Fotografía: Ingrid L. González Díaz
Por qué olvidé que mientras viva nada
morirá sin mí,
todo es una parte mía,
un mundo mágico que late enterrado,
un racimo de yos
donde los muertos se desvisten con el
viento,
los dedos se salen por los muros,
y el miedo se enrosca al verse en el
vacío,
en el polvo tendido debajo de la hierba,
en el tiempo
que zurce el olor de los muertos
olvidados.
Del
libro
Tumbas en el olvido de Genaro González Licea
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