Fotografía de Ingrid L. González Díaz
El subsuelo, sí, el subsuelo,
es una lápida de soles de múltiples
colores,
lunas verdes y amarillas,
riachuelos de luciérnagas de jade,
dioses de maíz y barro.
En el subsuelo, sí, en el subsuelo,
hay una identidad de múltiples colores
que en los ojos se ha enterrado,
un manantial donde comulgan las hojas
con el viento,
la tierra con el agua, y el gua con el
canto del quetzal
que nadie ha conquistado.
Del libro
La sequedad del estanque de Genaro González Licea
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