Fotografía sin datar
Uno de pronto despierta
solo
Uno
de pronto despierta solo,
escucha
caer su sombra como lluvia en el olvido,
como
voz enterrada, como murmullo perdido.
Los
recuerdos se envuelven con la luz que asoma,
los
pájaros lagrimean al ver mis ojos,
cantan
una canción que huele a flores,
a
espigas rotas, a sombra herida.
Solo,
mi soledad me dejó solo,
sin
una sombra de cobija, sin un refugio de morada.
Desnudo,
frente a mí, estoy más solo que nunca.
Mis
entrañas se tocan a sí mismas,
los
gusanos muerden mis penas y la cal el olor de mis quejidos.
El
viento aúlla sin encontrar mi nombre,
los
geranios al mirarme se marchitan,
la
mañana se va oliendo a música mojada,
el
riachuelo se evapora y muere como fantasma a la mitad del día.
Fui
amado, la vida brilló en mis ojos, tembló en mis manos.
Luché
y caí abatido. El carbón de mi pobreza fue mi tumba y mi tintero.
Estoy
a la orilla de mi sombra,
un
inmenso silencio me acompaña.
Genaro
González Licea
del
libro: Caloclica
Apartado: Y
yo me iré…
© Genaro González Licea. Todos los derechos reservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario