Si es mi destino el tener una enfermedad incurable, nadie se angustie por ello, déjenme en paz mis últimos días. Recuerden a Hipócrates al referirse a los enfermos de cáncer: “aquellos que padecen cánceres ocultos, lo mejor es no curarlos; porque con cualquier tratamiento perecen. Viven más tiempo cuando no se les cura”.
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
jueves, 6 de enero de 2011
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