Fotografía sin datar
Caloclica es un
lugar donde el pasado languidece.
En
ella se entrecruzan los cuatro puntos cardinales.
Es
una piedra que vivirá en tanto el viento exista
y
el aroma de la noche reconozca la humildad de sus cenizas.
De
hecho, pienso, la vida es una casa en el camino, un descansar y seguir a solas.
Es
un espacio donde nace el mundo, las ilusiones, los paisajes, lo vivido y lo que
a uno le faltó vivir, la esperanza y desesperanza, la muerte y el olvido.
Ese
olvido que duele, cala, educa.
Duele
recordar el olvido.
Somos
insignificantes,
viajeros
en la casa del camino,
recuerdos
que se tejen,
sentimientos
que palpitan, flotan.
Duele
recordarlo.
Duele.
Caloclica es un
estado de cuentas,
precipicios,
veredas,
interrogantes
sin respuesta.
Es
una travesía donde una y otra vez caigo y me levanto.
Es
un olor a tierra sepultada,
a
surcos rasgados por el tiempo.
Húmedo
aroma que golpea el silencio de la nada donde vivo.
Soledad
pálida de un cántaro sin agua.
Nostalgia
de regresar a un sitio donde nunca he estado.
Camino
de un paisaje donde mi memoria es el olvido.
Túnel
de paredes tristes y florecillas que cuelgan de la nada.
La
nostalgia humedece una ilusión que se evapora.
El
sapo vigila en el estanque la caída de mi último suspiro.
Aléjate,
te digo, de esta tumba.
(Fragmento)
Genaro
González Licea
del
libro: Caloclica
© Genaro González Licea. Todos los derechos reservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario