Fotografía: Ingrid L. González Díaz
Cerré mis párpados,
vi pasar mi sombra a un lado del mar y
debajo de la arena,
a mi alma romperse entre las olas,
y a mis pasos hundirse en las grietas
donde duerme el mar.
De mí solo quedó una brisa salada sin mi
cara,
un aire disperso en madrugada,
una nube trotando al paso mío.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
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