Fotografía ded Ingrid L. González Díaz
Con
este dolor a cuestas empecé a escribir una letra encima de otra letra.
Sin
más unidad que mirarme hundido.
Sin
más deseo que enroscarme, desnudo, más allá del tiempo,
allá…
allá donde un quejido no se escucha nunca.
Las
escribí para mí, para mi interior perdido, luz que danza vivaz en los maizales
todavía, en los pizarrones, en las calles donde voy, como luciérnaga sin alas,
sin saber que existo.
(Fragmento)
Genaro
González Licea
del
libro: Caloclica
© Genaro González Licea. Todos los derechos reservados.
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