Fotografía de Ingrid G. González Díaz
Cuando veas a lo lejos
que la muerte llega
no puede ser más grande
que los dos pies que lo cubren.
Franz Kafka
Cuando
veas a lo lejos que la muerte llega
y
sientas mis cenizas caer sobre las tuyas,
abre
el ataúd entre el ensueño de tus manos,
y
bebe un poco de agua en el hueco de mis ojos.
Duerme
en mi olvido que crece cuando llueve,
y
deja caer tu ausencia entre la mía.
Un
día fuimos brisa en madrugada,
brasas
atadas al amor del tiempo.
Polvo
y viento es nuestra raíz ahora.
Genaro
González Licea
del
libro: Caloclica
Apartado: Y
yo me iré…
© Genaro González Licea. Todos los derechos reservados.
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