Como el calor de la brasa en el frío invierno, sutil, penetrante y lleno de amoroso abrigo, así es la poesía de Martha Obregón Lavín en los ojos del alma. Es una delicia leerle. Su calidad poética y trayectoria literaria le avala con creces. Trabajo, trabajo y trabajo es su constante.
Trabajo que le reconocemos todos, que
le reconoció Haiku Barcelona al otorgarle, en el ámbito de haiku
en castellano, una distinción muy merecida a su trabajo literario. Gran alegría
ha producido este reconocimiento internacional al trabajo poético de Martha
Obregón. Mil felicidades Martha, tu trabajo y gran sensibilidad te respaldará
siempre.
El
haiku galardonado de nuestra poeta es el siguiente:
Mirar
la luna
escuchar
el silencio
que la
circunda
Mi
felicidad se redondea al observar que, en este mismo evento, pero en el ámbito
de haiga (haiku y fotografía), también fue reconocido Eduardo Obregón,
persona muy estimada por mí, con la siguiente fotografía y poema:
Agregaría,
si me permiten, unos poemas inéditos de Martha Obregón Lavín que, a reserva de
su revisión final por ella contemplada, en lo personal me generan y
proporcionan una gran reflexión y enseñanza, una brasa en el alma, como dije.
Es
el caso del siguiente tanka que escribió nuestra poeta:
Un
hombre va
y se
adentra en la niebla
siembra
palabras
florece
cada sílaba
su
sombra es luminosa.
Otro
tanka es el siguiente:
Siempre
emergiendo
tumbas
en el olvido
contradicción.
Son
memoria imborrable
presencias
del presente.
Uno
más es este senryü:
Al
mismo paso
en
círculos caminan
vida y
muerte
Y
este haiku, al cual acudo una y otra vez. Acompaña la soledad de mi
alma, mi viaje en este mundo, mi sombra que se aleja, lo efímero que soy, que
somos:
Hojas caídas
como muertos sin tumbas
de pronto vuelan.
Finalmente,
agregaría también tres poemas de Martha Obregón Lavín, que forman parte de los haikus
vampíricos concatenados, ya publicados en la revista literaria Taller
Igitur.
Sobre
hojarasca
un
nido ya sin aves,
sólo
una pluma.
Un
vuelo efímero
de
oscura travesía,
nocturna
nube.
En
cuello y pecho
las
ramas encarnadas,
árboles
negros…
Genaro
González Licea
Caloclica,
CDMEX, octubre de 2022.
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