viernes, 8 de julio de 2011

Una razón para vivir*

De la misma manera que el agua escurre por un cauce natural y se dirige a su fin por su propio sendero, así también, el hombre tiene un sentido propio de vivir la vida, su vida; psique y mundo exterior son un encuentro y desencuentro, una unión y comunión dialéctica, una pérdida y un reencuentro, un ajuste permanente de un yo y un entorno. Todo ser humano tiene una razón para vivir y, al mismo tiempo, un sentido natural para lograr esa razón de vida; su necesidad de vivir le lleva a la de morir. Evadir el sendero natural del por qué vivir, significa transitar por la destrucción y el vacío, por la autohumillación, el estado vegetativo y el suicidio.

*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.

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