El miedo de vivir. El miedo de vivir es una enfermedad paralizante, es voltear para todos lados y no poder caminar, es cuidarse de la sombra del otro y de la propia, segundo a segundo sin saber por qué. Es vivir siempre atrapado en un día gris y otro nublado; es vivir en permanente intranquilidad, fatigado de todo y de todos. Es perder el entusiasmo y el asombro, estar encerrado en sí mismo como un ídolo contemplando su propio retrato, es terminar con el triste alivio de haber visto un día más y un día menos.
El miedo de vivir es enroscarse en las entrañas de sí mismo, dormir abatido de dolor, sin entender que el dolor es humano, un principio de nacimiento, un salir de sí mismo, amar al otro, a la vida.
El miedo de vivir es una enfermedad propia de las almas rotas, fracturadas por recuerdos íntimos vividos en la existencia desnuda del inconsciente, o bien, por factores sociales deshumanizados, castrantes. Hago votos porque en un siglo como éste, donde el ejercicio del poder mordisquea al individuo hasta matar su deseo de vivir, su actuar en libertad, ser él, no paralice a una sociedad entera, en especial a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Una de las peores cosas que le pueden pasar a una sociedad es que los jóvenes tengan miedo de vivir, sentir, actuar, asumir su libertad, su calidad de hombres, sus proyectos. Vivir la vida es vivir con libertad de actos, aceptarla como es: un proceso natural en permanente cambio, nada empieza desde el principio, todas las cosas tienen su encanto y su melancolía. La vida es amar, amar intensamente las cosas gratas y no gratas, todo es parte de la naturaleza humana.
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
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