Fotografía de Ingrid L. González Díaz
A Ángeles Fernández Martín
y J. Juan López Raya
La calidez del sol
endulza mi sombra vacía
tendida sobre el agua.
Un árbol sin hojas cuida mi voz
entristecida,
mis ojos enterrados mirando mi dolor.
Nada dejo a mi paso, nada dejo.
Fui un quejido perdido en la pradera,
un suspiro desterrado al caminar.
Del libro
La sequedad del estanque de Genaro González Licea
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