miércoles, 31 de agosto de 2022

Genaro González Licea: muerto ya y con un abandono sirviendo de atavío

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Muerto ya y con un abandono sirviendo de atavío,

tu duelo amargo se adhirió al río,

al tiempo,

al silencio donde habitan mis pies cansados.

 

Tu soledad es ahora la piedra que llora en la neblina,

es mi sombra que arde en mi sangre desolada.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: en este viento que a tus pies cae

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz 


En este viento que a tus pies cae

y mira pasar mi soledad con él.

En este atardecer

que se diluye entre las hojas sin saberlo

y desgarra la ilusión del tiempo,

un día asomaré mi dolor sobre la hierba,

y moriré, por fin, cuando me veas.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: intento ver mis ojos en el agua

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Intento ver mis ojos en el agua

y encuentro un cadáver que me mira.

Cierra sus ojos al sentir mis ojos,

su silencio me hunde

y acaricia mi ser desconocido.

 

Alguien me dejó en el río,

mis manos son las piedras que se asoman,

las ramas que sin ti se van.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea




Genaro González Licea: en los poros de la piel

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


En los poros de la piel se adhiere el grito de la muerte.

El aire huele a cera derretida,

a velorio adolorido de tanto suspiro asesinado.

 

Las velas en mi país no se apagan nunca.

El amanecer las enciende con su manto desolado,

y nadie las apaga, ni el dolor ni el recuerdo ni el olvido.

 

En ellas se santigua el medio día

y la noche duerme al ver lo triste de su flama.

Son duelo y quejido, bálsamo de amor al ser desconocido,

al cuerpo masacrado, al polvo de pasos y de huesos

que nadie jamás encontrará.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: en el alba las almas se despiertan

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


En el alba las almas se despiertan

al sentir lo fresco del rocío,

el abrazo de un recuerdo que vive sepultado,

la tristeza de una sombra que en el viento se ha perdido.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: un migrante camina por la vieja vereda

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Un migrante camina

por la vieja vereda

que entierra los pasos de los muertos,

los sueños rotos,

el hambre de encontrar su voz, su sombra,

en las grietas resecas de un estanque abandonado.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea




Genaro González Licea: esta tierra seca, dolida y muda

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Esta tierra seca, dolida y muda,

de pobreza negra y vivir herido,

de selvas y pastizales rotos,

de llorosos mares y degollados ríos.

 

Esta tierra de cantar moreno y caminar sin tiempo,

de alas en la lengua y raíz de soles,

un día cerrará mis ojos al perderse el alba,

envolverá mi sombra con su piel herida,

será mi tumba con su tumba mía.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: Aquellos tiempos cuando amar era arder como astilla abandonada

 

Genaro González Licea
Fotografía sin datar


Aquellos tiempos cuando amar

era arder como astilla abandonada,

como arena saboreando el mar,

el silencio de la autora, la muerte, la vida y lo vivido.

 

Aquellos tiempos cuando mi voz nacía del cansancio

escondido entre mis venas,

son éstos y los que vienen,

son las huellas de mis pasos

que migran descalzos sobre el agua.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea


Genaro González Licea: la vejez es como un río escondido entre mis venas

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


La vejez es como un río escondido entre mis venas,

como un andar pausado y solitario

en un largo camino que muere sin saberlo.

 

La vejez es un silencio y un olvido,

es la vida, la muerte y lo vivido,

es la sombra que muere al ver los pasos,

la tumba donde yace el tiempo y el tiempo de mí tiempo.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: los atardeceres envejecen como yo ahora


Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Los atardeceres envejecen como yo ahora,

son cavernas mirando mis pesares,

recuerdos disecados en mi lengua,

latidos amargos como el polen errante de mis manos.

 

La vejez es sentir la soledad de siempre estar muy solo,

es un cadáver esperando el calor de su ceniza.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 

 



Genaro González Licea: cuando oscurece respiro un aire viejo que me quema

 

Fotografía sin datar


Cuando oscurece respiro un aire viejo que me quema,

un silencio de estanque reseco por el tiempo,

un presagio de muerte llorando sobre el agua.

La muerte me mira ya

como una blanca caracola

dormida en la soledad del mar.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: la dicha de morir vacío

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


La dicha de morir vacío,

sin amor ni desamor ni recuerdos atados al olvido.

Sin deseos de vivir, ni el deseo de ser un despojo de huesos clavados en el tiempo.

 

Moriré como muere el viento.

Vagaré sin sombras ni luces por lugares que no existen,

por silencios que no se encontrarán jamás.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: mis pies son hojas tiradas en mis pasos

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz 


Mis pies son hojas tiradas en mis pasos,

son mi lengua tocando la humedad de mi camino,

mi voz envuelta en sombra de una sombra envejecida.

 

Se ha ido mi juventud,

lo sabe mi sordera y el cráneo donde vivo,

mis huellas que al paso se deshacen

como luz de sepulcros olvidados.

 

Se acabó aquel musgo tendido sobre el agua,

aquella fuerza de amar lo amargo del camino.

Ahora mis dedos tiemblan al verme sin mis manos.

Día a día me hundo en un silencio ahuecado,

en un crepúsculo deshecho en la espesura.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: escucho el andar de mi vejez encima de mis pasos

 

Genaro González Licea 
Fotografía sin datar 


Escucho el andar de mi vejez encima de mis pasos,

su silencio tejido con el mío,

su oscuridad sin tiempo.

 

Día y noche envejecí,

busqué el sol entre las hojas,

el reflejo de mi sombra dormido sobre el viento,

el olor de mi ser tirado en mi camino.

 

Buscar fue mi alimento,

mi voz, mi encuentro y desencuentro.

Busqué ser otro y a la vez el mismo al andar del viento.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: la indiferencia del tiempo en un cántaro agrietado

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz 


La indiferencia del tiempo en un cántaro agrietado.

El olor a huesos sepultados con el frío.

El lloroso latido de unos cirios que me esperan.

Esa es la vejez,

el mirar cansado molido en la garganta.

El silencio, envuelto ya,

en la soledad astillada del olvido.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: en silencio se diluye mi soledad

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


En silencio se diluye mi soledad,

mis huesos amargos, mis llagas negras,

mis recuerdos abatidos por el frío.

 

El tiempo está encallado al lado de mi sombra,

es amargo y sombrío

como un relámpago herido sobre el agua,

como un quejido ahorcado sin mi boca.

 

Atrás de mí unas voces murmuran como almas sepultadas.

Recuerdos que se mecen atados en mis manos,

epitafios que reviven a la orilla de mis ojos.

 

El tiempo se consume en lo triste de la arena,

nunca más regresará.

A lo lejos contemplo la muerte de mis pasos.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: mis palabras se mueren sin haberse pronunciado

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz 


Mis palabras se mueren sin haberse pronunciado,

mis pasos se ulceran con los años,

mi piel se agrieta como cardos heridos y olvidados.

 

Atrás quedó lo que soy ahora:

melancolía, grito que tiembla cuando llueve,

silencio escondido entre la brisa,

instante desnudo sobre el llano,

vacío abrazando su vacío.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: esa sombra que ves

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz 


Esa sombra que ves

es mi grito de espinas clavadas en la boca,

mi vacío perdido comiéndose los ojos,

mi abandono de musgo envejecido.

 

Es un relámpago ahogado entre mi lengua,

una astilla sangrando en mi destino,

un hueso ardiendo en lo viejo de mis manos.

 

Esa sombra que ves

es también una sombra que te mira.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: en esa brisa que cubre los días pardos de vacío

 

Genaro González Licea 
Fotografía sin datar




En esa brisa que cubre los días pardos de vacío,

lo seco de la piedra, el musgo del camino.

En esa brisa que envuelve la soledad del árbol,

lo frío del tiempo, lo cálido del día.

 

Sí, en esa brisa que acaricia

la tierra bañada con el triste silencio de la luna,

en esa humedad trenzada

con la luz y la sombra de las hojas,

ahí estaré,

seré vacío, fluir permanente de vacío.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: el tiempo es un refugio de sombras que no existen

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


El tiempo es un refugio de sombras que no existen,

un eterno indigente que llora al infinito,

un presagio mirando su vacío.

 

El tiempo es el impulso de mi ser hecho ceniza,

el eco de mi voz que al verme se deshace,

el murmullo de olvidos y recuerdos dormidos en mis ojos.

 

El tiempo es un quejido labrado con mis huesos,

el silencio del silencio de un ser sin existencia.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 




Genaro González Licea: mi voz está enterrada junto a mí

 

Fotografía sin datar


Mi voz está enterrada junto a mí,

su color es azuloso

como el tiempo en mi vacío.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea 



Genaro González Licea: el recuerdo es un instante que nace del olvido

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz 


El recuerdo es un instante que nace del olvido.

Es un lamento y un quejido

que palpita en ilusiones que no existen.

Es la sombra de un migrante como yo, como tú,

buscando, siempre buscando,

un fantasma dormido sobre el tiempo.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea

 


Genaro González Licea: soy vacío, precipicio

 

Fotografía: Ingrid L. González Díaz


Soy vacío, precipicio,

grito enterrado que no encuentro.

Soy abismo, espinas clavadas en la sombra,

tiempo abrazado al fluir del tiempo.

 

Soy un rostro sin existir,

dolor que en la humedad camina,

voz desconocida que nunca encontrará el hueco de tus ojos.

 

Del libro:

Al caer el tiempo de Genaro González Licea