martes, 13 de abril de 2010

"La arrogancia del poder"

El poder es arrogante por naturaleza. El poder se encarna en el ser humano, se mete hasta los huesos y se vuelve una enfermedad, destruye. Cuando un poder está enfermo se engrandece lo pequeño; por ejemplo: ¿por qué la gente respeta el atavío más que al hombre?, se pregunta Montaigne, y él mismo se contesta: “A ese emperador, cuya pompa te deslumbre en público... míralo detrás del telón, y no verás más que un hombre corriente. Las almas de los emperadores y de los zapateros están fundidas todas en el mismo molde.” Sin embargo, se engrandece lo pequeño. GGL

No hay comentarios: