Fotografía: Ingrid L. González Díaz
Desde ese día mis culpas
se revientan en lo negro de mis venas,
son fantasmas que viven en mí
enloquecidos,
voces arrodilladas
en el aroma de una flor que ya no
existe,
se fue, para siempre, en la sonrisa del
instante,
en el soñar pleno del dormir del
tehuizote.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
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