Fotografía de Ingrid L. González Díaz
Un cuerpo tirado al andar de su camino.
Un mirar enmudecido limpiando la sangre
que el sol seca.
Unos pasos indiferentes que se pierden
en las hojas.
Un viento que se lleva el olor negro de
su herida.
Una tierra que absorbe sus huesos y sus
pasos.
Solo las manos de la luna abrazan el dolor
de ese cuerpo que en silencio se deshace.
Del libro:
Al caer el tiempo de Genaro
González Licea
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