martes, 18 de mayo de 2010

¿Y la ética del poder?

(Segunda parte)

Lo reconozco; los descaros, los acuerdos ocultos y las verdades a medias, me llevaron a ver los días tristes y las calles desoladas. Me levanto a solas. Me reconforta saber que soy parte de una sociedad civil viva, caminante, con proyectos e intereses. Soy parte de una sociedad civil que sigue a pesar de que el ejercicio del poder nos tome el pelo, nos manipule, nos mienta, nos deje fuera de sus decisiones.
El poder ejercido sin la sociedad civil mexicana. El poder ejercido por el poder mismo, y frente al mismo poder, cual espejo fiel y único interlocutor.
¿Y dónde quedó el hermoso proceso histórico de transición que inició el país en el año dos mil? Está en la sociedad civil, no se ha perdido ni se perderá. ¿Son tan grandes los compromisos del Estado como para que realmente no podamos ser nosotros mismos sin dejar de ser parte del otro? ¿Será que la izquierda, la derecha, los centros y los extremos, han renunciado a la construcción de un proyecto nacional? Todo indica que su compromiso se da con la democracia, con el desarrollo y comportamiento democrático de los individuos, mas no con los intereses de clase de los mismos.
Ochenta millones de mexicanos están en juego; ¿están en juego? No, creo que no. De ahí mi tristeza y que me haya permitido citar, tanto las palabras del maestro Margadant, como escribir desde mi soledad y recogimiento; desde la vida que sigue y la muerte que espero; desde la desesperanza y el desencanto humano.
Veo un panorama desolado, un Estado en ruinas. Busco un jefe de Estado y no lo encuentro. Busco alguien que hable de frente a la nación, que no huya a la crítica, a la confrontación de ideas y principios, y tampoco lo encuentro. A todos los hombres de Estado que toman las decisiones reales de poder, los veo agazapados fomentando la cultura del rumor y del engaño. ¿Acaso se han extinguido los políticos y estadistas en México? ¿Dónde están los líderes políticos con la capacidad real de asumir la conciencia colectiva? ¿Dónde está el “nuevo príncipe” producto de una transición? ¿Será que la derecha en el poder ha quedado atrapada en el protocolo, en la política de la imagen, el rating, las cámaras, los aplausos y las declaraciones?
Declaraciones que van desde el considerar que los problemas nacionales se pueden resolver en cuestión de minutos; hasta la solicitud de pedir: “básicamente no agredir a Estados Unidos o al presidente Bush”, así como: el “FMI marca el camino”. México planificado desde la política económica del Fondo Monetario y el Banco Mundial. El financiamiento viene de ahí, escúchese entonces, México es parte de los países económicamente dominantes en el sistema financiero mundial, pero claro está, como un país maquilador. ¿Y cómo no serlo si en él es prácticamente nula la educación e investigación; cuenta con graves problemas de corrupción e inseguridad pública, en tanto que sus partidos carecen de legitimidad y liderazgo?
Llamo a la reflexión crítica, al estudio de la realidad política y social del país, a estar lejos de las disputas desgastantes de los nombres y apellidos.
*González Licea, Genaro, Ensayo sobre la reestructuración del Estado Mexicano, Edición del autor, Derechos reservados, México, 2003.

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