Fotografía de Ingrid L. González Díaz
En los párpados de un ser desconocido
duermen los gusanos que en silencio le acompañan.
En sus llagas florece su abandono,
en sus labios se hunde mi dolor.
Estamos vivos de tanto morir
en los huesos de cadáveres perdidos.
Somos párpados tendidos sobre el llano,
espinas clavadas en su herida,
murmullo de su voz buscando su destino.
Del libro:
Al caer el tiempo de Genaro
González Licea
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