jueves, 26 de julio de 2018

ARTURO GUZMÁN ROMANO, entre El silencio y la sombra, Genaro




Fotografía de Ingrid L. González Díaz




Para Genaro González Licea


Entre El silencio y la sombra, Genaro.
Me reconozco donde no me conozco
apurando la vida que se aferra atrapada
en la muerte segura de parpadeo incesante.

Nada parece detenerla
mientras el yo va y viene
desgarrado y vibrante,
pretendiendo el disfraz de conocerse,
desconocido al fin en su desgaste inevitable.

Los afanes del alba taladran los espejos de la noche
que nunca acaba de irse y reaparece.


Arturo Guzmán Romano.
Lunes 9 de julio de 2018.




“Nada más elocuente que el silencio… Es en su fuerza donde descansa el ser.” Así inicia uno de los tantos poemas, el silencio, de Arturo Guzmán Romano, poeta todo él, “mi vida siempre ha girado en torno a la poesía,” que generosamente hace un alto en mi libro el silencio y la sombra y me obsequia una reflexión poética que es, en realidad, para todos y por siempre.

Arturo Guzmán tiene, desde hace tiempo, un lugar muy bien ganado en la poesía mexicana. De ello dan cuenta, y en otro momento hablaremos del tema, escritores y poetas como Arturo González Cosío, Enrique González Rojo Arthur, Lazlo Moussong, Roberto López Moreno, Roberto Rojas, Justo Molachino, Franchi Raúl Martínez, Mario Cedeño, Juan José Arreola, Ernesto Mejía Sánchez, Alejandro Montes de Oca, Argelio Gasca, Jesús Sandoval, y Pedro Garfias, quien le decía a nuestro poeta: “maestro ni un carajo, yo soy Pedro… ¿y tú?”

Dejemos la lista allí, pues, el propio Arturo me diría: “corre el riesgo de ser injusta por incompleta”. Por lo pronto, recomiendo su libro poemas del silencio y otros poemas (antología 1958-2014).


Genaro González Licea
Caloclica, Ciudad de México,
julio de 2018.

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