No
hay victoria ni derrota, hay consecuencias, actos; empero, es de reconocer que
la derrota tiene un valor tal vez más grande que la victoria, porque hay que
soportar la autocrítica e imprudencia de los comentarios ajenos. La derrota
templa, fortalece. La victoria reconforta, satisface, enorgullece.
*González
Licea, Genaro. Aforismos, A propósito de la vida y la muerte, la desesperanza y
el desencanto humano, Amarillo editores, Derechos reservados, México, 2000.
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