Fotografía de Ingrid L. González Díaz
Los cadáveres hundidos en el río,
en el mar,
en el hueco clandestino del camino,
humedecen con sus manos el silencio de
la luna,
su voz es transparente como el frío,
como el viento lloroso dormido sobre el
agua.
Los cadáveres sepultados en la sombra,
son fantasmas que miran con tus ojos un
instante,
y vagan por siempre en la eterna eternidad
del infinito.
Del libro:
Al caer el tiempo de Genaro
González Licea
No hay comentarios:
Publicar un comentario