener en cuenta a una sociedad desincorporada del sistema productivo y desarrollo tecnológico; una sociedad maquiladora (¿y cuando las maquiladoras se vayan a una economía más barata?; tendremos nuevas ciudades fantasmas, como aquellas que se formaron después de explotar el oro, la plata, el cobre y a la gente), artesanal, predominantemente urbana y hundida en la corrupción, en la violencia, en la “cultura” de la violencia, del soborno, del silencio y del engaño, de las negociaciones a oscuras, del anonimato, de la adulación y el despilfarro, del desprecio y el desdén, de la subordinación y el acatamiento, de la humillación y el rencor?
Veo muy difícil que los intelectuales, los estudiosos de los nervios del poder, en estos momentos hagan caso omiso de la actitud, comportamiento y sentimiento real que presenta la sociedad mexicana respecto al cambio, a la transformación que vivimos. Una actitud incrédula, impregnada de fantasías, de necesidades sobrepuestas, ficticias, más que de una conciencia de transformación de intereses de clase o fracciones de clase.

Sobre el particular, es de recordar que las fantasías poseen, como bien lo advirtió Carlos Castilla del Pino en su Psicoanálisis y marxismo, “una realidad psíquica opuesta a la realidad material, y poco a poco vamos llegando a comprender que en el mundo de las neurosis la realidad que desempeña el papel predominante es la realidad psíquica. Pero estos presupuestos no son válidos solamente en las neurosis. Determinadas formaciones de la cultura que se manifiestan, pues, como aceptaciones colectivas, y, por tanto, con supuesta consistencia objetiva, son equiparables a las neurosis. La religión, por ejemplo, ‘sería la neurosis obsesiva de la colectividad humana’. Y la conciencia moral es la percepción interna de la repulsa de determinados deseos. Pero su particularidad característica es que esta repulsa no tiene necesidad de invocar razones ningunas y posee una plena seguridad en sí misma. Este carácter resalta con más claridad en la conciencia de culpabilidad, esto es, en la percepción y la condena de actos que hemos llevado a cabo bajo la influencia de determinados deseos. Una motivación de esta condena parece (subrayado, mío) absolutamente superflua. Todo aquel que posee una conciencia moral debe hallar en sí mismo la justificación de dicha condena y debe verse impulsado por una fuerza interior a reprocharse y reprochar a los demás determinados actos.”
Definitivamente me rehúso a pensar que existan hombres de Estado que puedan proponer escenarios sociales, económicos o políticos, donde se prescinda del México del subsuelo, el de la pobreza y marginación de ochenta millones de mexicanos, de los cuales, en particular, producen un dolor íntimo, seco, culposo, los casi siete millones de personas, enfatizo, de personas indígenas que no hemos sido capaces de integrar ni cultural, ni política, ni social y mucho menos económicamente a la nación, en términos de una comunidad peculiar y diferenciada, con raíces e historicidad propia, pero, al mismo tiempo, que es nuestra. Me rehúso a que una persona de poder diseñe y ofrezca un México a la medida, teniendo en cuenta solamente el marco globalizador de la economía financiera-especulativa, de la bomba teledirigida, de la cibernética, de la economía que se aleja de la ética. Me asombraría el vacío histórico de la propuesta.
De la misma manera, es inimaginable para mí que alguien proponga un proyecto de nación sin tener en cuenta los sentimientos de la nación y, más todavía, la forma para satisfacerlos. Sobre el particular, cito nuevamente a Carlos Castilla del Pino (a quien conocí y escuché, con la mayor atención que pude, en la Universidad Nacional Autónoma de México, no recuerdo con exactitud si fue en 1983 o 1984); él en su Teoría de los sentimientos, TusQuets, Barcelona, España, 2000, pág. 199, nos dice lo siguiente: “para que un sentimiento pueda ser satisfecho se precisan las tres condiciones siguientes: 1) que el sentimiento sea aceptado por el sujeto; 2) que sea posible la satisfacción del deseo en el objeto provocador; y 3) que sujeto y objeto estén en un contexto posibilitador de la relación y satisfacción del deseo. La primera de estas condiciones depende exclusivamente del sujeto. Hay quienes rechazan el sentimiento, por lo tanto no pueden darles satisfacción. El rechazo del deseo conduce a la inhibición de la relación con el objeto. … La segunda y tercera de las condiciones expuestas son inherentes al entorno del sujeto, pues son las circunstancias sociales las que hacen posible que el deseo pueda o no ser satisfecho.”

Por lo hasta aquí expuesto, considero que en estos momentos nadie está fuera del proceso de reestructuración del Estado mexicano, ni el Ejército, ni los Poderes de la Unión, ni los grupos de presión y, menos aún los universitarios cuya responsabilidad de interpretar y asumir dicho proceso es mayor que la del gran conjunto social. Es el momento de dejar la comodidad de criticar al que hace (la crítica fálica del dedo, el reproche y el rechazo emocional), de flotar en la vida, de vivir como sombra sin sueño, como sonámbulo, como vegetal en cualquier estación del año; es el momento de participar en la creación de procesos políticos que fomenten las acciones democráticas de la sociedad, instituciones marcadas por su ejercicio tanto de legalidad como de legitimidad; de participar en la conformación de un Estado de derecho que permita la confrontación y convivencia racional, pacífica, así como fungir como un medio para lograr la reestructuración del propio Estado, un marco constitucional donde todos los mexicanos nos identifiquemos, en especial los que viven en el subsuelo mexicano, y los veinte millones de connacionales que viven en Estados Unidos de Norteamérica.
Como puede apreciarse, para nosotros el proceso de transición y reestructuración de Estado va más allá de discutir sobre el desmantelamiento o privatización del Estado (dicho sea de paso, considero que de seguir desmembrando las funciones del Estado, como ente de funciones públicas y sociales, es olvidar que la presencia de las instituciones de éste, son indispensables para corregir las desviaciones propiciadas por el mismo mercado); para nosotros lo central es que el proceso que vivimos, nos permita arribar a un real Estado de derecho, para ello, es crucial la participación del Poder Legislativo en razón de que éste, a través de acciones legislativas, convoque a las clases y sectores sociales a llevar trabajos de consensos, de compromisos donde los puntos de unión contemplen la participación y transformación de las estructuras productivas de la formación social mexicana. Lo cual se traduce en contar con una burguesía nacional incorporada realmente a un proyecto nacional; lo mismo se puede decir de la clase obrera, de los campesinos, de los intelectuales, proceso tecnológico, instituciones de gobierno, Poderes de la Unión.
Efectivamente, estoy por un Estado de derecho, por un Estado donde nadie, ni el propio Estado, esté por encima de la ley; estoy por el florecimiento de la democracia, por consensos sociales, económicos y políticos en el proceso de transición que vivimos, por una administración de justicia que respete y haga respetar los consensos a los cuales se llegue. ¿Es descabellado pensar que los trabajos legislativos para lograr consensos puedan llevar a una ley o decreto sobre la transición del
Estado mexicano?. Repruebo la privatización del Estado mexicano a ultranza, la deshumanizada política financiera, especulativa, los Fobaproas, la venta del sistema bancario mexicano a grupos extranjeros (caso típico de desnacionalización), y la política de pedir para dar: el endeudamiento de la pobreza.
Es el momento de hablar, de recuperar nuestra dignidad como individuos, como nación. Vivimos un momento único, irrepetible, un proceso de transición en el cual los círculos dominantes en lo interno y externo, pretenden una transición por la transición misma, una transición de y para la elite; se busca una transición que se sustente en acuerdos oscuros, de café, y no en consensos, en trabajos legislativos que lleven a consensos. Un gobierno de acuerdos, tarde o temprano se desgasta, se deslegitima, porque es de grupúsculos y de visión fragmentaria. El gobierno de consensos incrementa la credibilidad social, la fortaleza de la democracia, la gobernabilidad, la unión de instituciones estatales y dinámica de mercado; de ahí el porqué, insisto, en estos momentos, si realmente queremos una transición integral, no de cúpula, es de capital importancia la participación del Poder Legislativo. Reitero, sólo los trabajos legislativos permiten aflorar y satisfacer los sentimientos de la nación, entendiendo por éstos los intereses de las clases, sectores, estratos sociales, los puntos de comunión y reencuentro de los mismos. Sin dichos trabajos, hágase lo que se haga y con el esfuerzo que sea, la transición está condenada al fracaso. El proceso es difícil, más aún si tenemos en cuenta que en este país prácticamente es inexistente una cultura democrática, una conciencia política.
*González Licea, Genaro, Ensayo sobre la reestructuración del Estado Mexicano, Edición del autor, Derechos reservados, México, 2003.