Fotografía de Ingrid L. González Díaz
Un día soñé que el viento tristemente
me veía,
sentí el desencanto de mis
pasos,
el silencio escondido de mi
olvido.
Sentí la agonía de mi
sombra,
El vacío abrazándome sin tiempo,
no hay tiempo, no hay nada.
Del libro:
Al caer el tiempo de Genaro
González Licea
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