Fotografía de Ingrid L. González Díaz
El instante negro y luminoso de verse a uno mismo
para ya no verse nunca más.
El instante, ese instante, ese,
donde el polen del girasol fecunda el
alma,
mi alma, el alma de las almas,
para irse después, como se va el viento al
infinito.
Del libro
La sequedad del estanque de Genaro González Licea
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