A un escritor lo que menos le preocupa es el saber si lo escrito está bien o no. A un escritor le importa que lo escrito le deje satisfecho. Si está bien o mal es un juicio de valor que estrictamente le corresponde a los lectores.
Rechazo a los que escriben de todo sin estar ellos mismos, esto se debe a que en mi soledad estuvo siempre la palabra, fue mi compañía. “La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida me aclaró los libros”. Memorias de Adriano de Margarite Yourcenar. ¿Cómo poder escribir algo donde no esté uno?
*González Licea, Genaro, Aforismos, Apropósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
domingo, 25 de diciembre de 2011
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