Fotografía de Ingrid L. González Díaz
La soledad del lago desnuda su tristeza
en un velero que no existe,
su silencio es en mí recuerdo y lejanía,
bruma que sabe a madrugada en mis lágrimas
calladas,
agua que refresca mis pasos
como tarde serena a cansados girasoles.
Del libro
La sequedad del estanque de Genaro González Licea
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