El presente texto reúne una serie de reflexiones y señalamientos relacionados con la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto que vive el ser humano, en lo individual y social, al concluir el milenio. Así lo veo, así lo expongo. ¿Por qué esta necesidad de compartir una mirada sobre la cotidianidad de la vida? No lo sé. Tal vez la intención es, simplemente, compartir una verdad íntima, reflejo de mi soledad y aislamiento en un mundo altamente tecnificado y, al mismo tiempo, cada vez menos sensible.
Para mí la tecnificación no es ni buena ni mala, es un hecho donde solamente se manifiesta una expresión natural del hombre, me refiero al principio conocido como la ley del menor esfuerzo. Sin embargo, considero que uno de los inconvenientes del desarrollo tecnológico de nuestro tiempo es, en palabras de Bertrand Russell (¿Tiene el hombre un futuro?), “que los hábitos del pensamiento no pueden cambiar rápidamente como la técnica, con el resultado de que, a medida que aumentan los conocimientos prácticos, disminuye la sabiduría”.
Tecnología, cambio, movimiento, permanente transformación, el tiempo que modifica al tiempo. Me detengo, veo a mi alrededor y me entristece mi soledad, tal vez sea porque se vive en un mundo lleno de personas que, diría Stendhal, “sólo tienen capacidad para dos pasiones, la vanidad y el amor por el dinero; un mundo donde sólo una pequeña minoría puede conmoverse hasta las lágrimas por una idea.”
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
Para mí la tecnificación no es ni buena ni mala, es un hecho donde solamente se manifiesta una expresión natural del hombre, me refiero al principio conocido como la ley del menor esfuerzo. Sin embargo, considero que uno de los inconvenientes del desarrollo tecnológico de nuestro tiempo es, en palabras de Bertrand Russell (¿Tiene el hombre un futuro?), “que los hábitos del pensamiento no pueden cambiar rápidamente como la técnica, con el resultado de que, a medida que aumentan los conocimientos prácticos, disminuye la sabiduría”.
Tecnología, cambio, movimiento, permanente transformación, el tiempo que modifica al tiempo. Me detengo, veo a mi alrededor y me entristece mi soledad, tal vez sea porque se vive en un mundo lleno de personas que, diría Stendhal, “sólo tienen capacidad para dos pasiones, la vanidad y el amor por el dinero; un mundo donde sólo una pequeña minoría puede conmoverse hasta las lágrimas por una idea.”
*González Licea, Genaro. Introducción de Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
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