Fotografía de Ingrid L. González Díaz
Fui voz herida tocando el
viento,
humo y plumaje de los
tiempos idos,
llanto que mojó la sequedad
del río,
tristeza de un canto en mi canto
sumergido.
Fui el eco de unos pasos envueltos
en mis ruinas,
la brasa de un tiempo humedecido,
la semilla de la muerte
vagando, siempre vagando, en
lo que nunca he sido.
Del libro:
Al caer el tiempo de Genaro
González Licea
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